CRÍTICA DE:
'Confesiones privadas', de Ingmar Bergman: todo sobre su madre
NARRATIVA
Nos llega el tercer volumen de la felizmente recuperada 'trilogía familiar', donde el cineasta sueco noveliza las figuras de sus padres y su tormentosa relación
Otros textos de la autora

Creador de obras maestras del Séptimo arte —'Fresas salvajes', 'El rostro', 'Persona', 'Los comulgantes', 'Gritos y susurros', 'Cara a cara', 'Fanny y Alexander', entre otras—, la faceta de escritor de Ingmar Bergman (Upsala, 1918-Farö, 2007) ha quedado un tanto en segunda línea, ... pese a que resulta fundamental para comprender en toda su extensión la fascinante complejidad del cineasta sueco y sus obsesiones.
NOVELA
'Confesiones privadas'

- Autor Ingmar Bergman
- Editorial Fulgencio Pimentel
- Año 2024
- Páginas 184
- Precio 20,50 euros
Y no solo sus textos directamente memorialísticos, como 'La linterna mágica', sino las novelas de cuño autobiográfico que forman la llamada 'trilogía familiar'. Tras 'La buena voluntad' –lleva al cine por Bille August bajo el título de 'Las mejores intenciones', con guion del propio Bergman– y 'Niños de domingo', la editorial independiente Fulgencio Pimentel pone a nuestro alcance el tercer volumen en cuidada traducción, a cargo de Marina Torres. La trilogía —cada entrega puede leerse por separado— explora las figuras de sus padres, y su tormentosa relación que, sin duda, influyó en el pequeño Ingmar y, luego, en su agitada vida sentimental. De sus cinco matrimonios, cuatro terminaron en divorcio, y tuvo numerosas aventuras.
Si 'La buena voluntad' aborda a la pareja, y 'Niños de domingo' se centra en el padre, el riguroso pastor luterano Erik Bergman, ahora le toca el turno a su madre. Un encuentro inesperado con su tío Jacob, también clérigo como su marido, desencadena estas confesiones, realizadas en distintos momentos y dirigidas a diferentes interlocutores, incluido su propio marido, en una más que tensa conversación que Bergman refleja con maestría.
Cárcel emocional
Al sincerarse Anna —trasunto de Karin Åkerblom, la madre de Bergman—, revela sus problemas matrimoniales y sus muchos desencuentros con su esposo: «No estábamos en absoluto hechos el uno para el otro. Nos llevábamos muy mal. Henrik me rodeaba por todos lados con todas sus susceptibilidades. Yo tenía que ser su madre y él podría al fin ser el hijo. Era como una cárcel emocional». Y proclama su amor por un estudiante de teología más joven que ella: «Soy una esposa infiel. Estoy angustiada. No tengo remordimientos o cosas así. Sería ridículo. Pero sí angustia. Ya no sé qué hacer».
De la trilogía bergmaniana se ha declarado encendido entusiasta Karl Ove Knausgårds, el autor de la monumental autoficción 'Mi lucha', quien ha afirmado: «'La buena voluntad' cambió mi manera de comprenderme a mí mismo y la de comprender a mi familia, en particular a mi padre. También fue importante para mi obra. He vuelto a 'La buena voluntad' y al resto de la trilogía varias veces».
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