Más que palabras
Carmen Romero Dorr, nuevas voces para la ficción en español
La hoy directora literaria de Ficción Nacional de Grijalbo y Ediciones B tiene una larga historia de amor con los libros
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![Carmen Romero Dorr (Madrid, 1981) confiesa que su trabajo como editora le puede](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/11/20/romero.jpg)
Su novela 'El último regalo de Paulina Hoffmann', publicada en 2018 por Planeta, ya ha sido traducida a ocho lenguas. Sin embargo, y aunque no pierde su vocación de escritora, Carmen Romero Dorr (Madrid, 1981) confiesa que su trabajo como editora le puede. Le ... puede porque a última hora del día siempre queda un manuscrito más que leer, una gestión más que hacer con el equipo de márketing, una llamada más con alguno de sus autores… Una vocación, en todo caso, que lo que sí le permite es empatizar (todavía un poco más) con los escritores con los que trabaja.
La de la hoy directora literaria de Ficción Nacional de Grijalbo y Ediciones B es una larga historia de amor con los libros. Una historia que nació con los volúmenes que tenían sus padres en la mesilla durante las vacaciones de verano, y que provocó en ella la necesidad de engancharse a una historia para tratar de olvidarse del mundo exterior. Lo mismo que hace actualmente. Entonces empezó con Roald Dahl, al que sigue leyendo ahora como madre, o con la mítica edición a dos tintas de 'La historia interminable', o con medio catálogo de la colección Tus Libros, de Anaya.
Hasta que descubrió, en su primera juventud, títulos como 'El conde de Montecristo', 'El guardián entre el centeno' o 'Cien años de soledad', que le abrieron años de «lecturas muy apasionadas y caóticas, elegidas con más ganas que criterio». Y hasta que las aguas remansaron finalmente en autores que forman parte ya de su manera de interpretar el mundo. Llámense Kazuo Ishiguro, con 'Lo que queda del día'; Salman Rushdie, con 'Hijos de la medianoche'; John Irving, con 'El mundo según Garp' o Ian McEwan, con 'Expiación'. Más que palabras.
Entre lectura y lectura, Carmen Romero se licenció en Periodismo. Eligió esta carrera quizás porque, tanto como escribir, le gustaban las historias. Historias reales que tantas veces superaban a la ficción. Pero poco después de acabar la Universidad, cuando colaboraba con la sección de Cultura de La Voz de Galicia, se enteró de una vacante en la editorial Destino.
El primer día de trabajo, dice, le dieron dinero para un taxi y la mandaron a recoger unas galeradas corregidas a casa de Rafael Sánchez Ferlosio. Luego cambió de editorial, trabajó durante un decenio como jefa de prensa y, cuando tuvo la sensación de que había llegado el momento, pidió ser editora. Hasta hoy. Ya en Penguin Random House tocó diferentes palos, hasta que se especializó en ficción en lengua española, que no es mala especialización.
Se licenció en Periodismo. quizás porque, tanto como escribir, le gustaban las historias
En todo este tiempo ha aprendido algunas cosas. Por ejemplo, la principal, que trata de compartir con sus editores más jóvenes: la novela funciona cuando, en la tarea de leer un manuscrito, te olvidas de que estás trabajando. Para ser un buen editor de ficción comercial, dice, tienes que tener una mirada amplia y ser capaz de entrar en textos que no leerías si no te dedicaras a esto. Saber disfrutar y valorar el talento de los autores más allá de tus propios gustos. Con estas miras, Grijalbo y Ediciones B son, para Carmen Romero, dos sellos que comparten ADN de ficción comercial y de calidad, con una cierta inclinación a la literatura de género.
En ambas, además, existe la vocación de buscar y potenciar nuevas voces. Autores que entraron en el catálogo de cualquiera de las dos cuando apenas tenían público, y ahora son de éxito. En los últimos años, presume de fenómenos editoriales como el Universo Reina Roja, de Juan Gómez-Jurado, o la Trilogía de Illumbe, de Mikel Santiago.
Con la venta de libros disparada en España en los últimos cinco años, la editora piensa que en la actualidad vivimos un «momento apasionante» dentro del sector editorial. El mercado está creciendo sin parar y cuando se lee mucho, dice, también se escribe mucho. Además, la recomendación a través de redes sociales multiplica, junto a los medios tradicionales, las posibilidades de que los libros lleguen a los lectores. Estamos viendo casos de títulos publicados hace años que de pronto empiezan a recomendarse y a alcanzar cifras de ventas que no tuvieron en su momento, algo impensable hasta hace muy poco, asegura.
Quién lo iba a decir, ¿verdad? Cuando los agoreros pronosticaban que a estas alturas del siglo XXI los libros iban a ser poco más que objetos de museo… Pero ni hablar: el libro de papel, dice Carmen Romero, ha resultado ser «un objeto perfecto que en lo sustancial se ha mantenido idéntico desde los tiempos de Gutenberg». No hay muchos ingenios que puedan decir lo mismo. Por eso, hace ya años que los editores lo tienen claro: la presunta canibalización de formatos era cosa… de ciencia ficción. Pues que así siga siendo.
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