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Una canción de amor de 24 horas para saciar el hambre de música
El artista vallecano-alemán Javier Corcobado presenta, por fin, la pieza sonora más faraónica de la historia, al ser una 'suite'
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Corcobado: «En la música somos unos aficionados. El profesional es Dios»
![La canción de amor de 24 horas de Corcobado ocupa 32 gigas en un pendrive](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/10/OJO_3226-RRTyJL7g40LD31qMxTVurJJ-1200x840@diario_abc.jpg)
Un jardín en cada poro, que cantaba Sergio Algora. O sea, una miriada agitada y heteróclita de vida cocinada en la florida cazuela de la imaginación. A finales de junio escuchamos, por fin, la 'Canción de amor de un día', el proyecto faraónico de Javier ... Corcobado que literalmente dura 24 horas. «En la música, somos unos aficionados. El profesional es Dios», nos dijo el año pasado. Y ahora profundiza: «La eternidad ocupa gran parte de mis pensamientos. Me gusta pensar que existe y es tangible, que lo efímero denota humanidad».
En 2024 se han cumplido 40 años de ejercicio compositivo de Corcobado, y el artista vallecano-alemán ha publicado este proyecto como autorregalo a la humanidad de una canción de amor de 24 horas que casi acaba con él. «Me empleé muy a fondo. Me ocupé de la conexión con los artistas, de la búsqueda de dinero, de mis propias composiciones, de mucha parte de la grabación, mezcla y producción artística. Ese trabajo tan duro empezó en 2010 y el mástering con Gonzalo Lasheras lo terminé en enero de 2017. Fueron seis años de entrega física, mental y espiritual tan intensa que al final me agoté y tuve que reposar. Imagina la creación de algo tan magnífico, terminé muy desgastado».
Un Kilimanjaro musical en el que han colaborado más de 60 músicos o bandas, bajo la guía del maestro del ruido, desde Amaral, Calamaro, Aviador Dro, Bunbury, Erizonte, Justo Bagüeste, La Fura dels Baus, Nacho Vegas, Ajo, Carlos Ann, Alicia Alemán, Aintzane Aranguena, Vetusta Morla y muchos más con cien piezas en total en un plan loco que Corcobado comenzó a idear en 2004. ¿Qué fantasmas sobrevolaron la construcción del monolito? «Los mismos que a cualquier descubridor o explorador de lo desconocido. Por supuesto, vienen fantasmas de dudas y de qué sentido tiene todo, aparece el miedo, pero, al final, la seguridad sobre la obra pudo. Como capitán de la nave sobrevolamos planetas insospechados y paisajes incógnitos, sensaciones y emociones que yo desconocía en la música y me vi obligado por mí mismo de alguna manera a crear».
Recordar que obras de este tonelaje, aunque a cuentagotas de infinitud, alguna hay. Presuntamente, la canción más larga del mercado, aunque no hay constancia en la web del Libro Guinness, es un tema de 90 minutos llamado 'Zwei Jahre' ('Dos años'), del grupo alemán Phrasenmäher. En otro plano más expandido, tenemos la canción de 24 horas de los Flaming Lips que sacaron inserta en un disco duro dentro de una calavera real a 5.000 dólares la unidad. Y ya a nivel de máquina y algoritmo, está el 'Longplayer', de Jem Finer, que se reproduce desde la Nochevieja de 1999 y que acabará en 2999, y vuelta a empezar, una obra con tazones y gongs tibetanos que un ordenador va rediseñando en interminables variaciones. O la pieza de órgano de John Cage, 'Organ²/ASLSP (As SLow aS Possible)', que en una iglesia de la ciudad alemana de Halberstadt se tocará durante 639 años (salvo arrase del ingenio).
«Esta es la canción más larga de la Historia porque es una 'suite'. La de los Flaming Lips u otras que duran siglos… Aquí no se repiten las piezas aunque tengan un nexo común», explica el director de 'CADUD', cuya creación no podrá escucharse en Spotify, YouTube o demás plataformas por ser inabordable para su sistema. Aún en fabricación con la editorial Liburuak, saldrá como un libro-objeto numerado, solo 500 ejemplares y firmados. «Primero encuentras una caja. Sacas el libro de esa caja, lo abres, empiezas a leerlo y dentro hay otra caja con una llave usb que contiene 'La canción de amor de un día'. Es un pendrive de 32 gigabytes. Y la cajita es de madera y está aromatizada por unas gotas diseñadas especialmente por Aintzane Aranguena». Aparte, se editará en la discográfica Discos Necesarios, solo en un pendrive, que no tiene que ver con este libro, solo canción y libreto.
Ranchera, ambient, spoken word, música clásica, industrial, noise, post rock… Estilos diversos enhebrados por la batuta de Corcobado, con un plan en mente: desconfigurar el tiempo. Y un ejemplo: los niños no saben que las canciones duran 3 minutos, se lo dicen los adultos. «Es salir de la cárcel del tiempo y meterte en su ausencia. Pero para ello hay que abrir la conciencia. Según mi punto de vista, en el arte de hoy y en el del futuro han de confluir todas las disciplinas artísticas. Han de unificarse en uno que englobará todo lo que entra por los seis sentidos. Como he dicho, y a veces se me ha criticado, creo que el ser humano tiende hacia una sexualidad única también. Seremos autosuficientes en la procreación. Como decía John von Neumann, esas máquinas que son capaces de reproducirse a sí mismas. Bueno, pues el ser humano llegará a eso. Es duro aceptarlo. Pero cuanto antes lo aceptemos, mejor. Es decir, parece que nos deshumanizamos, pero, al final, luchando y agarrándonos tanto por ser humanos, lo que hacemos es enfermar. Soy un gran amante de la Tierra y del ser humano. Pero uno por uno. La masa es peligrosa siempre, y no tiene razón. Con 'Canción de amor de un día' pensé que habíamos creado un nuevo lienzo para componer. También encarcelado, porque no dura tres minutos, como una canción, sino 1.440 minutos. Y volviendo un poco a esa idea de la niñez, a ver si con un día completo se podía satisfacer... Un hambre de escuchar música».
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