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ABC Cultural

UNA MIRADA ACADÉMICA

El café de los espejos

Joyce llegó a Trieste en 1905 junto con su esposa. Tenía veintidós años y una gran ambición literaria, pero nada de dinero

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Estatua de James Joyce en Trieste

Clara Sánchez

El nombre de Trieste en español suena a tristeza y, sin embargo, es una ciudad soleada y en ocasiones ventosa. Está dirigida hacia el Adriático. Y, un día de abril, en el mar se divisa algo parecido a una ballena blanca y brillante ... por el sol. Pero se trata de un megayate ruso que, debido a la guerra de Ucrania, ha sido desalojado y flota como la tentación lejana e intocable del supremo lujo. Al igual que todas las ciudades italianas, esta concentra historia a raudales, cultura a raudales y un extraordinario gusto por el café, que hace casi imposible, entre tanta variedad, decidirse por alguno sin equivocarse.

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