ARTE
Bouchra Khalili: ver, oír y contar
Barcelona
Repaso exhaustivo en el MACBA al trabajo reciente de esta marroquí, obsesionada con dar voz a testigos que ayudan a visibilizar relatos olvidados de la Historia contemporánea

Lo tiene claro Bouchra Khalili, artista nacida en Casablanca en 1975, pero que reside en Berlín (ya se sabe: el mejor arte del mal llamado 'Tercer Mundo' se suele producir en el Primero, como ya dejó claro la muestra 'Trilogía marroquí' del Museo Reina Sofía ... (2021), en la que curiosamente no fue incluida). Y tan claro lo tiene, que lo escribe incluso en los cristales exteriores del MACBA, sede de su muestra 'Entre círculos y constelaciones': «¿Quién es el testigo de la Historia?», porque en función de este punto de partida son legados al futuro los relatos de una forma u otra.
Quizás habría que matizar que no es tanto el 'testigo' como el 'notario' el que marca la diferencia. Y les pongo un ejemplo suscitado esta semana: Todos hemos sido testigos (las cámaras estaban ahí para ello), y en esta misma ciudad, del plante que el President de la Generalitat dio al Jefe de Estado en la cena previa del Mobile Word Congress en el MNAC. Sin embargo, las cámaras también seguían allí –pero no todos dieron acta del hecho– cuando minutos después el 'molt honorable' decidió sentarse frente a él para disfrutar de la velada. Mi posición privilegiada como periodista me permite no solo ser testigo, sino también altavoz del hecho y trasmitírselo en un medio como son estas páginas.
Y ahí es donde radica el poder del mensaje de Khalili: que no solo el poderoso, el privilegiado, sea capaz de pasar de testigo a notario, por contar, precisamente, con un instrumento, la palabra, la oralidad, que ella transforma en una forma de resistencia, y que por eso cuida y mima en todas sus variantes dialectales.
Revisar discursos desatendidos o borrados
Regreso ahora al título de la propuesta: 'Círculos y constelaciones'. La exposición del MACBA reúne un buen número de trabajos audiovisuales de la creadora, salpimentados con propuestas paralelas de los últimos diez años con la misma temática pero en otros formatos, como serigrafías, fotos o documentación varia (ahí empiezan las constelaciones), todos ellos con el denominador común de revisar los discursos desatendidos o borrados, los que no se han elevado como hegemónicos a la hora de generar el relato histórico oficial.
El marco contenedor de todo lo propuesto lo generan de alguna forma dos vídeo-instalaciones clave: de un lado, 'The Tempest Society', con tres jóvenes atenienses que reflexionan en la misma cuna de la democracia (y en griego) sobre la crisis de la misma. Parten para ello del legado del grupo del teatro parisino Al Assifa (1972-1978) integrado por activistas y estudiantes que se enfrentaban diariamente a acusaciones de criminalidad y a actitudes racistas, y que se solapan con los movimientos que se vivieron en Grecia la pasada década. Y justo al final del 'recorrido', 'The Circle', de este mismo 2023 (razón por la que quizás no ha dado tiempo a subtitular, lo que dificulta muchísimo su comprensión), producido por el MACBA y la Bienal de Sharjah (donde además ha sido premiado, y en cuyo jurado estaba, aunque se abstuviera en ese momento, Elvira D. Ose, una de las comisarias de esta cita barcelonesa: como ven, constelaciones que no paran. Y regreso a la pregunta inicial, también aplicable aquí: ¿quién marca los relatos, en museos, en instituciones?).



En esta compleja pieza final se cierra la investigación iniciada en 'The Tempest', sobre el MTA y sus grupos de teatro Al Assifa y Al Halaka, cuya actividad cesó cuando uno de los miembros del primero presentó a mediados de los setenta su candidatura a las elecciones presidenciales francesas. Son dos jóvenes de ascendencia magrebí de Marsella los que excavan en un legado olvidado apoyándose en activistas de estos colectivos del pasado. Hablando de Marsella: Khalili, afamada artista internacional que ha pisado los espacios de la Bienal de Venecia (2013), del Palais de Tokio (2015) o del MoMA (2016), fue este 2023 una de las co-comisarias en las que se apoyó Marina Fokidis para hablar de su Mediterráneo idílico, sin revueltas, sin troikas, sin muertos... A todas luces, la marroquí tuvo que sentirse 'sin palabras'.
Y de fondo, Genet
En medio, con un montaje exquisito (aunque se agradecería menos contaminación acústica de las piezas, algo que supuestamente la artista potencia y estudia), grandes proyectos como 'Foreign Office', con dos jóvenes argelinos recordando con nostalgia el pasado olvidado de una Argelia recién independizada, foco de multitud de movimientos 'libertadores' en África, América y Asia (incluido uno por la independencia de Canarias) cuya utopía quedó enterrada en muchos casos. También 'The Speeches Series', trilogía sobre los (no) derechos cívicos y laborales de inmigrantes. O 'Twenty Two Hours', con un Jean Genet invitado por el Black Panter Party (BPP) a EE.UU., cuya estancia es revivida por dos jóvenes afroamericanas y Doug Miranda, entonces miembro de la organización.
La idea de constelación se visibiliza porque vamos viendo cómo algunos nombres propios saltan de un vídeo a otro; cómo sus mensajes se despliegan en serigrafías, en textiles, en fotos... Mientras el de 'círculo', el otro gran concepto del título, física y metafóricamente, introduce en la sala la tradicional Al-Halqa, literalmente 'círculo' o 'asamblea', una tradición centenaria marroquí para presentar en el espacio público 'el relato' desde la oralidad. Por ello muchos vídeos se visualizan en sillas dispuestas en circunferencia o en tribunas, aunque luego la tenue luz de la sala dé para poca charla. Sin embargo, el espacio expositivo es válido como altavoz, porque en él el espectador se convierte en un nuevo 'testigo'.

Bouchra Khalili
Entre círculos y constelaciones. MACBA. Barcelona. Plaza dels Àngels, s/n. Comisarias: Elvira Dyangani Ose y Hiuwai Chu. Hasta el 21 de mayo
Khalili es ante todo cineasta, y se nota. De hecho, lo juega todo a la edición de las piezas (que ya suponen otra 'manipulación' de contenidos). Y a los guiones (aquí hay poca naturalidad), y a la música... Por eso la cita termina con las carátulas de álbumes (y audios) de la colección del artista y músico Youcef Rocé Kaminsky, a modo de carta blanca. La marroquí no baja la guardia, y esta cita es un paréntesis susceptible de ser retomado en otra constelación, porque, no cabe duda, ahora mismo hay voces que están siendo silenciadas en el desarrollo de los relatos oficiales actuales. Lo bueno es que quedarán testigos.
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