CRÍTICA DE:
'Blackwater', de Michael McDowell: el exitoso regreso de la novela por entregas
Narrativa
Stephen King corona a McDowell como rey del terror publicado en tapa blanda, en entregas. 'Blackwater' está arrasando
Otras críticas del autor
![Michael McDowell (Alabama, 1950-1999)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/04/09/michael-RnGpeaySpN0rmTLPOUfvcxM-1200x840@diario_abc.jpg)
Así habló Stephen King: «Michael McDowell. Mi maestro. Fascinante, aterrador, simplemente genial. El mejor de todos nosotros». Pero–advertirlo también– lo cierto es que King siempre está muy dispuesto a la hora del ''blurb' generoso.
De ahí sus demasiadas maestrías reconocidas: Bradbury & Matheson & ... Bloch &.... Aunque otro dicho de King sobre McDowell vuelve más precisa y confiable su admiración. Porque allí corona a McDowell (Alabama, 1950-1999) como rey del terror publicado en 'pocket-paperback originals'. Es decir: directo a tapa blanda y góndolas de estaciones de autobús. Condición/estigma que no impidió a McDowell escribir a lo grande.
NOVELA
'Blackwater'
![Imagen - 'Blackwater'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/04/09/1612portafresan-U42306605852kEq-224x330@diario_abc.jpg)
- Autor Michael McDowell
- Editorial Blackie Books
- Año 2024
- Páginas 272 x 6
- Precio 9,99 euros cada volumen
Así jugó a varios seudónimos, escribió para televisión, y firmó guiones de 'Beetlejuice' y 'El extraño mundo de Jack' para Tim Burton. También, hasta su muerte por sida, McDowell fue avezado coleccionista de artefactos mortuorios y parafernalia funeraria.
Y la saga por entregas 'Blackwater' (1983) siguiendo las crecidas y sequías de la familia Caskey es, probablemente, su 'magnum opus' (lo que no implica el desatender a títulos como 'Los elementales' donde revoluciona la 'novela de/con casa/s embrujada/s)'.
Y el relanzamiento de los seis libritos (estrategia que le inspiró a King su magnífica 'La milla verde') significó redescubrimiento multi-ventas póstumo e internacional para McDowell. Entonces 'La riada', 'El dique', 'La casa', 'La guerra', 'La fortuna' y el inminente 'La lluvia' dan cuenta de clan con inequívocos modales de gótico sureño (subgénero más y mejor frecuentado por McDowell) con aproximación más bien lateral a lo que debe dar miedo.
Así, 'Blackwater' es algo mucho más interesante más por lo que 'no' es que por lo que 'sí' es. Aquí, el monstruo de la ecuación (que evoca y rinde inequívoco homenaje a aquellos 'Profundos' de H. P. Lovecraft) no importa tanto por el horror que desmaya sino por los desvelos que despierta. Aquí, no lo que el viento se llevó sino lo que el agua trajo. Y lo que trajo es a joven anfibia y no humana Elinor Dammert a Perdido –ciudad bajo las aguas por desborde de río durante la Pascua de 1919– para revolucionar a los adinerados Caskey. Tribu que bien podría ser vecina de los Snopes/Compson/Sutpen de Faulkner, de los Hamilton de Steinbeck, de los Buendía de García Márquez, de los Van Veen de Nabokov, de los Bellefleur de Oates o de los Drinkwater de Crowley.
La saga 'Blackwater' (1983), siguiendo las crecidas y sequías de la familia Caskey, es su 'magnum opus'
Ya se sabe: la sagrada pero, también, profana familia. Entonces, matriarcal duelo de titánicas a lo largo de décadas y más de 1000 páginas con malicia de gran culebrón telenovelero y pericia balzaciana a la hora de narrar fortunas e infortunios. Aquí, intrusa Elinor (quien asusta más en su conspiradora forma humana que en sus ocasionales arrebatos de furia submarina) versus gran dama Mary-Love Caskey.
Deshumanizados humanos
Ambas –acompañadas por reparto multitudinario ejemplarmente perfilado– enfrentadas en un minué a ritmo de Peyton Place. Y, más tarde, como en 'Cumbres borrascosas', sus reclamos y deudas recayendo sobre siguiente (de)generación con los problemas y privilegios de heredar la más escamada y fría de las sangres. Al final, inevitablemente, el río volverá a crecer y ahogar para demostrarle a deshumanizados humanos y a monstruos humanizados su pequeñez, su miseria, su del agua venimos y al agua volvemos.
Y ese agua es, claro, muy pero muy negra.
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