crítica de:
'Anna O', de Matthew Blake: el síndrome de resignación en la trastienda de un crimen
narrativa
El escritor británico ha escrito una historia con un tono y un ritmo que nos recuerda al suspense de los mejores clásicos del cine
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El primer 'thriller' del británico Matthew Blake, que se traducirá en más de cuarenta países, tiene su origen en una estadística y un diagnóstico. La estadística sostiene que 33 años de nuestra vida los pasamos dormidos. El diagnóstico sirve para dar nombre a una extraña ... enfermedad, el síndrome de resignación.
Se trata de una dolencia que nos asalta ante la ausencia completa de esperanza y propicia que entremos en un letargo a largo plazo, muy parecido al sueño, del que resulta difícil despertar. Esto es lo que le ocurre a la joven Anna Ogilvy, la protagonista de la novela de Blake, a la que encuentran dormida y manchada de sangre al lado de los cuerpos acuchillados de sus dos mejores amigos.
NOVELA
'Anna O'
![Imagen - 'Anna O'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/14/1627portamarina.jpg)
- Autor Matthew Blake
- Editorial Salamandra
- Año 2024
- Páginas 448
- Precio 22 euros
El caso de Anna O —así se apresurarán a bautizarla los medios y las redes— conmociona a la sociedad británica, que se divide rápidamente entre los que defienden su inocencia y aquellos que están convencidos de su culpabilidad, y llama la atención del psicólogo forense Bendedict Prince, al que se le brinda la oportunidad de devolver la consciencia a la sospechosa.
A partir de este planteamiento, Blake construye una trama sólida pero sobre todo elegante, que va saltando de punto de vista y nos pasea, alternando las miradas de los personajes, por diferentes lugares, documentos y tiempos de la historia de Anna, quien desde la niñez, como Prince no tardará en descubrir, ha sufrido episodios de sonambulismo que la han llevado a cometer actos terribles.
Con la incógnita de la escena del crimen como acertado núcleo de la ficción, que gira a su alrededor describiendo cada vez círculos más pequeños, 'Anna O' cuenta, además, con otra fortaleza: el tema interesantísimo del sueño, que da pie al misterio y, en manos de Blake, capaz de lograr el equilibrio entre la acción y los pasajes más divulgativos, cautiva al lector.
A la protagonista de la novela, la encuentran dormida y manchada de sangre
¿Qué responsabilidad tienen los sonámbulos sobre lo que hacen dormidos? ¿Qué porción de la realidad, qué estímulos sensoriales tienen la fuerza suficiente para atravesar la barrera del letargo y despertar nuestra emoción? Y, sobre todo, ¿qué puede despertarnos y qué dormirnos? ¿Cuál es el motor que, por debajo de nuestra voluntad, nos empuja a abrir los ojos cada día? ¿Y cuál el que nos apaga, incapaces de afrontar la cotidianidad hasta el extremo de que la única opción posible es «fundirnos», en una reacción más propia de una máquina que de un ser vivo?
Escrita con un tono y un ritmo que nos recordará al suspense de los mejores clásicos literarios y cinematográficos —sería imperdonable no mencionar aquí a Hitchcock como un claro antecedente—, 'Anna O' flaquea mínimamente al final, momento en el que Blake parece no darse cuenta de que ha escrito un relato capaz de suscitar el interés del público más allá de los hechos concretos y se empeña en ofrecernos un desenlace algo enrevesado, que en realidad es lo de menos, porque lo que importa es hasta qué punto ha logrado interesarnos al convertir su novela en un trampolín para nuestra curiosidad.
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