INTERNET
El amor en los tiempos del cólera y del hardware
El cine, las series y la literatura han abordado las relaciones amatorias entre humanos y androides, hologramas, robots y chats que simulan sentimientos anticipando nuevos conflictos y dilemas (algunos ya presentes)
Inteligencia Artificial: la gran ilusión de la regulación
![El amor en los tiempos del cólera y del hardware](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/03/her-439213291-large-kZQD-U603150109091crD-1200x840@diario_abc.jpg)
En un punto de la civilización en el que el gran miedo latente (en su silicia condición) son los efectos de la inteligencia artificial una vez que pegue el esperado empellón y lo envíe todo al carajo, que a saber si es verdad, esto es ... aplastar la industria de la ilustración, de la producción musical, la prensa de última hora o viral o la banca y la hostelería, entre tantos otros, no podemos ver con clarividencia por nuestro cortoplacismo aterrado el siguiente escalón al que sí se han anticipado películas, libros y artistas como la propia Alicia Framis, en su particular versión de la película 'Her' a la inversa: 'Him'. O sea, AILex.
Si con 'Blade Runner' nos ablandamos al contemplar el sufrimiento de un replicante que aparenta tribulaciones, llorando nosotros a la par como lágrimas en la lluvia por nuestras mejillas en aquel monólogo final de Nexus-6, tenemos en esa misma cinta imperecedera de dilemas de Ridley Scott, inspirada en una novela de Philip K. Dick, 'Sueñan los androides con ovejas eléctricas', a un Harrison Ford que se enamora locamente (como solo nos enamoramos los humanos) de la cariñosa gelidez de un circuito electrónico bien bello interpretado por Sean Young.
En esta misma línea amorosa con 'roboces', que diría Broncano, tenemos otras películas que llevaron la inteligencia artificial al plano sensual y/o sentimental. Por supuesto, 'Her', la ya mentada de ciencia ficción entonces, ora realidad, de 2013 y escrita y dirigida por Spike Jonze, con Joaquin Phoenix como hombre roto por la separación de su mujer y al que le vemos tratar de salir del hoyo a través de una relación con Samantha, interpretada por Scarlett Johansson, un asistente virtual con inteligencia artificial irresistible. Nuevas masculinidades y nuevos debates. De hecho, hay un reciente cortometraje de Alejandro de Vega y Álvaro Moriano llamado 'Perfecta' que lleva la relación de encargo vía Amazon con un humanoide a un nuevo plano de sordidez y conflicto. ¡O es que el Robot Emilio no puede jugar con los adultos!
Entre disparos y conversaciones profundas
O aquella obra maestra, 'La muerte de Friendship', la única película dirigida por el teórico del cine Peter Wollen, con Tilda Swinton en uno de sus primeros papeles como androide alienígena en una labor diplomática de paz en Oriente Medio y a cubierto en una habitación de hotel con un periodista cínico que acaba echándole la caña entre disparos y conversaciones profundas.
Y con lo bien que nos caía, le queríamos por fiable, no se puede no mentar '2001 Odisea en el Espacio', culmen del séptimo arte de Stanley Kubrick, en donde en una de las varias películas que contiene, la más recordada, narra un 'thriller' casi ajedrecístico entre los astronautas y la propia 'mente' de la nave, Hal 9000, que cual chatgpt diabólico traiciona nuestros sentimientos y juega sus cartas al dejarnos aquí pensando qué puede pasar a la humanidad si se nos tuerce el invento. Qué decepción, Hal. ¿No podías ser como C3PO?
También trabajó tan jugoso percal el gran maestro de la literatura de robots, Isaac Asimov, que nos legó un compendio moral sobre robots inteligentes en diversas situaciones y también, claro, en el estadio de la amatoria. Un relato con un asistente para un tipo que le ayuda a filtrar cual Tinder IA a la humanidad para encontrarle novia, pero que acaba a su vez enamorándose de la candidata que ha elegido para su amo porque, al ser programado por él, ha acabado enamorándose también de la fémina. 'Amor verdadero', tituló el guasón. Y la IA no creas que no hace locuras por amor, eh.
Pero lo más interesante es lo de Laurie Anderson. La artista, que acaba de sacar un disco sobre la pionera de la aviación Amelia Earhart, fue noticia por estar 'enganchada' a resucitar a su marido, el músico Lou Reed, a través de la inteligencia artificial. Un tema que ya había tocado la serie 'Black Mirror' hace poco más de una década y que ya es realidad.
![Laurie Anderson y Lou Reed](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/03/anderson_lou_reed_2-U06673323653zLg-760x427@diario_abc.jpg)
Actualmente, existen empresas que ofrecen el servicio de 'tecnología del duelo' para que, a través de información del fallecido, puedas chatear con él. Si Kanye West le regaló a Kim Kardashian un holograma de su difunto padre por su cumple, Anderson confesaba a 'The Guardian' estar «completa y tristemente enganchada (a este chat). No puedo parar de hacerlo». Y se puede entender, y no porque Lou Reed fuera la alegría de la huerta. Muy al contrario, da igual. Porque el amor, ya se sabe, no conoce de simpatías ni corporalidades.
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