LA TRASATLÁNTICA
'Ecce' Caravaggio
Caravaggio dejó de firmar sus obras muy temprano y las vicisitudes de su vida de proxeneta y asesino le complicaron a sus admiradores la labor de archivo
Otros textos del autor
!['Ecce Homo', de Caravaggio](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/05/09/caravaggio-Rk5AtFxWsFovit5wABoK8rN-1200x840@diario_abc.jpg)
El ramalazo de luz meridional, la manera imposible del cuello, la humanidad triste de las uñas de los pulgares —una comida, la otra rota—, el gesto de desesperanza de Pilatos, que ya sabe que no va a obtener la clemencia que le inspira el ... cuerpo torturado que muestra en el balcón del pretorio. Y atrás, la ternura idiota del soldado que impone el manto representado con la tela roja que aparece en casi todos sus cuadros —seguramente entintada con cochinilla mexicana, un lujo excepcional en el 17 temprano.
El hallazgo de un Caravaggio desconocido —hay tan pocos y los que hay se han disputado tanto— siempre altera un nervio, aun si se nos aparece en la pantalla del teléfono. La herida de la primera vez palpita, como si nos encontráramos a alguien de quien estuvimos enamorados y no hubiéramos cambiado.
Seguramente habrá disputas, artículos, bofetones que harán volar gafitas de Le Corbusier. Si, como parece claro, el 'Ecce homo' de Caravaggio que se expondrá en El Prado a fines de mes es el que fue propiedad de Felipe IV, ¿cuál es la historia del que conserva el Palazzo Rosso en Génova?
A fines de la primera década del siglo 17 Michelangelo Merisi da Caravaggio estaba en Nápoles, esperando la condonación de una pena de muerte por decapitación. De ahí los autorretratos como cabezas cortadas y, tal vez, de ahí, la proliferación de cuadros en los que se representa la judicialización del cuerpo de Jesús de Nazareth. La escena del 'Ecce homo' viene de Juan (15, 9), el más denso y pensativo de los evangelistas —los otros tres son pura acción. Anota el misterio más insondable de la fe cristiana: un dios vulnerado porque también es, e irresolublemente, humano. En el cuadro recién presentado, Pilatos no aparece vestido de pretor, sino como un juez.
Caravaggio dejó de firmar sus obras muy temprano y las vicisitudes de su vida de proxeneta y asesino le complicaron a sus admiradores la labor de archivo. Al poco de su muerte se dejó de escribir sobre él y hasta principios del siglo XX la mayoría de sus cuadros estaban atribuidos a otros artistas y jugaban roles secundarios en las colecciones que los conservaban. Es, al mismo tiempo, una invención de la modernidad y el inventor del arte moderno —los grandes espacios vacíos, el desprecio del dibujo, la idea del arte como colaboración entre artista y objeto.
Pintaba en estudios oscuros con una claraboya en el techo, que permitía la entrada de un raudal y su proyección sobre el lienzo en una camera lucida primitiva, de ahí que no dibujara, de ahí que lo que hacía era, en realidad, representar la 'performance' de sus modelos. La escena del 'ecce homo' describe para los católicos el momento justo anterior al retorno de la posibilidad de santidad a la Historia. El sufrimiento del Cristo ya no tiene vuelta atrás y su muerte, inminente, va a redimir a la humanidad caída. Va a actuar la Gracia, pero todavía no. En el cuadro, una diagonal de luz cenital señala la caída —dejando en la oscuridad al juez y el soldado. «Aquí tienen al hombre», dice Pilatos desde el balcón. «Aquí tienen al artista», dice Caravaggio.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete