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en el centenario de la muerte de kafka

Alfred, el tío de Madrid

Mujeriego y solterón, afable y educado, triunfó en España, hizo de Madrid su ciudad y nunca perdió el contacto con su sobrino Franz

Kafka & Kafka, por Rodrigo Cortés

En la madrileña Sacramental de Santa María descansa Alfredo Loewy. En la lápida una foto con su sobrino F. Kafka Tania Sieira

Javier Rioyo

«Kafka no acaba nunca. No puede acabar. Interminables se vuelven todos los caminos por la duda»

(Elias Canetti )

«O mi tío nos busca un empleo en España o tendremos que marcharnos a Sudamérica o a las Azores, a Madeira» eso escribe a ... su amigo Max Brod el joven Franz Kafka. Tiene 25 años, acaba de terminar sus prácticas en un bufete de abogados en Praga y se encuentra en el paro. Le gusta escribir y soñar con otra vida fuera de Praga, fuera de la familia, lejos del padre y se imagina exotismos, «ver a través de la ventana de la oficina campos de caña de azúcar o cementerios mahometanos». Ni cañas de azúcar se veían desde su despacho de la Estación de Delicias, ni cementerios mahometanos desde los balcones de la calle Mayor. Su tío Alfred Loewy, 'el tío de Madrid', hermano mayor de su madre, vivía en Madrid desde el año de 1895 para ocupar un alto cargo en los Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal y del Oeste de España. Aquí se quedó hasta su muerte en 1923, aquí siguen sus restos en un tranquilo y retirado olvido.

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