LIBROS
‘Travesía de Madrid’, la primera novela de Francisco Umbral
Feliz recuperación de su debut narrativo, ya perfectamente umbraliano, con un estupendo prólogo de Ángel Antonio Herrera
![Francisco Umbral (a la derecha) con Pemán (a la izquierda)](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2022/07/02/Umbral-kivF--1248x698@abc.jpg)
«Estamos ante el gran libro inaugural de la obra masiva de Umbral, pero un libro que ya abrocha los confines estilísticos de tantos otros títulos venideros, donde se voltea la metáfora, se aborrece el tópico y se alegra el mejor barroquismo» , apunta ... Ángel Antonio Herrera en el magnífico prólogo que antecede a esta feliz recuperación de la primera gran novela de quien es uno de los más soberbios prosistas de la literatura española del siglo XX.
Recuerda también Herrera que el autor de ‘Mortal y rosa’ le confesó a Miguel Delibes que en ‘Travesía de Madrid’, aparecida originariamente en 1966, pero de absoluta vigencia, había probado a hacer un gran ‘collage’ madrileño, y proclama: «Y eso sí me ha salido bien».
![‘Travesía de Madrid’. Francisco Umbral. Austral, 2022. 320 páginas. 9,99 euros](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2022/07/02/Um-kJ9B--220x220@abc.jpg)
Un pícaro del siglo XX
En efecto, esta novela nos sumerge en una capital de España, tan presente en toda la producción umbraliana, que es, como bien resume Ángel Antonio Herrera, «una ciudad descerrajada, un nudo de jirones del urgente vivir urbano». Paseamos por ella de la mano de su protagonista y narrador en primera persona, un ‘outsider’ que aspira a convertirse en una suerte de gigoló, un pícaro del siglo XX que s e busca la vida en medio de amorios fugaces con mujeres de toda laya, donde se practica una sexualidad libérrima e imperiosa. La obra, tras una significativa y certera cita de Kierkegaard -«La angustia es el vértigo de la libertad»-, arranca con la llegada de su protagonista a la pensión de doña Agapita, «una casa de clase media venida a menos». Luego, otras pensiones, todas pobladas de singulares huéspedes, otros escenarios, sus andanzas por la urbe desde sus zonas más nobles -el paseo de la Castellana, la Gran Vía...- hasta barrios periféricos y marginales como El Pozo o Abroñigal.
La personal concepción umbraliana de los géneros se aprecia ya aquí, junto a algunos de los asuntos muy propios de quien cosechó numerosos premios -el Nadal , el Mariano de Cavia , entre otros-, como su reivindicación de los felinos: «El gato es una absoluta y evolucionada forma de existencia». El estilo preciso, único, relampagueante, lírico de Umbral se despliega en toda su plenitud en su primera salida a la palestra literaria. Saboreen el exquisito plato que es ‘Travesía de Madrid’.
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