'Reyes de la noche': Malditos bastardos

El espectador nunca escucha los nombres de José María García y José Ramón de la Morena , aunque el escenario no ofrece dudas, que termina de despejar un Gil y Gil al cuadrado, aún más voluminoso que el original, si cabe. Valor y Garrido confiesan que se han marcado un Tarantino , como cuando Hitler recibe su merecido en 'Malditos bastardos'.

El falso De la Morena parece un poco más diluido en el cuerpo espigado de Miki Esparbé . Javier Gutiérrez , fabuloso, no se conforma con hacer una imitación de cadena generalista, pero tampoco se apea del añejo soniquete, de las pausas melodramáticas y de la ristra de epítetos, felizmente renovada, que tantos maridos seguían como una religión mientras sus mujeres blasfemaban en privado. Esto generalizando un poco, pero eran los tiempos en los que el rumor era la antesala de la noticia.

El retrato a carboncillo contrasta con el trazo grueso de los colaboradores, más cercano a la caricatura. Es posible que la realidad vuelva a golear a la ficción, pero los dos jefes chupan protagonismo y dejan poco espacio para los matices de la tropa.

Con un ego digno de Patton , los generales sacrifican a sus hombres en el frente y los desprecian en el cuartel. El humo y el alcohol son lo de menos en unas peceras saturadas de testosterona donde sin embargo, cuando se encendía la luz roja del directo, el fuego de la palabra, podía saltar la chispa de la magia. Las exclusivas se conseguían como siempre, si es preciso en la cama y a costa de la salud y el puesto de quien se tercie. No era, ni es, un trabajo para pusilánimes. Por suerte, ya sí lo es para todos los sexos.

Si el relato es justo, solo importa a los supervivientes, que reciben su propia medicina. Ellos mismos llenaron sus programas de imitadores rara vez graciosos. Los capítulos son pocos, ágiles y cortos , perfectos para ganarse a la audiencia. Juegan con la memoria de unos y el desconocimiento de otros, con una crueldad tragicómica, siempre preferible al mejor chiringuito.

No tardaremos en saber que se graba la segunda temporada. Igual es otra machada, pero 'Reyes en la noche' llega muy segura de su éxito. El arco de intriga está mejor trazado que algunas situaciones, no siempre bien resueltas, pero demonios, esto es una comedia ligera sobre nuestro oficio, el mejor y el peor del mundo. Tarjeta amarilla, como mucho .