LIBROS
En la pasión como en la existencia de Alda Merini
Alda Merini, una de las grandes escritoras italianas, transitó por la locura. Esta obra es un prodigio de narración poética

Personaje mítico de la literatura italiana, la gran poeta Alda Merini , nacida en Milán en 1931 y fallecida en 1953, se convertiría con el tiempo en un auténtico icono de la cultura popular , cuyos poemas muchas veces acabaron cantados por conocidos intérpretes ... como Milva y Lucio Dalla, o por Roberto Vecchioni que le dedicó un concierto. Marcada por la locura y la exclusión, como también sucedió con el otro gran poeta maldito italiano Dino Campana , autor de unos maravillosos ‘Cantos órficos’, Merini empezó a escribir muy pronto, siendo descubierta, e incluida, en una famosa antología del crítico literario Spagnoletti.
Admirada y alabada desde sus inicios por los más importantes nombres del pasado siglo en Italia, como los premios Nobel Eugenio Montale y Salvatore Quasimodo, además de por Pasolini o la crítica Maria Corti, Merini sería objeto de numerosos documentales y su espíritu de independencia, su coraje en los periodos más duros de reclusión en diversos psiquiátricos, así como la fuerza, la magia y el esplendor hipnótico de sus versos, hizo de ella un nombre cada vez más unánimemente reconocido, llegando a ser una firme candidata al Nobel en sus últimos años.

Su bellísimo libro ahora aparecido, una especie de desgarradora y deslumbrante autobiografía , con la forma de prosa poética y aforística, ‘La loca de la puerta de al lado’ («para los vecinos yo era, sigo siendo, la loca de la puerta de al lado») es todo un acontecimiento.
Terrible
Publicada en 1995, recorrerá los temas centrales de su vida: la poesía, la crueldad de los tratamientos en los hospitales donde era internada («esta novela que es mi vida podrá ser una novela negra, una historia terrible inventada en torno a aquel espantoso ciclo menstrual del pensamiento, en torno a aquellas hemorragias mentales fruto de los electrochoques»), la locura («la locura es el levantamiento de unos poderes ocultos que se proyectan en una sola dirección y que de repente irrumpen en el trazado de una vida que poco antes parecía lineal»), su «triste lucha» por la ley Basaglia (la ley que abolió los manicomios en Italia), su encarnizado empeño por ser comprendida más allá de su sofocante imagen pública («a ojos de todos soy una loca, a mi alrededor hay tal vacío de soledad, de cotilleo»), el dolor como eje existencial o referencias a otras de sus más grandes obras como ‘La Terra Santa’, ‘La otra verdad’ (Mármara, 2019) o ‘Delirios amorosos’.
Sus poemas, muchas veces fueron cantados por intérpretes como Milo o Lucio Dalla
Casada, y enviudada, en dos ocasiones , Alda, con tan solo quince años tendría un encuentro trascendental en su vida: Giorgio Manganelli , el no menos mítico y singular entre los singulares escritores del pasado siglo. Numerosas serán las ocasiones en las que, entre decenas de amigos, de editores, de amantes y de otros creadores, aparezca en su libro el nombre de este inclasificable milanés, al que le unió una relación tormentosa : «Manganelli fue, además de mi Pigmalión, algo que estaba más allá del bien y del mal, e incluso más allá de mi amor por él. Ambos especialistas en el siglo XIV y ambos fogosos tanto en la pasión como en la existencia».
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