CULTURA DIGITAL
Los memes y TikTok: el nuevo servicio militar obligatorio
«A diario vemos cómo jóvenes y viejos adoptan meméticamente la última idea o perreo de moda. Ahora hay que detestar a Putin, ayer tenerle un miedo atroz a la covid y mañana el algoritmo proveerá. El ser humano aprende por mímesis, quiero decir: por mémesis»
Meme: un fenómeno muy serio
![Los memes y TikTok: el nuevo servicio militar obligatorio](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2022/06/17/castro-U30746118760O9G-U73124652418AjX-1248x698@abc.jpg)
A estas alturas, no hace falta decir que los memes han revolucionado el mundo del humor y de la comunicación. No hace falta decirlo porque es falso. El origen de los memes es tan antiguo como las pinturas rupestres . Surgieron cuando a alguien ... se le ocurrió combinar ingeniosamente un texto con una imagen. Al pertenecer a dos regímenes estéticos diferentes, lo escrito y lo visual se recombinan a placer. 'Esto no es un meme', podría haberse titulado el cuadro cliché de Magritte. ¿Qué son las viñetas del Roto sino memes para 'boomers'?
La democratización de la tira cómica
Lo que hoy llamamos memesfera no es más que la democratización de la tira cómica, igual que Twitter solo es el reino anárquico de los aforistas frustrados. Claro que democracia no significa igualdad, ni mucho menos. Así como el sufragio universal suele conducir a la tiranía demagógica, en las redes sociales percibimos esa misma mezcla de regresión a la media y de culto a la personalidad cuqui. Muchos memes son llamados, pero pocos elegidos y reproducidos una y otra y otra vez. Estos imponen su régimen de humor durante meses, o quizá horas, hasta que otro los destrona y los arroja al basurero de internet. 'Ubi est Ola ke ase?'
Tampoco hace falta recordar que el término meme lo acuñó un sociobiólogo -¿cómo se llamaba? pa ke quieres saber eso jaja saludos- para referirse a la cultura en general, esto es, a aquellos rasgos que no se heredan por los genes. En ese sentido, hasta las amebas transmiten memes. No hace falta recordarlo porque a diario vemos cómo jóvenes y viejos adoptan meméticamente la última idea o perreo de moda. Ahora hay que detestar a Putin , ayer tenerle un miedo atroz a la covid y mañana el algoritmo proveerá. TikTok es la nueva escuela sin paredes, el nuevo servicio militar obligatorio, en el que cada quien milita y aprende lo que toca. ¡Y vaya si toca! Pues el ser humano aprende por mímesis, quiero decir: por mémesis.
Ínfulas de autoridad
Tal vez no haya causa social más perdida y entrañable que la de los memeros con ínfulas de autoridad y autoría. Ellos son su propia némesis. Muchas cuentas y canales de memes quieren monetizar sus obras, que se reconozca su firma, que no se lucren otros a su costa. Es tan irrisorio como intentar endilgarle un 'copyright' al refranero. ¿Recuerdan lo que le ocurría a quien robaba a un ladrón? Yo no, y por eso me abstengo. Como decían aquellos versos: «Hasta que el pueblo los plagia, / los memes, memes no son, / y cuando los plagia el pueblo, / ya nadie sabe el autor». No me pregunten el nombre del poeta, que tampoco me acuerdo.
Si yo me apellidase Heidegger , les intentaría convencer de que meme y memoria provienen de la misma raíz etimológica y de que, a la postre, aprender es recordar y recordar es 'memetizar', esto es: repetir con variaciones incomprensibles, imperceptibles para el inexperto. Pero como no me apellido así, no se lo voy a decir. 'Nomen non est omen'. Los apellidos y las etimologías revelan poco sobre la esencia de las cosas. No soy memo, ese meme no me lo trago.
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