Juan Gómez-Jurado - BALAS PERDIDAS
A los monstruos no mirar
'No mires arriba' nace para hacer un ruido necesario

Ignoro si 'No mires arriba' , la película de estos días de asueto, será, con el paso de los años, significativa o no. Si hablaremos de ella cuando el tsunami que bien saben provocar quienes se encargan de crear cebos para que sintamos la necesidad ... de consumir haya bajado y olvidemos el reparto de lujo, el tema profundamente actual, el tono satírico con el que está pensada y la explosiva campaña de publicidad . Por ignorar, ignoro a día de hoy si me ha gustado o no.
Lo de menos, creo, es si seguiremos hablando de ella dentro de unos años como hablamos, no sé, de 'El Padrino' o de 'El Guernica' , no nace esta película pensando en dejar poso sino en hacer un ruido tal vez necesario en las pocas conciencias permeables que, en este mundo de convicciones inquebrantables, vayan quedando. Nace para enfadar a unos y contentar a otros. Se han enfadado, en este caso, los liberales a los que van dirigido sus dardos, y se han contentado aquellos que han visto refrendadas sus ideas, lo que viene siendo un tuit en forma de película multimillonaria.
Hay obras que no existen para gustarte , aunque lo parezca en este mundo hedonista que piensa que, ya que paga, debe exigir la completa satisfacción no del producto que ha consumido, sino del que esperaba encontrar. Hay obras, discos, cómics, pelis, que se conciben no para gustar, sino para revolver . Esta lo hace, ataca a la sociedad en que vivimos hoy, que se ha convertido en un enjambre de voces discrepantes por debajo mientras los medios, acechados por la amenaza de perder a cualquiera de sus posibles seguidores/clientes, filtran las palabras por el colador de lo generalista, de lo que todo el mundo puede escuchar sin indignarse.
La democratización de la opinión era esto, millones de voces, cada una con su altar y su golpetazo en la cabeza de intereses, frustraciones y manías mientras los medios generalistas tratan de tapar todos los agujeros de esta regadera loca y se van quedando sin dedos. No lo alabo, no lo critico, trato de asimilarlo , trato de entender este nuevo mundo llegado a base de redes que, al interconectarnos, no ha hecho sino desprotegernos de las bondades de no conocer a quienes no eran de nuestro entorno y, por lo tanto, de conocer también aquellas cosas buenas que nos estábamos perdiendo, todo así de ambiguo, todo así de inestable.
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