ARTE
Injerencias, recortes y cambios de roles: la tónica en los centros de arte en España
Pese a las buenas prácticas que se aplican supuestamente en todos, los museos de nuestro país se enfrentan a un modelo de gestión política que debilita su día a día y su supervivencia
![Injerencias, recortes y cambios de roles: la tónica en los centros de arte en España](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2021/02/06/MARCOS_GARCIA-kOHB--1248x698@abc.jpg)
Las infraestructuras culturales públicas sufren el asedio de los recortes económicos y de la injerencia política. Lo comprobamos en las recientes declaraciones de Juan Guardiola –que han provocado su destitución– acerca de la insostenible situación logística del centro que dirigía, el CDAN de ... Huesca . Otro ejemplo es el MUSAC de León , levantado en 2005 como símbolo de una gestión volcada en el arte del presente, y que hoy permanece desatendido por parte de las administraciones responsables. Casos similares se repiten en distintos puntos de España, reflejo de un modelo que nació con la democracia, basado en la cultura como herramienta de modernización y en una simbología turística propia de cada Comunidad Autónoma.
Su verdadera cara
La megalomanía de los gestores políticos mostró su verdadera cara en la segunda oleada de contenedores culturales, erigidos desde finales de los noventa al calor del exitoso modelo de Bilbao. Ejemplos de esta larga fiebre Guggenheim son la Ciudad de la Cultura en Santiago de Compostela o el Centro Niemeyer en Avilés, millonarias infraestructuras diseñadas por célebres arquitectos, hoy infrautilizadas a unos niveles ridículos. Este tipo de proyectos, planteados desde el cortoplacismo y un entendimiento de la cultura como ocio turístico, han tenido unas consecuencias lamentables. La lección quedó clara con la crisis financiera de 2008, pero se repite durante la Covid-19: cuando a la cultura solo se le suponen funciones recreativas y promocionales, es de las primeras en sufrir los recortes.
Este tipo de proyectos, planteados desde el cortoplacismo y un entendimiento de la cultura como ocio turístico, han tenido unas consecuencias lamentables
El número de museos de arte contemporáneo abiertos en España durante la democracia no tiene parangón a nivel internacional. Fue un crecimiento desmedido , asociado a una burbuja especulativa más que al interés por promover la creatividad y el conocimiento.
Se generó así un equipamiento demasiado caro de programar y de mantener, que ha quedado obsoleto ante los nuevos retos museológicos. Gran parte de los centros de arte de titularidad pública apenas tienen recursos para dinámicas educativas, académicas, de infraestructuras, de digitalización o de atracción de nuevos públicos. La figura del director, responsable de un plan rector que se resuelve a largo plazo, resulta políticamente molesta y de fácil descrédito.
![Manuel Olveira, director del MUSAC](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2021/02/06/m457_arquitectura_musac-kOHB--510x349@abc.jpg)
Acabamos de conocer la decisión del Ayuntamiento de Madrid de no renovar a Marcos García como director artístico de Medialab Prado . La futura gestión de Tabacalera , dependiente del Ministerio de Cultura, también es una incógnita. En Cataluña, centros como el Arts Santa Mónica de Barcelona llevan años sin dirección, y más de una docena de espacios culturales allí permanecen a la espera de consolidar este puesto.
Entre medias, nos hemos acostumbrado a un nivel de injerencia política inaudito en otros contextos: sin querer ser exhaustivos, fueron sonadas las destituciones de Tomàs Llorens y de María Corral , o las dimisiones de Juan Manuel Bonet y de Ana Martínez de Aguilar , todos al frente del Museo Reina Sofía ; también la dimisión de Alicia Chillida del CAAM de Las Palmas de Gran Canaria , y la polémica del MUSAC, cuando dimitieron Eva González-Sancho y el comité asesor . En 2015 fueron las destituciones de Óscar Abril en la dirección de La Laboral de Gijón y la de Javier Fuentes Feo en el CENDEAC de Murcia.
Después, vinieron la rocambolesca dimisión de Bartomeu Marí en el MACBA de Barcelona , la destitución de Fernando Gómez de la Cuesta al frente del Casal Solleric de Palma, la marcha de Iñaki Martínez Antelo del MARCO de Vigo ante las presiones de la alcaldía, o el cese de Rafael Doctor en el Centro de Andaluz de Fotografía en Almería , entre otras.
La figura del director, responsable de un plan rector que se resuelve a largo plazo, resulta políticamente molesta y de fácil descrédito
Ni siquiera el acceso a este cargo directivo por medio de un concurso público intimida a nuestros políticos: hace poco, el Ayuntamiento de Valladolid impuso, a las bravas, una exposición de Cristóbal Gabarrón en el Museo Patio Herreriano , desaprobada desde la propia dirección del centro. Con decisiones así se diluyen las identidades de los centros de arte.
Más allá de las particularidades de cada polémica, en su mayoría responden a una gestión política que no busca tutelar la «cosa pública», sino sacar un rendimiento inmediato y clientelista . Una injerencia amparada por la ineficacia del Ministerio de Cultura, incapaz de involucrarse con seriedad en las problemáticas de nuestros artistas, gestores y espacios de arte.
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