José Luis Garci - TELEGRAMAS CINÉFILOS
Berlanga y ‘Plácido’, dos aniversarios en uno
Para José Luis Garci, ‘Plácido’ es una de las siete maravillas del arte español de después de la guerra

Se cumplen cien años del nacimiento de Berlanga y sesenta del estreno de ‘Plácido’ , la película de mi vida. La vi en octubre de 1961, en el cine Pompeya . Entonces yo era un chico que se moría por las películas. ... Trabajaba en un Banco, el Ibérico, y los de mi negociado (Cámara de Compensación) me llamaban «el Alfonso Sánchez de Cuentas Corrientes». La cosa es que, tras asistir a aquella ceremonia de la incomunicación, lo tuve clarísimo: pelearía sin descanso para acercarme al cine, para pertenecer al oficio de aquellos tipos llamados Berlanga, Azcona…
‘Plácido’ es una de mis siete maravillas del arte español de después de la guerra , junto a ese cuadro fantasmal de la Gran Vía de Antonio López , el Gimnasio del Colegio Maravillas, de Alejandro de la Sota ; ‘La colmena’, de Cela, ‘Mediterráneo’ de Serrat , la colección de libros de bolsillo de Alianza Editorial (portadas de Daniel Gil ) y, ‘last but not least’, los versos de Luis Alberto de Cuenca , el único pop-socrático de nuestros poetas. Plácido, hoy, es la mejor explicación de España. También la autobiografía moral de un sabio que, sin sermones ni solemnísimos, nos dice que el mundo no está bien inventado y que la vida, muchas veces, es una lata y un asco.
Los ojos de Berlanga tenían la misma intensidad que los de Picasso. Aquel cínico levantino, al que tuve la suerte de conocer, filmaba con la misma naturalidad que Billy Wilder , y sus planos de larga duración tienen idéntica calidad que los de Max Ophüls . Luis, como Billy, disfrazaba de ligereza lo que podríamos llamar profundidad de la buena. Un Berlanga en color, dibujo de Paco Izquierdo , me mira con su aire despistado mientras termino estas líneas.
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