ILUMINACIONES
Bach, música para la eternidad
La ‘Pasión según San Mateo’ de Johann Sebastian Bach es una obra prodigiosa, de un enorme virtuosismo técnico, cuyo fin es conmover

Resulta imposible definir la grandiosidad musical y la intensidad dramática de la ‘Pasión según San Mateo ’, la gran obra de Johann Sebastian Bach, estrenada en la iglesia de Santo Tomás de Leipzig, probablemente el Viernes Santo de 1727. Tras casi cien años en el ... olvido, fue rescatada por Félix Mendelssohn cuando volvió a interpretarla en Berlín en 1829.
Es imposible escuchar este drama sacro sin emocionarse, un sentimiento que se ha mantenido de generación a generación durante casi tres siglos. En ese sentido, hay una antigua tradición en Alemania de no aplaudir al final de la audición. El silencio es la mejor respuesta a este gran oratorio de una belleza inconmensurable.
Es muy difícil explicar que hace a esta pieza de más de dos horas y media única en la historia de la música. Probablemente, la inspiración de Bach, que trabajó dos años en una partitura meticulosamente anotada y en la que empleó diferentes tintas. Los pasajes que recita ‘El Evangelista’ están escritos en rojo. Milagrosamente todavía se conserva esa partitura, restaurada en 1941, para estudio de los musicólogos.
‘La Pasión’ está compuesta para dos coros y dos orquestas, pero Bach tuvo que estrenarla con unos medios muy limitados
‘La Pasión’ está compuesta para dos coros y dos orquestas, pero Bach tuvo que estrenarla con unos medios muy limitados. No sería exagerado decir que su autor jamás pudo oírla, salvo en su mente, como lo podemos hacer nosotros ahora.
El oratorio de Bach es una de las creaciones con más versiones en la historia de la música. Recomiendo la de la Münchener Bach Orchester, dirigida por Karl Richter, grabada en 1979. Pero hay otros magníficos registros como los de Harnoncourt o Eliot Gardiner, autor de un erudito estudio sobre el genio alemán.
Bach ya había compuesto su segundo ciclo de cantatas cuando las autoridades eclesiásticas de Leipzig le encargaron la pieza. Ya sabían de lo que era capaz porque, tres años antes, habían escuchado su ‘Pasión según San Juan’, otra obra maestra inclasificable.
Todos los géneros en uno
Le pidieron que pusiera música y voces al texto evangélico del apóstol Mateo, pero le hicieron la advertencia de que querían un oratorio y no una ópera. El resultado del trabajo de Bach superó todas las expectativas porque su partitura es efectivamente un drama sacro, pero también es una ópera, una representación teatral o incluso una gran sinfonía. La grandeza de la ‘Pasión’ es que reúne todos los géneros en uno.
Hay tres elementos que hacen de ella una creación única en la historia de la música. El primero es la ruptura de la tradición narrativa. Bach compone sus actos mediante saltos en el tiempo, que van desde atrás hacia adelante y viceversa. Ello le permite contextualizar las últimas horas de Jesús con una visión casi cinematográfica.
El segundo elemento es que la historia es contada a través de una multiplicidad de puntos de vista : el de Jesús, el de Judas Iscariote, el de Pedro, el de Pilatos, el del Sumo Sacerdote, las sirvientas y otros testigos de la acción. El hilo de la narración lo lleva el tenor que asume el papel de Evangelista. Nadie como Peter Schreier ha encarnado la voz de Mateo.
Bach concibe un drama de una sutil complejidad y unos recursos instrumentales asombrosos
Y el tercer elemento es que todas las escenas están concebidas en función de que el espectador reviva en sus carnes la pasión de un Jesús que redime a la humanidad con su sufrimiento. Hay que señalar que Bach era luterano y, por tanto, se basó en los textos del reformador de Eisleben para componer su obra.
Ya en el coro con el que comienza la ‘Pasión’ el oyente queda sobrecogido por unas notas y unas voces que envuelven al auditorio: «¡Oh, inocente cordero de Dios, sacrificado en la cruz, siempre sereno pese a ser despreciado! Has soportado todos nuestros pecados. Sin ti habríamos desesperado. Compadécete de nosotros ».
Huyendo de los canones musicales de la época y de visiones poéticas como la de Heinrich Brockes, Bach concibe un drama de una sutil complejidad y unos recursos instrumentales asombrosos. Muy buena tenía que ser la obra para que los asistentes, sentados en bancos de madera, pudieran resistir casi tres horas en un templo sin calefacción y en la penumbra. A decir verdad, no sabemos si Bach lo consiguió porque el oído de los fieles de la época no estaba acostumbrado a los registros de este oratorio. Escribir sobre la ‘Pasión’ es una osadía. Sólo cabe cerrar los ojos y escuchar esta pieza que sobrevivirá eternamente mientras exista un hálito de vida sobre el planeta
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