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ABC Cultural

ILUMINACIONES

Arthur Rimbaud, un corazón en las tinieblas

Nadie como el poeta francés en ‘Una temporada en el infierno’ ha logrado expresar la tenue frontera entre lo abyecto y lo sublime

Retrato de Rimbaud. Fue tomado en 1872, cuando el poeta contaba 18 años, poco antes de escribir ‘Una temporada en el infierno’
Pedro García Cuartango

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Baudelaire era un sibarita de la metáfora. Mallarmé era un maestro del simbolismo. Verlaine dominaba todos los registros de la nostalgia. Pero resulta mucho más difícil de clasificar a Arthur Rimbaud , un poeta maldito que quería abolir la frontera ... entre la literatura y la vida. «El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Busca en él mismo todas las formas de amor, de sufrimiento, de locura . Agota todos los venenos para guardar su quintaesencia», sentenció. Y estas palabras las llevó al extremo en ‘Una temporada en el infierno’, un poema en prosa, escrito cuando tenía 19 años. Fue su canto del cisne y jamás volvió a alcanzar unas cotas de creatividad semejantes. Es una confesión, un autorretrato, un grito de hastío y una exaltación de una sensibilidad que no encuentra acomodo en este mundo. No en vano Rimbaud, cuando era adolescente, se refugiaba en una barca para leer a Gautier, De Banville, Heredia y Coppé, poetas a los que aspiraba a emular.

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