El consenso por la cultura que llevó a Málaga a la vanguardia
Guillermo Busutil narra en 'Ma-Cultura' el crecimiento de la ciudad a lo largo de los últimos 35 años
Miguel López-Remiro, nuevo director del Museo Picasso Málaga
![Museo Picasso de Málaga](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/04/museo-picasso-k3QE-U602804868531pmE-1200x840@diario_abc.jpg)
Hoy Málaga está más que consolidada como una de las capitales culturales más vivas del país. El arraigo del Museo Picasso se complementa a la perfección con otros museos como el Pompidou o el Carmen Thyssen mientras Antonio Banderas está dispuesto a revitalizar la ... oferta del teatro musical con el Soho. Málaga está de moda, pero no siempre fue así. A cómo ha sido posible esta transformación le ha dedicado Guillermo Busutil, premio Nacional de Periodismo Cultural 2021, el libro 'Ma-Cultura. 1988-2023' (Fundación Ciedes), un repaso a esos 35 años en los que la capital empezó a coquetear con la cultura antes de hacer esa apuesta decidida.
Todo empezó a finales de los 80, cuando se creó la Fundación Picasso Museo Casa Natal y se puso en marcha el Centro Cultural Generación del 27. «La ciudad vivía de espaldas a la memoria de Picasso», recuerda Busutil. «Comenzó una labor educativa tremenda. Y eso coincide con el centro cultural, que hace una labor estupenda con el apoyo de la revista 'Litoral'. Málaga es la cuna, mucho más que Sevilla, de la Generación del 27. Y ese centro cultural se convirtió en un catalizador de la poesía española contemporánea y también de la cultura de la ciudad».
Del PSOE al PP
Lo siguiente fue ya una política de ciudad. La Administración pública dio la mano al sector privado y a la sociedad civil. «Esto coincidió con un grupo muy reducido de jóvenes, que estábamos entre los 20 y los 30 años. Por entonces Cultura era una sección de Local en muchos periódicos. Y ahí nos pusimos todos de acuerdo en tirar para adelante». Era 1992, cuando se diseñó el primer plan estratégico, que ha ido más allá de siglas políticas. Empezó con el alcalde Pedro Aparicio, del PSOE, siguió con Carmen Calvo como consejera de Cultura y le dio continuidad Celia Villalobos, alcaldesa del PP.
Desde el 2000 se encarga de ello el alcalde Francisco de la Torre (PP). «Se dio cuenta del potencial tremendo, e hizo un diseño que salió mal, pues aspiraba a la capitalidad cultural de Málaga en 2016, que consiguió San Sebastián. Pero esto terminó por convencerlo de que la cultura tenía que ser el motor, y a partir de 2015 hizo su gran apuesta por ser la capital de los museos, con la apertura del Centro Pompidou, el Museo Ruso o el Carmen Thyssen», dice Busutil.
Con tantas iniciativas, ¿cuál es el Guggenheim de Málaga? «El Museo Picasso es la gran locomotora, es esa cabeza de tren que tira de todo lo demás. Ahora ya tenemos un montón de museos, pero el que es la x del tesoro en el mapa del turismo cultural es el Picasso. Si vamos al terreno de lo plástico, sería el Centro Pompidou». Con tanta oferta, advierte Busutil, la ciudad ha tocado techo. «Hay un 'overbooking' muy negativo, porque hay veces que tienes tres inauguraciones de exposiciones, cinco presentaciones de libros, dos obras de teatro... La oferta se termina atomizando. Yo planteo la conveniencia de hacer un plan director para que se consensúen las agendas».
Para Busutil, que la de Málaga siga siendo una historia de éxito pasa por no ensimismarse en lo conseguido. «Porque el morir de éxito viene como consecuencia de decir: si ya somos un faro nacional, ¿para qué vamos a complicarnos la vida y vamos a ir subiendo el tono? A veces se compran proyectos y congresos rimbombantes y la gente trae de fuera discursos caducados, en lugar de aportar luminosidad o interrogantes. La cultura siempre tiene que ir moviéndose hacia adelante, creando nuevas experiencias de pensamiento y de vida. Porque si no, puede pasar lo que le ocurre a muchos museos, que se convierten en mausoleos. Y ese es un peligro que la ciudad debe evitar».
La otra exigencia, claro, es garantizar la independencia del tejido cultural. «La cultura no puede ser un adorno político ni debe convertirse en un producto dogmático. A veces se penaliza el pensamiento crítico del que no está en la línea de la oficialidad», advierte Busutil. No todo iban a ser parabienes. «Málaga ha tenido cuatro premios nacionales en los últimos años: Aurora Luque (poesía), Rogelio López Cuenca (artes plásticas), la revista 'Litoral' (fomento de la lectura) y yo (periodismo cultural). Curiosamente, los cuatro somos críticos. Los premios pasaron aquí inadvertidos, mientras que sonó mucho fuera de la ciudad. Las instituciones públicas y privadas que apuestan por esa capitalidad cultural deben cuidar su capital creativo».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete