La clandestina iglesia de los primeros cristianos de Hispania
Los arqueólogos descubrieron en una casa romana de Mérida una cisterna subterránea convertida en un escondido lugar de culto
Aunque el lugar está en un entorno protegido, aún aguarda un ambicioso plan que permita su visita
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![El crismón pintado en la sala subterránea de la 'domus' de la Puerta de la Villa](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/05/069_crismonmane_20230505153716-ROjoQPiwWr2Q8wIsmYRMQjM-1200x840@abc.jpg)
El agujero en el suelo no deja ver más que oscuridad. Félix Palma, director del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida (CCMM), deja caer un pequeño guijarro y se escucha al fondo el sonido del agua. La cavidad está anegada, como en sus ... orígenes, cuando se construyó como cisterna de una 'domus' romana, la casa de una familia con cierto nivel económico en la época. Pero este espacio es el más antiguo documentado en Hispania como lugar de culto cristiano. El dueño de la vivienda reformó este espacio para transformarlo en una sala oculta donde se reunían de forma clandestina un puñado de seguidores de Jesucristo, a salvo de miradas indiscretas.
Por entonces las persecuciones contra los cristianos se intercalaban con periodos de relativa tolerancia que podían quebrarse en cualquier momento. En el siglo III se citan hasta cinco persecuciones hasta la gran persecución de Diocleciano, ya en el 303.
Francisco Javier Heras, director del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz, recuerda nítidamente el descubrimiento de este espacio religioso que se ha datado hace más de 1.700 años. La 'domus' había sido hallada a finales de los años 80, antes de la construcción de uno de los edificios que flanquean el acceso a la plaza llamada de la 'Puerta de la Villa', en el 'decumanus maximus' de Augusta Emérita, la principal arteria romana que hoy es la calle Santa Eulalia, el eje comercial de Mérida.
![El acceso a la cisterna y el muro norte](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/05/054_cisternamuronorte-U48121773487DVW-624x350@abc.jpg)
Por entonces se decidió conservar los restos in situ, dejando el sótano libre, y años después su acceso se cerró ante la degradación del entorno. En 2008, a través de un proyecto Mecenas, financiado por particulares, se decidió recuperar el espacio para conferencias y exposiciones y antes de habilitar la conocida como Sala Decumanus, el Consorcio volvió a documentar lo excavado. En esa relectura y limpieza, los arqueólogos encontraron el agujero, al fondo del sótano. Aunque se conocía su existencia, nadie se había descolgado por el hueco para ver qué había dentro.
Rezando en la excavación
Heras cuenta que bajaron con un potente foco para explorar la cavidad. Estaba colmatado por tierra y solo se veía un metro de su parte superior. Al enfocar al muro oriental de la cisterna, descubrieron los trazos de un crismón que presidía el espacio. «Al volverme vi al dibujante de las excavaciones que estaba rezando un rosario y se me pusieron los pelos de punta. Entonces entendí el valor que tenía para mucha gente. A mí, como arqueólogo, me interesa la Historia, el patrimonio, pero ese lugar además toca la parte trascendental de las personas. Me lo dijo mi compañero: 'Para mí es importante estar rezando donde se rezaba hace casi 2.000 años'«.
![En la cisterna aún colmatada, se veían los trazos del crismón](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/05/023_cisternacolmatadainicio-U56220616464ivw-624x350@abc.jpg)
Del crismón, un anagrama de Jesucristo formado por las letras P y X, las dos iniciales de su nombre en griego (Χριστός («Khrīstós») superpuestas, faltan los tramos inferiores y también del alfa (A) y el omega (W) que lo escoltan, así como parte de la corona vegetal que lo rodeaba, pero no cabía duda de su identificación.
Era el único signo y había sido pintado en un lugar central de la cisterna subterránea convertida en sala. Las excavaciones revelaron que se había cerrado la apertura cenital desde donde se cogía el agua, se había recubierto el lugar con un fino estuco de cal y sobre él se había realizado el monograma cristiano.
En la reforma, se había construido una entrada a través de una estrecha galería escalonada con un codo central de 90º, a la que se accedía por un segundo patio, probablemente a través de una trampilla desde el suelo. Aún se conserva parte de la bóveda de medio cañón de su último tramo, que quedaba oculta bajo la tierra. Solo un pequeño respiradero permitía una escasa ventilación e iluminación del lugar.
![El acceso a la cisterna excavado en 1983 en el solar de la calle Delgado Valencia](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/05/015_galeriacisternadelgadovalencia2-4-U83232414444oHq-624x350@abc.jpg)
En el revestimiento original de ese espacio subterráneo se han descubierto grabados con significados cristianos como panes, peces y anclas. Y en los escombros que se utilizaron en el siglo V para colmatar esta 'iglesia doméstica' se han recuperado restos de objetos que pudieron ser utilizados para las liturgias, como un fragmento de una pátera 'ritual' de fino mármol blanco o parte de un disco de mármol sin pulir que pudo ser un plato ritual malogrado.
Iglesias domésticas
Calculan que en la sala cuadrada, de 4,5 metros de lado, podrían reunirse unas 15 o 20 personas durante las ceremonias que estarían presididas por el 'dominos' o señor de la casa, que asumiría las funciones del sacerdote. Hasta la construcción de las primeras basílicas, las comunidades cristianas se congregaban en 'iglesias domésticas' como la de la 'domus' de la Puerta de la Villa. «Seguramente habría más casas como ésta. El origen de la iglesia de Santa Eulalia pudo ser otra casa. Incluso la propia casa basílica que está al lado del teatro romano pudo haber sido en algún momento un lugar de culto cristiano», señala Heras.
El director del Museo Arqueológico de Badajoz, que recientemente ha publicado un detallado estudio sobre 'La 'domus' de la Puerta de la Villa y la primitiva comunidad cristiana de Mérida' (Cuadernos Emeritenses), señala que la iglesia de la capital extremeña «debió de ser muy activa, muy dinámica e influyente». El poder concentrado en Augusta Emérita, como residencia del 'vicarius hispaniarum', el máximo responsable de la política y administración de Hispania, tenía su paralelo en el obispo de Mérida, que ejercía su influencia sobre otros obispos y era consultado en los casos de herejía.
![Calco del crismón](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/05/070B_crismoncalco2-U43043560300Gtk-624x350@abc.jpg)
La 'Carta 67' de Cipriano de Cartago aporta una valiosa información sobre esta comunidad cristiana del siglo III. El documento, el más antiguo referido a la Iglesia de Hispania fechado hacia el año 254, se refiere a las disputas por los nombramientos de nuevos obispos en las diócesis de León-Astorga y de Mérida. Los anteriores cargos, Basilides y Marcial, habían apostatado durante la persecución de Decio y una vez pasado el peligro, buscaron recuperar su puesto, que ya había sido ocupado por nuevos obispos.
«Conocemos a través de las fuentes que hay luchas entre las facciones de cristianos dentro de la ciudad, que se pelean para dilucidar quién es el auténtico obispo«, relata el arqueólogo extremeño, que en su libro trata de entender el contexto de esa casa de cristianos de la Puerta de la Villa en la historia del cristianismo de la ciudad, a partir de los hallazgos arqueológicos.
Resulta complicado fechar un crismón. Hay diversas hipótesis sobre la construcción del símbolo, que tradicionalmente se ha remontado al emperador Constantino, pero Heras cree que «tuvo que ser anterior a esa fecha de inicios del siglo IV» en que se promulgó el edicto de Milán que estableció la libertad de religión en el imperio y acabó con las persecuciones a los cristianos. A su juicio, el crismón de la cámara oculta, que dataría del III d.C., «es el más antiguo de Mérida y del resto de Hispania» por «pura lógica arqueológica».
De la basílica paleocristiana de Troia, situada junto a la ciudad portuguesa de Setúbal, se publicó un hallazgo de un crismón que se ha tenido siempre por el más antiguo, pero «ha desaparecido», explica el arqueólogo. «Se conserva todo el programa iconográfico de aquel espacio menos el crismón, del que solo se tiene un dibujo y además no acaba de casar bien con el resto de la decoración y con los datos que hay», añade.
Una visita complicada
En las intervenciones de 2008 se consolidó la pintura del crismón emeritense y su ubicación, en la parte más alta del espacio, lo salva del agua que lo inunda. Desde la actual sala de conferencias del Consorcio se ve el agujero cenital por el que entraron los arqueólogos y unos paneles explican con imágenes su interior. «Lo ideal sería que en un futuro se pueda visitar porque el lugar tiene su magia«, admite Félix Palma a pocos metros.
De momento «está en un entorno protegido», pero el director del Consorcio explica que habría que sortear grandes obstáculos. Las aguas de un manantial subterráneo, que se han ido reconduciendo por diversas obras en la zona, inunda permanentemente la sala y no bastaría con un drenaje puntual. «Habría que resolver el hándicap del agua, que es un grave problema porque habría que ver dónde pararla para no comunicarla con otro sitio», dice Palma.
![Recreación de la vivienda de la fase bajoimperial, situada junto a la muralla romana, con la arquitectura del antiguo 'impluvium' (cisterna) oculto](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/05/058_manzana(1)_20230505153835-U23645863761GLq-624x350@abc.jpg)
Además, la casa romana ocupaba un espacio mayor al de la parcela actual en cuyo sótano se encontró la cisterna reformada y la entrada a la galería escalonada habría de habilitarse a través de un garaje de propiedad privada que da a una calle lateral, la de Delgado Valencia.
«El problema es la enorme dificultad que tiene. Si fuera fácil ya sería visitable, seguro, pero por su acceso por un área privada y por el agua es complicado», asegura Palma. Con todo, los arqueólogos confían en que puedan solucionarse porque son conscientes de que el lugar «tiene una vertiente histórica, arqueológica y para los creyentes, un simbolismo que va más allá».
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