La casa del comandante nazi Rudolf Höss, nueva atracción turística en Auschwitz

Situada en el número 88 de la calle Legionów de la ciudad de Oświęcim, en el sur de Polonia, linda con la valla perimetral del antiguo campo, popularizada por las películas 'La zona de interés' y 'El niño con el pijama de rayas'. Precisamente, durante la limpieza del inmueble, hace unas semanas, se encontró un par de pantalones a rayas, el uniforme de un prisionero de Auschwitz, que fue utilizado como trapo para tapar un agujero en el techo del altillo.

En el pueblo, donde la casa ha seguido ocupada durante todas estas décadas de forma usual y como propiedad privada, su apertura al público es una novedad bienvenida, como recurso turístico, mientras en el resto del mundo se desdibuja la línea que separa el edificio real de sus versiones cinematográficas, una simbiosis de lucro, memoria y cine.

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Rudolf Höss vivió allí con su esposa Hedwig, sus hijos Klaus, Brigitte Heidetraut, Annegret y su otro hijo Hans-Rudolf. Se conservan fotografías familiares, en las que los niños juegan en el patio y Rudolf dedica cuidados al jardín. Tras la guerra, fue sucesivamente ocupada por otros habitantes que convivieron discretamente con la historia del inmueble.

Su última inquilina, Grazyna Jurczak, de 62 años, crió a sus dos hijos en la propiedad, hasta que se convirtió en foco de atención tras el estreno, el año pasado, de 'La zona de interés', la cinta británico-polaca-estadounidense que mostraba la vida doméstica de Höss y su familia desde 1941 hasta 1944. Cuando, como consecuencia de la popularidad de la película, los curiosos comenzaron a mirar por sus ventanas, la vida en la casa de volvió demasiado incómoda y decidió ponerla a la venta.

El exdiplomático estadounidense y director ejecutivo del CEP, Mark Wallace, vio la ocasión: «Por fin podemos abrirla para honrar a los supervivientes y mostrar este lugar de una maldad increíble». El CEP tiene previsto convertir la casa, junto con la de al lado, en la sede de una nueva organización denominada Centro de Investigación de Auschwitz sobre el Odio, el Extremismo y la Radicalización.

«La idea detrás del proyecto es crear un centro global para luchar contra el extremismo en la casa de uno de los peores extremistas y antisemitas que históricamente jamás haya existido», ha declarado Hans Jakob Schindler, director del Proyecto Contra el Extremismo. El director del Memorial y Museo de Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywiński, ha declarado que el museo sigue con interés el proyecto americano, pero no está implicado en su creación. No descarta la posibilidad de una futura colaboración.

Sólo Hans-Jakob Schindler, director senior del CEP, reconoce fugazmente el peligro: «El desafío aquí es que no se debe convertir esta casa en un monumento a Hoss», para a continuación enlazar con la lógica de Hannah Arendt, «la casa es el punto focal que enfoca la mente de todos los visitantes diciendo: esta es una casa súper común, podría ser cualquier casa en mi vecindario».

En efecto, la casa es una casa cualquiera, nada hay en ella destacable y los visitantes tendrán que tirar de recuerdos cinematográficos para identificar algunos de los elementos. El fregadero y grifo junto al pasillo que Höss utilizaba para moverse entre su casa y su despacho, fue utilizado por el actor Christian Friedel en la película de 2023, cuando representó a Höss lavándose las manos después de violar a una reclusa, por ejemplo.

La propiedad ha sido rediseñada por el arquitecto estadounidense nacido en Polonia Daniel Libeskind, que ha declarado a 'The New York Times' que su idea es convertir el interior de la casa en «un vacío, un abismo», y que «los trabajadores han eliminado todos los elementos de la posguerra, dejando la casa como habría lucido cuando la familia Höss vivió allí».

El interior original fue descrito vívidamente por el ama de llaves polaca Aniela Bednarska en su diario, que también detallaba cómo algunos de los muebles de la casa fueron hechos por prisioneros del campo. La vista sin trabas por la ventana habría revelado la chimenea del crematorio, pero Höss hizo construir un montículo de tierra para evitar que sus hijos lo vieran. Así estaba la casa cuando la familia abandonó Auschwitz en noviembre de 1944, cuando Höss se trasladó al campo de concentración de mujeres de Ravensbrück, al norte de la capital de Alemania, Berlín, para supervisar el exterminio de prisioneros políticos y judíos.