Con el buzo que descubre submarinos de la Segunda Guerra Mundial en el fondo del Egeo
Con más de 500 naufragios encontrados y miles de horas de navegación como piloto de batiscafo, Kostas Thoktaridis es un auténtico héroe en Grecia
Su último hallazgo, hace unos días, es un submarino británico que cumplía una misión secreta en 1943 cuando se hundió con 64 personas a bordo
Las primeras imágenes de los restos del submarino Titán que acabó con la vida de cinco pasajeros
![El submarino británico 'Trooper' hallado recientemente en el Egeo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/16/TROOPER-RBMHisWjrJNMY2TzFc3IvNI-1200x840@diario_abc.jpg)
Es temprano en la mañana y Kostas Thoktaridis (1968), el buzo más famoso de Grecia, nos recibe sonriente en el puerto deportivo de Lavrio, al sureste de Atenas, donde duerme el 'Okeanis', su base de operaciones. A pesar de ser una pequeña embarcación ... de tan sólo 9 metros de eslora, el 'Okeanis' ha sido testigo del descubrimiento de medio millar de naufragios fechados desde la II Guerra Mundial en adelante.
Thoktaridis nació en el suburbio ateniense de Kalithea, en sus primeros años de juventud se formó como buzo y participó en labores de limpieza y reparación de buques. A la tierna edad de 19 años, mientras esperaba en el puerto de El Pireo para embarcar en un ferry que le llevaría a una misión en Creta, el joven decidió matar el tiempo de espera en el Museo Naval.
Según cuenta, dentro de las salas conoció al presidente del patronato quien, amablemente, se ofreció a explicarle los secretos de los objetos más importantes de la colección custodiada en las vitrinas del museo. «Según me iba contando las historias detrás de cada objeto, por mi mente pasaban las escenas como si fuera una película. Aquel día aprendí que detrás de cada naufragio hay una historia humana de pérdidas; en ocasiones también de triunfos, pero siempre relatos apasionantes».
![Kostas Thoktaridis, en el 'Okeanis'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/16/Kostas-U27306215348egB-760x427@diario_abc.jpg)
Al finalizar la visita guiada, Thoktaridis, por recomendación del guía, decidió adquirir un libro de la tienda del museo. «Yo había leído pocos libros. En general, no estaba interesado en la lectura. Así que elegí el que tenía el título más llamativo: 'Y1', sobre el submarino griego 'Katsonis'. «Una excelente opción», me dijo mi improvisado acompañante, lo metí en mi mochila y me olvidé del libro hasta que me subí al barco. En alta mar se me ocurrió abrirlo y no lo cerré hasta muchas horas después, cuando había devorado todas las páginas, con el despunte del día y el barco entrando en el puerto de La Canea».
A su regreso a Atenas, el joven buzo empezó a ahorrar y a hacerse, uno a uno, con todos los libros disponibles en la librería del Museo Naval de El Pireo. Y, a día de hoy, cuenta con la mayor biblioteca especializada de Grecia, formada por más de 7.000 volúmenes. Como buzo, y en su tiempo libre, comenzó a descender hasta más de 200 metros para encontrar los primeros pecios, llegando a ostentar por un breve periodo de tiempo el record mundial de inmersión con 212 metros.
Con el cambio de milenio, el ministerio de Ciencias e Innovación hizo a Thoktaridis una oferta de trabajo que no pudo rechazar: previa formación en Marsella, en la empresa francesa COMEX, «la NASA de los océanos», el buzo se convertiría en el piloto del batiscafo recién adquirido por el estado griego para realizar investigaciones científicas en el Mediterráneo oriental.
«Durante el tiempo que pasé en Francia, formándome con la élite del sector, todo mi tiempo libre lo invertí en aprender el funcionamiento de los ROV (vehículo sumergible y operado de forma remota)». Años después, el conocimiento adquirido en Francia le sirvió para montar su propia compañía de ROV y, en la actualidad, colabora con petrolíferas y empresas de gas natural en prospecciones en aguas griegas, mientras que su tiempo libre lo dedica a su pasión: descubrir pecios de la II Guerra Mundial.
Investigación exhaustiva
Aprovechando los viajes de trabajo, Thoktaridis busca naufragios en la zona, con ayuda de la base con los datos que ha ido recopilando en las más de medio centenar de visitas a los principales archivos navales de Europa: Londres, Berlín y Roma. Durante años ha registrado más de 1.500 hipótesis referentes a naufragios que tuvieron lugar entre la I y la II Guerra Mundial en aguas helenas.
«Con los años me di cuenta que la mayoría de las monografías sobre naufragios cometían errores sobre la ubicación del hundimiento, fechas y otros datos fundamentales, por eso decidí realizar mis propias investigaciones acudiendo a las fuentes primarias». Sumergirse en los archivos históricos es, para Thoktaridis «un apasionante viaje en el tiempo, al pasado».
![Investigadores en el batiscafo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/16/22-01-2020_1238_0002-U15426428243gDa-760x427@diario_abc.jpg)
Por esta razón el Archivo Histórico de Londres se ha convertido en su segunda casa. Allí encuentra información como la descripción detallada de las naves, cómo se produjeron los hundimientos o los testimonios de los supervivientes. «Me encanta unir todas las informaciones como si fueran las piezas de un rompecabezas y, cuando tengo la oportunidad, salir a alta mar y comprobar si mis hipótesis son acertadas», explica con satisfacción.
Hasta el momento, Thoktaridis y su equipo, del que forman parte su mujer y su hija, han conseguido encontrar más de medio millar de pecios y 8 de los 13 submarinos de la I y II Guerra Mundial que se hundieron en esta parte del Mediterráneo. «Cuando comienzo una nueva búsqueda, normalmente me decanto por los naufragios que tienen detrás una historia interesante». Cuando identifican los pecios, el equipo documenta la ubicación con vídeo y fotografías, pero también realiza un mapeo exhaustivo del área donde encuentran un pecio.
Toda esta información es más tarde digitalizada y publicada para que otros investigadores tengan acceso a ella. «Nos gusta creer que aportamos datos relevantes que pueden servir a los investigadores del futuro», añade. La investigación se enriquece, cuando es posible, con entrevistas a los supervivientes de los naufragios.
Para la localización de los pecios, otra de las fuentes importantes manejadas por el equipo del buzo es el testimonio de los pescadores. «En los naufragios suele haber grandes bancos de peces. En muchas ocasiones hemos encontrado pecios donde los pescadores suelen llenar sus redes».
Con toda la información cruzada y cotejada, la última fase es sumergir el robot 'Aquiles' y comprobar que todas las hipótesis eran correctas. «En nuestras investigaciones no hay un momento `eureka´, sino muchas horas de investigación», recalca.
Últimos descubrimientos
«Este verano he tenido bastante trabajo por todo el Egeo, lo que me ha permitido encontrar muchos de los naufragios que llevaba años buscando». El pasado mes de junio, Thoktaridis y su equipo, aprovechando que estaban arreglando cables submarinos de electricidad en el Archipiélago de las Cícladas, encontraron 4 pecios, -dos de ellos submarinos-. Entre ellos 'Jantina', un submarino que el buzo llevaba buscando cerca de dos décadas.
![El submarino italiano 'Jantina', en una imagen de archivo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/16/2JANTINA-U76868836267tOd-760x427@diario_abc.jpg)
Con una longitud de 61,5 metros, un ancho de 5,65 metros y una profundidad operativa máxima de 80 metros en superficie, el submarino italiano 'Jantina' era capaz de alcanzar una velocidad máxima de navegación de 14 nudos, y en inmersión de 8 nudos. El 'Jantina' zarpó de la isla de Leros el 5 de julio de 1941 con destino a Sicilia. Cuando se encontraba frente a las costas de Miconos fue avistado por el submarino británico 'HMS Torbay', cuyo capitán, según ha quedado registrado en el diario de guerra, hizo sonar la alarma y, estando a una profundidad de reconocimiento, tomó posesión de ataque, lanzando decenas de torpedos que la tripulación del submarino italiano no pudo esquivar. Más de 20 de un total de 48 tripulantes lograron caer al mar, pero al final sólo dos oficiales y cuatro suboficiales lograron llegar a la isla de Delos tras permanecer siete horas dentro del agua.
Poco antes de nuestro encuentro, Thoktaridis y su equipo descubrieron uno de los escasos barcos con bandera española que aún se conservan en las entrañas del Egeo; el 'San Isidro Labrador', que se hundió el 5 de abril de 1943 por un torpedo lanzado, precisamente, por el submarino griego 'Katsonis' en la isla de Kytnos y a 98 metros de profundidad. Según los datos históricos y el informe del comandante del submarino, Vassilis Laskos, disparó tres torpedos contra el 'San Isidro Labrador' desde una distancia de 400 metros, de los cuales solo uno impactó en el sumergible. Sin llegar a explotar, tal y como explicaron los supervivientes, penetró en un costado del buque español a la altura de la sala de máquinas.
![Impacto en el 'San Isidro Labrador'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/16/3-U27616078561cjw-760x427@diario_abc.jpg)
Hace escasos días, Thoktaridis y su equipo conseguían localizar en el mar de Icaría, a más de 250 metros de profundidad y completamente cubiertos de coral, los restos del submarino 'HMS Trooper'. Su pista se había perdido en octubre del año 1943, cuando cumplía una misión secreta en el Egeo y, finalmente, fue reportado como desaparecido y sus 64 tripulantes dados por muertos.
Localizar el 'Trooper' ha sido una de las búsquedas más difíciles que ha realizado que necesitó más de una docena de expediciones a la isla de Leros donde, supuestamente, se había hundido: «Los datos que habíamos recogido nos hacían pensar que nunca llegó a esa isla, que se hundió mucho antes y así hemos conseguido localizarlo», relata con orgullo el buzo.
Thoktaridis y su equipo han recibido el agradecimiento de Richard Wraith, de 82 años, submarino de la Marina Real Británica, Comendador del Imperio Británico e hijo del teniente John Wraith, comandante del 'Trooper' que perdió la vida en el naufragio por ayudar a cerrar ese episodio tan doloroso para su familia.
Una colección de museo
Ya en tierra, nos dirigimos a la nave donde conserva, en el interior de nueve grandes contenedores, la colección de objetos que ha ido coleccionando durante todos estos años, entre ellos destaca uno de los primeros batiscafos de COMEX y varias escafandras antiguas. «Me gustaría que algún día formasen parte de la colección de algún museo», explica.
Cuando le preguntamos si tiene pensado parar, con una enorme sonrisa dice que nunca: «Ahora estamos buscando financiación y tiempo para poder ir a localizar los otros 4 submarinos que nos faltan por encontrar: dos alemanes, dos italianos y uno británico».
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