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Los bailarines que ensayan en mesones de piedra

Con creatividad e ingenio, los integrantes de la Compañía Nacional de danza reproducen una aula de danza en sus destinos vacacionales para no perder la forma este verano

La bailarina solista Ana Calderón entrena en Texas junto con sus dos hijos Mateo y Santiago ABC

Clara Mollá Pagán

Madrid

En plena ola de calor, Cristina prepara sus vacaciones para huir del bochorno refugiándose en el antiguo mesón de su abuelo. Otro verano más entra allí percibiendo la brisa y el frescor que genera la piedra de la taberna. En vez de comer, baila.

« ... Mi abuelo era propietario de un mesón de piedra en la Sierra de Madrid y todos los veranos, aparto todos los taburetes y mesas de allí y hago una clase de barra, eso sí, en la barra del bar», explica Cristina Casa riéndose. Es bailarina principal de la Compañía Nacional de Danza (CND) y está casada con Ion Agirretxe, también solista de la compañía. Ambos han tenido que improvisar un escenario en alguna que otra ocasión. «Cuando estábamos de vacaciones en el Caribe, el director Joaquín de Luz nos llamó para decirnos que teníamos que bailar 'Love Fear Loss' a la vuelta. Mientras estaba todo el mundo en la playa, nosotros buscamos algún lugar para ensayar y estuvimos allí varios días. No teníamos suelo de linóleo para practicar, que es el que utilizamos los bailarines, y teníamos un calor bestial, pero ensayar allí fue muy gracioso y divertido. Nos lo pasamos muy bien», recuerda Ion desde San Sebastián, su ciudad natal.

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