Las «apropiaciones» artísticas de Miguel Ángel Campano, en el Reina Sofía
El museo inaugura una ambiciosa retrospectiva en la que estaba involucrado el artista madrileño cuando falleció el año pasado
![«Bacchanale» (1983), de Miguel Ángel Campano](https://s1.abcstatics.com/media/cultura/2019/11/06/campano2-kjcE--1248x698@abc.jpg)
No le falta razón a Manuel Borja-Villel cuando dice que más que una retrospectiva parece una colectiva la muestra que el museo que dirige le dedica a Miguel Ángel Campano , uno de los artistas españoles que más despuntó en los 80. Tal es la variedad de estilos, formatos, técnicas, colorido y «homenajes» que encierran sus obras. La muerte le pilló, como a los grandes, trabajando. Precisamente, en esta exposición, que ahora inaugura póstumamente el Museo Reina Sofía con el apoyo de la Fundación Abertis y que permanecerá abierta hasta el 20 de abril de 2020 en la tercera planta de la pinacoteca.
El título, aunque en francés, nos da una pista de sus preferencias pictóricas. «D’après» se refiere a esos artistas «a partir de» los cuales Campano crea su particular universo creativo. Así, entre el centenar de obras reunidas en la exposición, comisariada por el propio Borja-Villel, Beatriz Velázquez y Lidia Mateo, advertimos la huella de un puñado de maestros españoles y extranjeros.
El recorrido de la muestra, que es cronológico, arranca en los 70 con sus coqueteos con la abstracción geométrica de Gustavo Torner y el grupo de Cuenca, que abandonaría más tarde por la pintura gestual de los expresionistas abstractos: Kline, Motherwell ... En 1980 viaja a París, donde se instala y «se apropia» de Poussin , al que considera un contemporáneo; Delacroix y Cézanne (la santísima trinidad del arte francés, cuyas pinturas «versiona» a su manera), y hasta de Rimbaud , a partir de «Vocales», un soneto en el que el poeta asocia imágenes y colores a los sonidos de las vocales.
El imaginario de Campano va desde el templo de Apolo en Delfos hasta Juan Gris , al que se acerca durante sus estancias en Mallorca. Su paleta bipolar pasa del estallido de color de los tejidos indios a la reducción del negro sobre blanco. Y más «apropiaciones»: la que hace de Daniel Buren en una serie-instalación que se ha recreado en una de las salas del Reina Sofía («Elias (d’après Buren) o la de José Guerrero , uno de sus referentes. En 2001 le encargaron a Campano una intervención a partir de una obra del granadino. Escogió «La brecha de Víznar», sobre el fusilamiento de Lorca.
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