Un documental muestra cómo El Greco se convirtió en el pintor de lo invisible
El filme de Miguel Ángel Trujillo y Xavier Brey, ya a la venta, recorre las patrias del pintor y define las raíces de su genio
En el prólogo de las principales exposiciones, conciertos y actividades que conforman el nutrido programa del IV Centenario de la muerte de El Greco , se presentó en el Museo del Prado un documental titulado "El Greco, pintor de lo invisible" . Realizado por Miguel Ángel Trujillo, bajo la dirección científica de Xavier Brey –conservador jefe de la Dullwich Gallery de Londres–, este audiovisual recorre de manera bella e intensa las patrias, las obras, las vicisitudes y los vuelcos del destino que hicieron posible que Domenicos Theotokópoulos alcanzara el grado sumo que muy pocos artistas han logrado en la historia.
El viaje tiene en Xavier Brey un compañero ideal, porque se lo ha tomado "de manera muy personal ". Confiesa que siempre le ocurre así cuando los artistas le entusiasman. Pero su viaje comienza hace diez años, cuando fue comisario junto a David Davies de la gran muestra sobre El Greco en la National Gallery de Londres. Entonces tuvo que visitar Creta, Toledo, Illescas y precisamente de aquel recorrido nace la estructura de este documental.
Precisamente allí, en Trafalgar Square, frente a la fachada de la National Gallery londinense, arranca el documental, porque lo primero es, para Brey, una reflexión sobre cómo los pintores del siglo XX redescubrieron a El Greco, cómo influyó en los grandes nombre de la vanguardia, como Cézanne y Picasso... Y de allí hacia atrás, hacia el origen, con la implícita pregunta de ¿cómo fue posible que aquel emigrante griego que se había formado pintando iconos y llegó a Toledo alcanzase la gloria de la pintura?
La respuesta es sutil, es un viaje en el tiempo que nos lleva a Creta, Toledo, Venecia, Roma, junto a Tiziano, Miguel Ángel, Tintoretto, y de allí a los grandes museos y templos que conservan sus obras. El viaje no permite perderse porque atiende a los detalles, a la manera en la que el artesano de los iconos (que no era un monje) pudo desarrollar su talento, paso a paso, en un mundo en el que la religión, las religiones, entrechocaban sus armas terrenales y espirituales. Muy cerca de Lepanto estaba Creta. Y bajo la Corona de Felipe II, el catolicismo y la reforma jugaban su partida.
El documental –producido por el Centro de Estudios Europa Hispánica – muestra la decidida evolución del estilo del pintor y se abre a los testimonios de algunos de los máximos especialistas en su obra. Entramos en los lugares de El Greco, en Toledo, incluso en la Capilla de San José, cerrada al público, y en el Taller del Prado mientras se restauraba la que tal vez es su obra más importante: "El Expolio" . Era tan avanzada que la Catedral estuvo a punto de rechazar el encargo y como El Greco no cambió su cuadro, al final hubo de aceptar menos de la mitad del precio pactado.
Sobre este punto, Brey marca la huella más importante que nos ha dejado este pintor: "Luchaba por dejar de ser considerado un artesano y quería lograr el estatus de artista, fue su reto y su combate, inspirado por el respeto que en Venecia se tenía por Tiziano. Pero él no estaba en la corte, sino fuera, vinculado a un núcleo reducido de mecenas cultos y ricos". Se cree que incluso pudo escribir un tratado de su arte, hoy perdido. Pudo ser tal vez esa lucha en la que Velázquez sí vencería, ya dentro de la corte, tan solo un par de décadas después de la muerte de El Greco.
Este es uno de los aspectos menos conocidos del pintor que casi siempre conjugaba en sus lienzos la vida terrenal y la gloria celestial, pero que no era un místico, por mucho que al final de sus días también cayese en el tópico español del siglo y buscase una perfecta preparación para la muerte.
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