Alberto Lorrio
Arqueólogos en su paraíso (V): Gadir, «la ciudad más antigua de Occidente»
Alberto Lorrio, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante, anima a adentrarse bajo el Teatro Cómico, donde se descubrieron restos fenicios fundacionales de Cádiz

Contaba el historiador romano Cayo Veleyo Patérculo que «ochenta años después de la guerra de Troya (.), la escuadra tiria, la más poderosa en el mar, en la región más alejada de Iberia, en el extremo del mundo conocido, fundó Gadir en una isla rodeada por ... el océano próxima al continente y separada de él por un estrecho». Por increíble que parezca, hoy es posible contemplar algunos restos de esa legendaria ciudad, cuyos orígenes arqueológicamente datados se remontan a finales del siglo IX a.C. Basta con trasladarse al número 15 de la calle San Miguel de Cádiz y adentrarse en el yacimiento de Gadir, conocido popularmente como el del Teatro Cómico por el que antes existía en este solar.
El catedrático de Prehistoria de Alicante Alberto Lorrio, lo recomienda vivamente y sabe bien de lo que habla. «El Teatro Cómico de Cádiz aporta información sobre el momento fundacional de la ciudad de Gadir, la más antigua de Occidente», y «ofrece el contexto fenicio urbano más antiguo hallado en el archipiélago gaditano», resalta este reputado arqueólogo, que investiga actualmente otro asentamiento de época fenicia, La Fonteta, en Guardamar del Segura (Alicante), y junto a Héctor Uroz está sacando a la luz los restos fundacionales de otra antigua urbe, en este caso ibérica: la ciudad de la Dama de Elche.
En el punto más alto de la antigua isla de Erytheia, aunque a nueve metros de profundidad bajo el Teatro del Títere, se conservan vestigios de ocho viviendas construidas con barro y arcilla y de dos calles pavimentadas con arcilla que se pueden contemplar desde una pasarela.

El académico correspondiente de la Real Academia de la Historia y miembro del Instituto Arqueológico Alemán destaca que en las excavaciones se encontraron seis sellos de arcilla o crétulas, con improntas de escarabeos fenicios utilizados para sellar documentos de papiro, «que constituyen un hallazgo único» en la península. También se hallaron los restos de dos individuos. Uno de ellos falleció hacia mediados del siglo VIII a.C. en un evento catastrófico. El estudio de su ADN evidenció que se trata de un fenicio de procedencia oriental, mientras que el segundo individuo, muerto en un incendio posterior (finales s. VII a.C. o principios del VI a.C.) y al que han llamado Mattan, tiene ya ADN materno local. Además, se encontraron restos de la vida cotidiana en estos periodos, como hornos para cocinar y hacer el pan, o huellas de un bóvido dejadas sobre la tierra húmeda de una calle.

«El Teatro Cómico de Cádiz aporta información sobre el momento fundacional de la ciudad de Gadir, la más antigua de Occidente»
Alberto Lorrio
Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante
Lorrio destaca en este yacimiento el área del urbanismo arcaico fenicio, aunque contiene además una factoría de salazones romana. «El yacimiento es visitable y ha sido objeto de restauración y de una atractiva presentación al público», añade este especialista en el mundo fenicio y tartésico, pero también en celtas y celtíberos.
Quizá por tener el alma dividida entre unos y otros, también reparte su predilección por Gadir con Ulaca, «uno de los 'oppida' más destacados de la Hispania céltica».
La céltica Ulaca
Este asentamiento en una elevación de Solosancho, en Ávila, «destaca por su arquitectura rupestre en un marco natural de gran espectacularidad». Con una superficie de unas 70 hectáreas, se ocupó a finales de la Edad del Hierro, entre los siglos III y I antes de Cristo y «ha proporcionado información relevante sobre el origen y la organización interna de las ciudades prerromanas en el Occidente de la Meseta», según recuerda Lorrio.
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De Ulaca, el arqueólogo destaca sus murallas, la distribución de las viviendas por barrios o el hallazgo del llamado 'torreón', un edificio monumental de posible función pública que ocupaba una posición estratégica dentro del 'oppidum' y que recientemente se está excavando. También menciona el descubrimiento de canteras de granito y otras evidencias extramuros, como áreas artesanales o necrópolis. Pero sobre todo, llama a detenerse en dos áreas sacras de carácter rupestre, que aportan datos sobre los rituales de los vettones, uno de los pueblos celtas más relevantes de la Edad del Hierro peninsular. Una de ellas ha sido interpretada como un santuario, con un altar de sacrificios «magníficamente conservado». Lorrio relata que su gran peña labrada incluía un acceso con escalones dobles a la parte superior, donde se halla una plataforma con varias cazoletas comunicadas entre sí por las que podían circular líquidos.
El otro conjunto ritual, que se ha interpretado como una sauna, «se ha relacionado con baños iniciáticos de guerreros, como las identificadas en la cultura castreña del Noroeste», refiere el arqueólogo que aún anima a visitar otro enclave más: el llamado «canto de los responsos». Localizado a unos dos kilómetros al suroeste de Ulaca, este gran bloque de granito «todavía conserva un ritual ancestral, con paralelos en el mundo celta atlántico, evidencia de las pervivencias de las tradiciones de tipo celta en el folklore actual, que aporta información sobre el paisaje ritual y mágico que rodearía estos asentamientos prerromanos».
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