El archivo Pando, en riesgo de perderse: cuenta atrás para salvar miles de fotografías históricas
Cultura debe digitalizar con urgencia el archivo de la Agencia Pando, que sufre daños irreversibles desde hace años por el síndrome del vinagre
La familia denuncia el maltrato de la colección más voluminosa que custodia el Instituto del Patrimonio: «Estamos muy enfadados»
Una reforma de 1,5 millones pone en riesgo los fondos históricos del Instituto del Patrimonio
![Natalia Pando y María Jesuús de Cea, hija y mujer de Juan Pando Despierto](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/07/07/pando-RjPhW0ZtyXuqM5S2wkELXFL-1200x840@abc.jpg)
Juan Miguel Pando Barrero (1915-1992) fotografió en 1956 a aquel niño sentado, leyendo una revista con unas gafas de pasta. Era una imagen publicitaria que, gracias a que fue digitalizada, pervive en perfecto estado. No así su negativo de acetato de celulosa, que hoy ... se encuentra enrollado y surcado de galerías por el 'síndrome del vinagre', condenado a una destrucción imparable que con toda probabilidad se aceleró con la deficiente climatización en la fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) del pasado año. Si bien esta afección se manifiesta de forma casi inexorable en este material fotográfico con el paso del tiempo, los altos y continuados niveles de humedad relativa sufridos durante meses han envejecido gravemente una de las colecciones fotográficas más destacadas de las que custodia este centro de referencia de la conservación patrimonial de España.
Adquirido por el Estado a principios de los 2000 por 579.800 euros, el archivo Pando recoge gran parte de la obra de Pando Barrero y de su hijo Juan Pando Despierto (Madrid, 1943), un valioso testimonio gráfico de España entre los años 30 y los 90, desde la Guerra Civil a la reconstrucción y crecimiento posterior, con imágenes de la industria hidroeléctrica y petroquímica, obras públicas, monumentos y fotografías publicitarias, así como una de las mayores colecciones fotográficas de Marruecos de los años 60 y 70. Con más de 136.000 negativos, estas imágenes de la Agencia Pando conforman el archivo más voluminoso de la fototeca de la 'Corona de Espinas'. Desde hace años sufre el llamado 'síndrome del vinagre' (por el característico olor que desprende el acetato al degradarse) y el problema se ha acentuado con la humedad relativa con valores en el entorno del 60% a la que estuvo expuesto en 2022, cuando el ratio recomendado es del 30-40% y temperaturas de entre 16 y 18 grados, siempre evitando fluctuaciones bruscas.
![](https://static.abc.es/media/infografias/2023/07/climatizacion-archivo-pando/climatizacion-archivo-pando-desktop.png?v=1688650529712)
Evolución de la climatización del Archivo Pando
Entre julio octubre de 2022
Humedad relativa (%)
100
90
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Ambiente demasiado húmedo
70
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Ambiente demasiado seco
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ABC
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Evolución de la climatización
del Archivo Pando
Entre julio octubre de 2022
Humedad relativa (%)
100
90
80
Ambiente demasiado húmedo
70
60
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40
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Ambiente demasiado seco
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ABC
La propia Subdirección General del IPCE, dependiente del Ministerio de Cultura, reconoció en noviembre que el estado de conservación del fondo es «malo». Lo señaló en una licitación para digitalizar y catalogar los 76.200 negativos del archivo Pando aún pendientes, junto a otros 12.800 del archivo Conde de Manila. «El estado de conservación del fondo es malo -decía el pliego-, dado que los negativos están afectados por el síndrome del vinagre, por lo que es urgente proceder a su limpieza, digitalización y catalogación, para su posterior publicación en el catálogo web de la fototeca del IPCE». Cultura estimaba que haría falta un equipo de al menos 25 profesionales, «dado que [el IPCE] no dispone de los medios necesarios», para hacer estos trabajos en un mínimo de 1.173 horas. El presupuesto ascendía a casi 700.000 euros a sufragar con los fondos europeos, pero la licitación quedó desierta en diciembre y el ministerio no ha vuelto a publicar una nueva oferta. El IPCE ha tratado de avanzar en la digitalización de los negativos con sus propios y escasos medios, pero el tiempo apremia. Cuando el síndrome del vinagre se manifiesta, «el tiempo para intervenir es muy corto», señalaba el reconocido conservador Ángel Mª Fuentes en sus 'Notas sobre la preservación de las colecciones fotográficas'. Es un proceso irreversible y para que esas imágenes no se pierdan solo queda digitalizarlas.
¿Cuántos negativos del archivo Pando han quedado ya inservibles? ¿Cuántos de ellos no han sido digitalizados y, por tanto, sus imágenes se perderán? ¿Qué medidas está tomando el IPCE? Según el ministerio, «cerca de la mitad de la colección, más de 60.000 objetos fotográficos, se encuentra catalogada, digitalizada e instalada en sobres de papel neutro dentro de archivadores diseñados específicamente para su conservación». Cultura asegura que el archivo «se conserva en un entorno de condiciones ambientales controladas» y que a lo largo de estos años «ha monitorizado las condiciones de conservación para ralentizar o detener en la medida de lo posible su avance». En su descargo añade que los negativos «ya se encontraban en proceso de degradación antes de su adquisición por el Estado debido a las condiciones de temperatura y humedad en las que se encontraba almacenado».
Antes
Después
![Imagen después - El antes y después de una foto dañada por el síndrome del vinagre](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/07/07/negativo2-U72215202571lXh-624x350@abc.jpg)
![Imagen antes - El antes y después de una foto dañada por el síndrome del vinagre](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/07/07/negativo1-U73071803457tGs-624x350@abc.jpg)
La familia Pando, en cambio, defiende que entregó el archivo en perfecto estado. María Jesús de Cea, esposa de Juan Pando Despierto, dice que está desolada tras conocer el estado de las fotografías. «Son parte de mi vida. El día que me enteré me cogí una llantina que me duró toda la tarde. No podía consolarme porque era como algo mío que destruían». En enero un trabajador del IPCE le dijo de pasada que algunos negativos se estaban deteriorando, pero fue leyendo ABC, que informó sobre los daños en la colección Laurent por la mala climatización, como se dio cuenta de la gravedad de la situación. «Vendimos el archivo para que tuviera una trascendencia y para que estuviera en las mejores manos. Mi marido, siendo fotógrafo, hizo la carrera de Historia y siempre ha estado muy concienciado de la importancia que era tener ese legado en casa. Nos queríamos quitar esa responsabilidad. Por si había un incendio, fíjate...», se lamenta De Cea. «Estamos muy enfadados», añade Natalia Pando, hija y nieta de los fotógrafos.
El legado de la Guerra Civil
Desde hace más de un año, la familia negocia con Cultura la venta del último lote que les queda: el legado de la Guerra Civil de Pando Barrero, que trabajó como reportero gráfico para la agencia Associated Press. Son 168 negativos de cristal, 308 copias únicas relativas a la Guerra Civil y 5 negativos película que abarcan el periodo inmediatamente anterior al comienzo de la guerra, el transcurso de la contienda en Madrid y el inicio de la posguerra. «Esto sí que es memoria histórica. Son fotos del Madrid bombardeado», subraya su nieta. La respuesta que han recibido hasta ahora es que no hay dinero para esta compra. La familia pide menos de un millón de euros, para recuperar la inversión que hizo su padre, y en estos días ha leído en estas páginas que Iceta cedió hasta 16 enmiendas a los grupos nacionalistas e independentistas por encima de esa cantidad en los últimos presupuestos. La nuera y la nieta muestran a ABC negativos que conservan en su casa, en aparente buen estado. Aseguran que así estaba el resto, que nunca apreciaron olor a vinagre. Sin embargo, especialistas en conservación de fotografía dicen que es habitual. «Me resulta complicadísimo recordar algún archivo con negativos de acetato que no haya tenido un poco de olor», apunta Angélica Soleiman, de Sybaria Photo.
Rubén Morales, que digitalizó entre 2018 y 2019 los más de 11.000 negativos del fondo Binacional (España-Marruecos), sostiene que el síndrome ya estaba presente entonces, aunque no se topó con ninguno en mal estado en esa parte de la colección. «Había un extractor con un filtro, que recuerdo que se cambiaba porque me preocupé bastante por eso. Propuse algunas medidas, que acogieron, de ir dejando de manera aleatoria unos cajones abiertos para que el archivo respirara porque los armarios, bajo mi punto de vista como conservador, no estaban bien diseñados». En ese depósito no hay deshumidificadores, que ayudarían a reducir la humedad. El olor a vinagre delata un problema que en el primer estadio «no hay manera de distinguirlo visualmente», continúa Morales. «Cuando se ve es cuando empieza a contraerse, cuando comienzan a ocurrir esas acanaladuras y esas arrugas que ya hacen el negativo prácticamente imposible, ya no tiene capacidad de registro y según va avanzando va teniendo menos, con lo cual se vuelve inservible».
![Imagen principal - De arriba abajo: el carné de prensa de Juan Pando Barrero, negativos que conserva la familia en aparente buen estado y María Jesús de Cea en el despacho de su casa](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/07/07/pando1-U12605483368Trc-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - De arriba abajo: el carné de prensa de Juan Pando Barrero, negativos que conserva la familia en aparente buen estado y María Jesús de Cea en el despacho de su casa](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/07/07/pando2-U18770860112SgD-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - De arriba abajo: el carné de prensa de Juan Pando Barrero, negativos que conserva la familia en aparente buen estado y María Jesús de Cea en el despacho de su casa](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/07/07/pando3-U80275566150XjB-278x329@abc.jpg)
Cuánto tiempo tarda en dar la cara depende de múltiples factores, de ahí que los conservadores coloquen en los negativos unas tiras que miden la cantidad de ácido acético que tienen, para reaccionar si sube. En los casos más leves, controlando la temperatura y la humedad relativa se puede contener el deterioro, pero un pico continuado en estos registros puede acelerar su degradación. Y si aún estaba latente, ser el detonante de la reacción química. El negativo del niño no debía estar deteriorado cuando se digitalizó en 2016. ¿Pudo degradarse así en los seis meses de humedad relativa alta en el IPCE? «Seis meses parece poco tiempo, pero ¿podía estar presente el inicio de esa degradación aunque todavía no oliese y que esos seis meses catalizaron hasta dejarlo enrollado sobre sí mismo? Desgraciadamente, sí», responde Soleiman.
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Una vez que despuntan, conviene separar a los afectados y congelarlos o al menos almacenarlos en un sitio seco y frío, con buena ventilación. Y digitalizarlos con urgencia porque el proceso «coge carrerilla» y poco se puede hacer. «Ya no hay que pensar en esos, sino en todos los demás que tienes que salvar», comenta la conservadora.
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