El mitológico Paco de Lucía

Este es un libro insólito, serio y demorado que nos arrima al músico mayor de nuestra historia, pero sin almíbares de fanatismo ni tampoco tedios de autor que se conoce muy bien cualquier paño, desde la bibliofilia flamenca hasta el archivo golfería de tablao. Paco es cantaor, pero desde la guitarra. Paco es otro Rolling, pero de Algeciras. Paco es Camarón, pero con la garganta de guitarra. Era un artista del hambre, y por eso alguna vez dijo que los artistas flamencos son artistas de nevera vacía. Con Camarón de la Isla hizo nueve discos que son un clamor de novedad, desgarro y belleza. Llevaron juntos el flamenco más lejos del folclore fiestero y el clima erudito. Pero sin orillarse nunca de la proteína pura y ancestral de esa galaxia. Todo esto lo recoge y visita Suárez con esmero de inteligencia, incluyendo incluso el recreo de un álbum de fotos, que completa a Paco de Lucía en una intimidad poco o nada frecuentada, entre parientes de domingo y amigos de pesca.

La biografía musical de Paco pudiera tener diversas anclas según la ciudad en la que vive, y así el itinerario de la guitarra es el mapa del hombre, que va de Algeciras a Palma de Mallorca, de Madrid a Tulum, en México, donde murió. Chick Corea hablaba que en su construcción musical Paco había sido tan influyente como Miles Davis o John Coltrane. Dicho de otro modo: Paco es mitológico. Suárez en su libro lo avala.