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'¿Qué fue de su agria polémica con Iñaki Gabilondo?': Arangüena, por fin, responde

Tierra trágame

El humorista y periodista palentino cogió plaza en el imaginario español con sus entrevistas a famosos a base de incomodidad y surrealismo

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Captura de pantalla de un momento de la entrevista con Juanito Navarro ABC
Javier Villuendas

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El posthumor es un término acuñado por el crítico Jordi Costa para referirse a una comedia desconcertante en la que la risa no es lo prioritario sino el malestar. Y luego está el entonces desconocido Ramón Arangüena y sus entrevistas en 1997 en 'Osados', de Antena 3, con aquel gag recurrente: «¿Qué fue de su agria polémica con Iñaki Gabilondo?».

Un entrevistador inseguro y fatalmente documentado, que se levantaba y se iba incluso, preguntando delirios. A Gloria Fuertes, Chicho Ibáñez Serrador, Ivonne Reyes, Jesús Puente, José Luis López Vázquez y un largo etcétera. Sin saber que todo era un vacile cósmico, claro. Su inspiración fue un programa francés que solo duró un capítulo porque el invitado fue Jean-Marie Le Pen y quedó como un héroe, cuando debían reírse de él. Pero un productor de ahí se le ocurrió hacer entrevistas borracho a escritores, se subía a los sofás…

Arangüena se presentó al casting en el Ritz, donde sacó de quicio a Imanol Arias: «¡Mira, ni soy gitano, ni hijo de Imanol Uribe ni tengo dos hijos! Repetimos la entrevista dentro de una semana y te la preparas mejor», nos rememora el desquiciador al teléfono. «Al acabar, les pregunté: '¿He pasado la prueba o no? Lo he sacado de quicio'. Y me dijeron que ya se verá. Como era en el Ritz y habían alquilado una habitación para cambiarse, pedí si me podía duchar. Me dijeron que sí y luego me preguntaron por qué me había duchado. Y les dije: 'Si sale esto va a ser maravilloso y voy a tener trabajo. Y si me dicen que no, por lo menos, cuando pasé delante del Ritz, diré: 'Ahí me he duchado yo'. Creo que les parecí un tío muy raro».

En total, se hicieron 70 entrevistas pero no todas valieron. El cantante Carlos Cano lo pilló enseguida porque le habían hecho una parecida. Y otros no dieron permiso, como Margarita Landi, la de 'El Caso'. «Le pregunté: '¿Es cierto que tienes un fantasma en casa? Y dijo que sí. '¿Y es cierto que molesta a los vecinos?'. Y se agarró un rebote de la leche. '¡A los vecinos no les ha molestado jamás!'. Antonio Mercero no dio autorización porque había presentado una serie después de 'Farmacia de Guardia' y no se la habían aceptado. Empecé: 'Usted ha trabajado mucho en cine, pero con la televisión ha encontrado la hormona de su zapato'. Y dice: 'Sí, pero no es hormona, es otra cosa'. Y yo: 'Es hormona de toda la vida'. Y él: 'Que no…'».

Sacaba verdad. Porque tener delante a un supuesto periodista nefasto y vulnerable desenmascaraba a los famosos, que demostraban si eran buenas personas o no. Por ejemplo, Jesús Puente le dio coba a todas las preguntas absurdas, salvo la de Gabilondo. «Me dijo: 'Vamos a cortar. No pesco salmones ni como piedras ni he tartamudeado en mi vida, no pasa nada. Te he visto muy nervioso y no quiero que quedes mal, pero es que con Iñaki me llevo bien. Hay algo que falla en esta entrevista'. O sea, un tipo maravilloso». O José Luis López Vázquez, que tenía fama de mal genio y dio otra imagen: «Cuando murió, el hijo me vio por la calle y se me acercó: 'Quería decirte que con tu entrevista se demostró por fin que era una persona agradable, simpática, con sentido de humor y no un cascarrabias'».

Ágata Lys, por ejemplo, se puso en modo coronel a reorganizar el desbarajuste: «Al llegar, me dijo: 'A ver qué entrevista me haces porque tengo un coeficiente (no cociente) intelectual de 170'. Y yo pensé: 'Pues te vas a cagar, hija'». José Luis Coll iba diciendo por Madrid que había un tipo que hacía entrevistas buenísimas, alucinantes. Y Chumy Chúmez sí respondió al '¿Qué fue de su agria polémica con Gabilondo?'. «¿Es por la bronca que tuve? Me citaron una hora y media antes para una entrevista de quince minutos. Y me marché. Pero no era culpa de Iñaki, evidentemente».

Además, hubo justicia poética. Porque las entrevistas se grabaron todas antes de su emisión y al protagonista le despidieron al comenzar el programa, sin verlo venir. Y, así, Arangüena se marchó a Cuenca donde andaba su mujer restaurando la catedral. Pero esas entrevistas fueron el mayor éxito de 'Osados', y comenzaron a contactarle para hacer sketches. Y, luego, «me llamaron de 'Lo más plus' y también Iñaki».

Efectivamente, Gabilondo le fichó. La idea, antes, había sido hacerle una entrevista absurda de las suyas, pero canceló a última hora un 21 ó 22 de diciembre. «''Eres una persona con contradicciones o algo así', y hacer un silencio y preguntarle: '¿Qué fue de su agria polémica con Iñaki Gabilondo?' A ver qué decía. Iñaki, al principio, no entendía nada, pensaba que era un pitorreo sobre su nombre, pero luego le pareció un sentido del humor muy interesante. Al principio iba a ser: '¿Qué fue de su agria polémica con Pilar Urbano?' pero algunos no la conocían. Y otra cosa más. Hubo grandes comunicólogos de radio que me dijeron que por qué no les había nombrado en vez de a Iñaki. No te voy a dar nombres, pero estaban celosos».

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