La tumba de Ramsés I, el Gran Museo Egipcio... La tierra de los faraones resplandece de nuevo
Francisco Martín y Teresa Bedman, al frente de la única misión en Alsasif (Luxor) que ha desafiado a la pandemia, se convierten en guías de excepción a través de las maravillas que estrena un país decidido a reactivar el turismo

Silencio. Los egiptólogos Francisco Martín y Teresa Bedman no se acostumbran a no escuchar más que quietud en su casa de Al Bairat, en la orilla oeste de Luxor. Se encuentran a apenas 200 metros del templo de Deir el Bahari y, tras ... veinte años de excavaciones en la necrópolis tebana, se habían habituado al ruidoso aire acondicionado de los numeroros autobuses que esperaban a los turistas del párking aledaño. Pero ya saben, la pandemia lo ha vuelto todo del revés y donde antes reinaba el bullicio ahora es la calma chicha la que ha tomado el mando.
Cuando el país parecía que levantaba cabeza después de los terribles ataques terroristas del pasado, la revolución de 2011 o la explosión de un avión ruso en 2015, el coronavirus ha vuelto a paralizar su importante industria turística. «Es un auténtico p rivilegio visitar los museos y monumentos solo , pero también una pena», afirma Francisco Martín, que desde 2009 excava junto a Bedman y el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto la tumba del visir Amenhotep Huy , gobernador en la época del faraón Amenhotep III (1360-1353 a. C., conocido también como Amenofis).
La misión española que lideran en Asasif es la única que ha desafiado a la pandemia . «Ya es una tradición, no hemos fallado en los últimos doce años. En la época de la revolución decidimos quedarnos. El resto no volvió porque les daba miedo, pero nosotros, sí», explica Teresa. Por eso acaban de obtener el agradecimieno de las autoridades egipcias, a través del Comité de la Promoción Cultural del Turismo de Egipto.
Tumba de Ramsés I

Desde allí se han vuelto testigos de excepción de los esfuerzos que está haciendo el país por volver a recuperar el pulso turístico a fuerza de inauguraciones y apabullante patrimonio . A un paso del Valle de los Reyes, han visitado la tumba del faraón Ramsés I , que reabría sus puertas a principios de enero después de un complejo proceso de restauración que ha llevado años.
Ramsés I «pertenece a un periodo muy especial de la historia de Egipto como fue la restauración del orden ortodoxo después de la crisis amárnica (la primera de carácter religioso de la historia y en la que muchos ven el origen del monoteísmo)», explica el egiptólogo. Inaugura la dinastía XIX en torno al 1294 a. C. para dar entrada a otra serie de faraones célebres como es Seti I y Ramsés II , su hijo y su nieto respectivamente.
Apenas dura en el trono un año y cuatro meses, por lo que su tumba no es muy grande y está inacabada. Sin embargo, «hay pinturas en el corredor que conduce a la cámara del sarcófago muy interesantes desde el punto de vista artístico y religioso», explica Martín. «Recogen una de las primeras representaciones del Libro de las Puertas , la colección de textos funerarios que estaba en boga en ese momento», asevera este científico que apunta que los colores, de una riqueza extraordinaria, han quedado «como nuevos», a pesar de tener 3.200 años.
Sacada ilegalmente del país en la segunda mitad del siglo XIX, la momia del faraón regresó a Egipto y fue recibida con honores de jefe de estado. Con gran pompa fue trasladada a Luxor y, de momento, es ahí donde va a seguir. «La he visto hace 15 días y no se ha movido. No sé si luego decidirán trasladarla junto a los otros 22 reyes que estarán en el departamento de momias del Nuevo Gran Museo de Egipto», apunta el científico.
Luxor también ha a aprovechado para poner al día el Templo de Karnak , el más grande de Egipto. Nombrado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco junto a las ruinas del templo de Luxor y la necrópolis de Tebas, comenzó a construirse bajo el mandato de Intef II, rey de la dinastía XI. En los siguientes dos mil años, decenas de gobernantes fueron remodelando y ampliando uno de los lugares de culto más ricos de la antigüedad.
Las labores de restauración se han centrado en la Avenida de las Esfinges por las que, sin coronavirus mediante, pasan millones de turistas al año. En este tiempo en barbecho de la pandemia, han remodelado 29 estatuas de carneros que representaban a Amón, uno de los grandes dioses del Imperio Nuevo, símbolo del poder creador.
Justo allí tiene lugar la celebración del solsticio de invierno , del 21 al 23 de diciembre. El Sol ilumina de manera perpendicular el santuario dedicado a Amón-Ra y se posa entre las dos torres de la entrada al templo. «Es un acontecimiento astronómico de primer orden, que demuestra que los antiguos egipcios controlaban la astronomía y construían sus monumentos en función del calendario y lo celeste», indica Martín.
Gran Museo Egipcio

Ya en El Cairo se espera impaciente la apertura del Gran Museo Egipcio . Programada en un principio para 2019, «tienen previsto hacer la inauguración oficial este año. La fecha exacta no la han dado, pero me imagino que será a partir de verano o antes», apunta Bedman. Las autoridades quieren un acontecimiento espectacular («quieren que estén presentes todas las autoridades del mundo, el Rey Felipe VI está invitado»), acorde a las dimensiones faraónicas del recinto, el museo arqueológico más grande del mundo.
«Tiene una superficie de 480.000 metros cuadrados . Dicen que tiene capacidad para albergar a 15.000 personas diarias y cuenta con salas de conferencia, de cine, restaurantes... Es una auténtica ciudad», adelanta esta egiptóloga, que advierte que serán necesarios tres o cuatro días para verlo. «Desde el propio museo va a haber una calzada que lleva directa a las tres pirámides de Giza -continúa- y lo primero que ves en cuanto entras es una enorme estatua de Ramsés II de 12 metros de altura y 83 toneladas».
De entre los miles y miles de objetos que alojará, la incuestionable joya de la corona es el tesoro Tutankamón . «Van a desplegarlo entero, se van a poder ver las 5.000 piezas con las que fue enterrado. Eso no se había hecho nunca antes. También se hablaba de que la momia iba a trasladarse hasta allí, pero no esta confirmado y además aquí, en Luxor, hay bastante resistencia, desde luego», aclara Francisco.
También irán buena parte del centenar de sarcófagos que se encontraban recientemente intactos en Saqqara , la necrópolis que acaparó titulares en 2020 y promete seguir dando de qué hablar en este 2021, como ponía de manifiesto los importantes hallazgos del Imperio Nuevo que hacía públicos Zahi Hawass hace apenas unos días.
Y la misión del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto va a poner su granito de arena del desierto en el Gran Museo Egipcio. «De todo lo que llevamos excavando durante tantos años, han elegido cosas increíbles como un sarcófago impresionante, una estatuilla preciosa de marfil que es única, cerámica y muchos amuletos de una calidad espectacular», afirma con orgullo la investigadora.
En la zona del Viejo Cairo, reabre también el Museo de las Carrozas Reales. «Era de Mohamen Alí y estaba muy descuidado. Pero ahora lo han restaurado y reúne todas las carrozas de los reyes mamelucos. Es muy interesante. Iré a visitarlo la próxima vez que vaya a la ciudad», indica Teresa.
Museo de Sharm El Sheikh

Otro museo arqueológico de primera fila que acaba de abrir sus puertas es el de la zona turística de Sharm El Sheikh , que enriquecía así su oferta playera en el Mar Rojo. «Ahí llegan aviones de Rusia y de los países del Este porque tiene sol todo el año -es la competencia de nuestras Canarias-. Han llevado allí algunas piezas porque la gente venía pero no iba al Cairo porque no cogía cerca. Lo vi cuando lo estaban construyendo y también tiene bastante envergadura », aclara esta especialista.
En definitiva, como señala Martín, «están haciendo una apuesta por el patrimonio. En nuestro caso ya no tiene remedio, porque es pasión, pero alguien que ama la cultura siente por ello que hay que visitarlo».
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