Trigonometría sentimental
JAVIER CORTIJO
Salvador García Ruiz, de quien aún recordamos su magnífico debut con «Mensaka», presenta su cuarto largometraje, con guión de Urbizu sobre novela de Almudena Grandes, y donde pulsa la tecla bertolucciana correspondiente a «Soñadores» y no a «El último tango en París» (lo sentimos, morbosillos).
Así, el director madrileño narra el «matrimonio de compromiso» de tres estudiantes ochenteros de Bellas Artes (si uno no fuera impotente, otro gallo cantaría) con naturalidad y optando por los encuadres antes que las coreografías, que por algo no es lo mismo un terceto encadenado que un ménage à trois. Cierta frialdad mecánica amenaza con desbaratar esta fábula contenida sobre ideales juveniles truncados que sabe a poco, como el «Groenlandia» de su banda sonora emocional. Pese a todo, estimable.
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