«Prestáis un servicio histórico a la unidad del idioma español»

«Prestáis un servicio histórico a la unidad del idioma español»

«Gracias, gracias, gracias. Me emociona, me e-norgullece que estemos todos juntos aquí haciendo un esfuerzo por nuestra lengua». Su Majestad el Rey no pudo contener la emoción antes de dar lectura a sus palabras de reconocimiento a la Nueva Gramática del español del siglo XXI, cuyos esforzados trabajos de elaboración ha seguido muy de cerca junto a Doña Sofía: «La Reina y yo conservamos todavía vivo el recuerdo de aquella sesión de Medellín en la que se aprobó el texto básico. Pocas imágenes pueden reflejar mejor la unión espiritual de nuestros pueblos que las imágenes de aquel acto». Y, dirigiéndose a los académicos, agradeció: «Emulando el ánimo de entrega y la disciplina de trabajo de los académicos fundadores de la Española, entre todos habéis construido con la guía de un sabio ponente esta Nueva Gramática, que refleja el español de todo el mundo. Con ello prestáis un servicio histórico a la unidad del español y, en definitiva, a la mayor cohesión entre los pueblos hispánicos».

El sabio ponente al que se refiere Don Juan Carlos es el académico Ignacio Bosque, el capitán Ahab de la Gramática, cuyo titánica labor fue sellada con una prolongadísima ovación desde Sus Majestades los Reyes, puestos en pie, al director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha -para quien la Gramática «viene del pueblo y al pueblo busca, aquí están todas las voces y todas las hablas conformando una gran polifonía»-; el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, los directores y miembros de las 22 Academias de la Lengua Española, escritores, periodistas, admiradores y amantes del español.

Ignacio Bosque reconoce sin tapujos que, por mucho que se la comprima, «la lengua no cabe en cuatro mil páginas», y ahí está una Gramática moderna y al día, descriptiva y normativa... una obra cohesionada, integrada y coherente, en lugar de dispersa, deslavazada o desprolija (adjetivo muy común en varios países americanos que entrará en el Diccionario).

El resultado ha sido un trabajo ímprobo, intenso, realizado con enorme aplicación, por el que Miguel Delibes, como declaró en un mensaje televisado, se siente «orgulloso» de sus compañeros: «Pido disculpas por no estar ahí con ustedes -se dirigió Delibes a la audiencia-, pero mi salud no es tan boyante como yo desearía. Me siento orgulloso de que muchos de los textos de mis obras figuren como ejemplos en la Gramática, procedentes del habla de Castilla, de lo que yo aprendí de niño y que luego vi perfeccionada en las bocas desdentadas de los viejos de los pueblos. Mi deseo es que esta Gramática fuera definitiva y llegase al pueblo, y se fundiera con él ya que el pueblo es el verdadero dueño de la lengua».

El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, agradeció en nombre del sistema educativo este «trabajo intenso, serio, riguroso y necesario» y, dirigiéndose a Don Juan Carlos y Doña Sofía, concluyó: «Majestades, necesitamos de su impulso y aliento. También para gobernar como la Gramática, argumentada y reflexivamente, buscando el espacio común de los acuerdos, en un espacio de legítimas diferencias. Gracias por vuestra presencia y apoyo. Necesitamos educar con la Gramática y educar por la palabra».

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