Reportaje
La librera que vio nacer la Feria hace 45 años y este 2022 se despide
Después de 45 años y 44 certámenes, Pepa Arteaga se jubila. Su librería, Miraguano, describe a la España a punto de construir la Transición

Pepa Arteaga trabaja en la librería Miraguano desde hace 45 años. Esta es su última Feria del Libro tras 44 ediciones como librera. «Me faltó una, la de 2020, la que no se hizo». A punto de jubilarse, Pepa recibe a los ... lectores en las casetas 206 y 207 del paseo de Coches del Retiro . Fundada en 1977, Miraguano abrió sus puertas cuando ella aún no había terminado la carrera. Esta librería y editorial encuadernan la biografía de una mujer y de la sociedad de la que forma parte. «Mi librería es anterior a la Constitución».
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Las primeras ferias en las que Pepa participó se hacían llamar Ferias Populares. «Estaba organizadas por un grupo de 30 librerías, la mayoría de ellas nacidas en ese período de la ebullición social de finales de los setenta. Dependía de un organismo franquista que se llamaba Instituto Nacional del Libro Español». Plaza Castilla y Vallecas fueron las sedes de las primeras dos ferias. «Teníamos a la policía encima, continuamente. En el año 1979 se hizo en la Casa de Campo una Feria Nacional; entonces no se llamaba Feria del Libro de Madrid. Aquello fue un desastre total. Finalmente, en 1980, la Feria pasó al Parque El Retiro». Y desde entonces hasta hoy.
Hacia la democracia
En los años ochenta todo estaba por hacerse. Muchos libros aún permanecían prohibidos, los de El Ruedo Ibérico o Losada por ejemplo. «Todos los libreros vendíamos libros prohibidos. Los teníamos escondidos, pero los vendíamos, porque había una ebullición social importantísima». Las cosas comenzaron a cambiar con la llegada de los socialistas, al menos así lo recuerda Pepa cuatro décadas después. «En esos años se crea el ministerio de Cultura. Ya no dependemos del ministerio de Información y Turismo de Fraga Iribarne y otros próceres franquistas que nos había tocado sufrir. Ocurrió institucionalmente lo que ocurrió en la sociedad. Ya había empezado la movida madrileña, la gente salía a la calle».
Cuando se le pregunta a Pepa por los cambios que ha presenciado y propiciado, la librera acaba relatando la vida de una España que se subió a toda prisa al tren de la democracia. «Lo que ocurrió en esos años no tiene comparación. Ahora es otra cosa. La gente está informada. Sale, entra. Usa las redes. En esta feria hay más de cinco mil firmas y un centenar de eventos. Aquella época no tenía nada de eso, pero fue muy libre. Había que intentar probarlo todo. Entonces surgieron más editoriales literarias y sociales, otras volcadas en las humanidades. Muchos editores, por ejemplo ,Beatriz de Moura, que empiezan a traducir escritores importantísimos como Milan Kundera y que eran desconocidos en España».
Ayer y hoy
La última Feria de Pepa como librera es la primera que se celebra tal y como se hacía tras la pandemia. Aunque lo intenta, no consigue destacar un episodio por encima de otro a lo largo de todos estos años. «Es difícil resumir. Más que momentos ha habido personas. Por aquí han pasado Claudio Magris, Vargas Llosa, también he compartido caseta con escritores españoles importantes. Son tantos, que quedarse con uno es impensable. Uno de los momentos más entrañables ocurrió antes de ayer. Me encontré con Luis Landero firmando en mi caseta y nos dimos un abrazo tremendo después de dos años sin vernos. Como esos, ha habido episodios como ese en todas las ferias».
Tener a Carmen Martín Gaite en su caseta fue algo inolvidable. También conocer a José Hierro, Rafael Sánchez-Ferlosio, José Saramago y Emilio Lledó. «Compartir con Almudena Grandes, que para mí ha sido un referente y su muerte ha significado un golpe muy duro. Desde Miraguano he podido ver la transformación, sobre todo cultural, del país», explica una librera que se hizo lectora en el instituto. «En mi casa no había libros. Crecí en una familia muy humilde». Después de 45 años al pie de una librería, Pepa ha sido protagonista y testigo. «Siento mucha satisfacción, y también orgullo, por haber podido participar en esa cadena del libro: el autor, el editor, el distribuidor, el librero y el lector. Poner en contacto a un escritor y su obra con los lectores es fundamental. Además de la editorial, en Miraguano se han hecho muchas actividades: mesas redondas, clubes de lectura. Todo eso ha desarrollado culturalmente este país».
El futuro luce aún más prometedor, goza de la ligereza y resistencia de esa palmera, el Miraguano, que da nombre a esta librería. «Le voy a pasar el testigo en Miraguano a mi colega Javier, que lleva 30 años trabajando conmigo, mano a mano. Él va a quedar como titular de la librería y va a continuar con la misma labor que hemos hecho hasta ahora». Son las doce y media y en el Paseo de Coches del Retiro las novísimas conviven los veteranas, librerías y libreros: la historia de una sociedad encuadernada entre las hojas de los árboles. «Los libreros jóvenes forman una generación estupenda. Son gente formada, muy volcada a la cadena del libro y la promoción de la lectura. Especializadas o no, cada librería está desarrollando cosas fantásticas. La unión de todos esos libreros ha creado experiencias pioneras, por ejemplo, la página todostuslibros.com».
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