Karina Sainz Borgo
Esto es agua
En tiempos en los que hay que aclarar que una novela es una novela, urge leer el texto de Foster Wallace

Habitar un mundo en el que un autor debe explicar por qué una novela es una novela es, además de triste, agotador. Cuando más espabilados deberíamos estar, toca aclarar que 'Lolita' es una novela y ‘La familia de Pascual Duarte’ también. ... Que las ficciones ni explican ni solucionan nada y que su autor no suscribe todo cuanto dicen y hacen sus personajes.
Hubo una época en que David Foster Wallace (DFW) fue el referente de una generación; la mía, sobre todo. El #MeToo -que tanto nos ha traído… y quitado- encontró en él ya no al virtuoso o al psicótico brillante mal medicado que apareció colgado de una viga, sino a un monstruo. La denuncia de la escritora Mary Karr sobre el acoso y maltrato al que la sometió DFW consiguió arrancarlo del pedestal de la santidad laica al que lo subieron quienes encendían velitas a sus novelas, incluso sin haberlas leído.
Purgas y excomuniones a un lado, conviene rescatar ‘Esto es agua’ (Literatura Random House), un discurso que DFW pronunció en 2005 -tres años antes de su muerte- ante los alumnos de Artes Liberales del Kenyon College y en el que el escritor reflexionó sobre dos actos esenciales, que justo por eso debían ser simultáneos: vivir y pensar. Aunque se dirige a los recién graduados, DFW nos habló a todos unos años antes de convertirnos, voluntariamente, en lectores a los que hay que explicar que una novela es una novela.
‘Esto es agua’ puede que sea uno de los legados más potentes y hermosos del novelista . No se trata de entender aquello que pensamos, sino la forma en que lo hacemos, dice en estas páginas el autor de ‘La broma infinita’. Y puede que sea justo allí, en lo desconcertante y conmovedor de su reflexión obsesionada con el otro, donde surge el desconcierto: ¿ cómo alguien que decidió colgarse de una soga era poseedor de tal lucidez ; cómo alguien capaz de iluminar la vida entera de quitársela? La contradicción nos señala con el dedo. Nos hace preguntas. En el fondo ha de ser por eso, porque esto es agua y las novelas son novelas.
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