El éxito según Daniel Johnston
El cantautor y dibujante norteamericano visita nuestro país con una gira por cuatro ciudades
«Nunca se sabe cuántos artistas están desperdiciando su vida en un McDonald's», espeta Daniel Johnston , el pequeño gran milagro de Austin, que escapó de su trabajo basura colándose en el programa de un concierto que la MTV organizó en su ciudad en 1985. Sufrió una crisis nerviosa al subir al escenario, pero enamoró al público con su torturada ternura y al poco tiempo estrellas como Kurt Cobain eran sus fans.
Su forma de ver el mundo —diagnosticada como una combinación de esquizofrenia y trastorno bipolar — le acarreó ciertos problemas para desenvolverse socialmente, pero nunca impidió, porque era imposible, que su talento brotara como un géiser en mitad del desierto, publicando cientos de canciones que conforman una obra venerada por miles de seguidores , como los que le aplaudieron a rabiar en Gante (Bélgica) la noche anterior a esta charla telefónica o los que lo harán esta noche en La Casa Encendida de Madrid .
«Creo que me estoy acostumbrando a este éxito. Toco por todo el mundo y todas las audiencias se vuelven locas. Es divertidísimo», comenta recién desperezado. Poco antes de su visita, varias bandas hispanohablantes han editado un disco de homenaje . «Me hace sentir muy orgulloso, es interesante provocar estas reacciones», confiesa. «Pero lo más importante, es cuando el público se me acerca y me da ánimos».
Esta gira también muestra su otra faceta artística , con una exposición de dibujos de inspiración cómic que tiene un éxito a la altura de sus conciertos. «Estamos vendiendo muchísimos, es increíble ver a la gente quitándonoslos de las manos», dice, seguramente inconsciente de las malévolas insinuaciones acerca de los beneficios que obtiene su familia . «Me llevan de compras en cada país —dice entusiasmado—. En España iré a una tienda de cómics, y buscaré ediciones piratas de mis discos».
La ubicación emocional del artista
Una pregunta interrumpe la conversación. «Perdona, ¿desde dónde has dicho que llamas?». «Desde España». «¿Y dónde estoy yo?». «En Bélgica, Daniel». Un pequeño silencio revela que algo pasa, pero nos tiramos al vacío preguntándole por el viaje de ácido que supuestamente afectó definitivamente a su psique . La respuesta estremece. «Sí lo hizo. Mis canciones son un montón de relatos sobre las cosas que me han pasado. Una montaña de experiencias. En ellas está todo».
Hay quien dice que sin saber inglés no se puede acceder a Daniel Johnston, que puede resultar inverosímil y absurdo, un fraude. Mentira. Solo escuchen la canción «The Story of an Artist» y sumérjanse en una profunda evocación de los momentos más felices de su vida. Verán cómo la primera lágrima no es la última.
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