El cura que engañó a Hitler para que no robara los restos de Dante con los de un difunto desconocido
El proyecto de Führer era construir en Berlín un panteón con con las tumbas de los grandes escritores del pasado, incluyendo a Cervantes, Zola, Molière, Hugo, Tolstói y Shakespeare

Puede parecer una historia sacada de una novela o el guión para una película sobre la locura del nazismo, pero se trata de un hecho histórico que ahora sale a la luz . Adolf Hitler y su mano derecha, el general Himmler, ordenaron robar ... los restos de Dante Alighieri de su tumba en Rávena. Pero los soldados de las SS nazis fueron burlados por un sacerdote que reemplazó los restos del autor de la Divina Comedia con los huesos de un desconocido . Se sabía la primera parte de la historia, pero se desconocía la burla sufrida por los soldados alemanes.

La increíble historia es revelada 77 años después, en coincidencia con la conmemoración de los 700 años del nacimiento del Poeta Supremo , por Sergio Roncucci, 87, hijo de uno de los protagonistas que reemplazaron los restos de Dante. Roncucci escribe un largo artículo sobre esta inédita historia en el último número de la revista 'Pen Italia' publicado hoy. Es un hecho probado históricamente que por orden de Hitler y Himmler , los nazis realizaban investigaciones y expediciones pseudo históricas y esotéricas para encontrar los orígenes de las poblaciones alemanas, saqueando objetos simbólicos . Fueron incluso al Tíbet para medir los cráneos de la población para demostrar alguna de sus sandeces sobre la raza aria.
'Operación Dante'
El Führer ordenó al arquitecto Albert Speer construir en Berlín un panteón con las tumbas de los grandes escritores del pasado, incluyendo a Cervantes, Zola, Molière, Hugo, Tolstói y Shakespeare . El proyecto, que nunca se llevó a cabo por el fin de la guerra, era delirante, pero refleja la megalomanía y paranoia de Hitler.
En Italia, la 'operación Dante' se encargó al coronel de las SS Alexander Langsdorff, un estudioso de prehistoria y arqueólogo en expediciones a Oriente Medio. Durante seis años, el coronel Langsdorff formó parte del estado mayor de Himmler y trabajó en la Ahnenerbe (Sociedad de investigación de la herencia ancestral), interesada en las reliquias del pasado.
El proyecto de robar los restos de su tumba lo descubrió el servicio de espionaje estadounidense durante la guerra (Office of Strategic Services), que informó a la Organización para la Resistencia Italiana (Ori), creada por antifascistas en Nápoles. Se pudo así avisar a Giovanni Mesini, un sacerdote erudito de Dante en Rávena. Monseñor Mesini, con la ayuda de sus amigos Bruno y Giorgio Roncucci y de Antonio Fusconi, guardián de la tumba de Alighieri, reemplazó los restos del poeta , en la noche del 22 al 23 de marzo de 1944, con los huesos de un difunto desconocido recogidos en una tumba abandonada del cementerio de Rávena. El falso Dante acabó en Alemania , para satisfacer los paranoicos antojos de los cerebros de la sociedad Ahnenerbe.
«Al final de la guerra, monseñor Mesini y mi padre -concluye Sergio Roncucci- supieron que en Berlín se habían percatado del engaño , pero en ese tiempo los alemanes ya tenían otras cosas en las que pensar…».
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