Cuentos personalizados con un fin solidario

Hace nueve años Sara empezó a escribir esta historia. Un cuento para su hijo Alejandro que estaba a punto de nacer. Después de su hijo han llegado otros niños, otras aventuras que escribir e ilustrar. Todas muy personales. Luego Sara supo de Bruno, de aquel día en el que todo cambió. Supo de los esfuerzos de sus padres para que volviera a ser el niño de antes, de la ayuda de mucha gente implicada. En ese afán por ayudar ahora anda apasionada con el proyecto Kikuyu. Nuevos relatos que se venderán dentro de bolsitas confeccionadas por las mujeres que trabajan en el centro de formación levantado por Sor Regina, en Dakar. Aviación sin Fronteras también está detrás de un proyecto que seguro no será el último en el que viaje Sara. -Redacción-