En casa de la Dama de Elche
Descubren en La Alcudia la muralla de la ciudad ibérica a la que pertenecía la icónica escultura y donde creen que se ocultó durante una oleada de destrucción iconoclasta
Hace 124 años que el golpe fortuito de un azadón rescató a la Dama de Elche de su escondite de La Alcudia. Un jovencísimo Manuel Campello estaba explanando un ribazo en la mañana del 4 de agosto de 1897 cuando se topó con una gran ... piedra. Apartó con las manos la tierra que tenía adherida y vio con sorpresa que se trataba de un busto con rostro de mujer. Según su relato, estaba asentada sobre dos bloques de piedra labrada, cubierta por delante por una capa de tierra compacta y resguardada por la espalda y los laterales por varias losas que parecían haber sido colocadas para proteger a la preciosa escultura.
Más de un siglo después, los arqueólogos del proyecto 'Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica', financiado por el vicerrectorado de Investigación y Transferencia del Conocimiento de la Universidad de Alicante y el Ayuntamiento de Elche, han excavado en el Sector 11 de La Alcudia, en el mismo lugar donde se sitúa el hallazgo de la icónica escultura, y han descubierto un tramo de la muralla de la ciudad del siglo V a.C., con casas adosadas.
«Esta es la muralla de la Dama, de la gente que está viviendo y muriendo en el mismo momento en que se fabrica la Dama de Elche», explica Héctor Uroz, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Murcia que codirige los trabajos y Alberto Lorrio, catedrático de Prehistoria de la UA y director del proyecto, lo corrobora: «Le hemos dado hogar a la Dama de Elche, hemos encontrado la 'casa' de la Dama».
Hasta el momento han localizado en torno a 60 metros lineales de esta estructura defensiva que fue levantada por tramos, mediante la técnica de cajones, que aporta mayor solidez a la obra y cuyo origen se ha relacionado con el uso del ariete. En estos cajones se emplearon materiales diversos. A la vista ha quedado el zócalo de un cajón de grandes losas al que le sigue otro elaborado con guijarros que se levantó al mismo tiempo. La muralla de 2,25-2,30 de anchura tenía un alzado de adobe sobre esa base que después se enluciría. ¿Para qué utilizar esas enormes losas que requerirían un gran esfuerzo si no se iban a ver, sobre todo si los guijarros bastaban para cimentar la muralla? «Es una cuestión de prestigio, de manifestación de poder», asegura Uroz.
Una señal más que indica la relevancia que debió tener la Ilici ibérica antigua. «La gente que vive aquí son las primeras grandes aristocracias ibéricas, esos primeros grupos de príncipes que se empiezan a hacer fuertes, a crear esos lazos clientelares y que son la cúspide de la pirámide poblacional», explica el codirector de las excavaciones.
Por la cantidad y calidad de los elementos escultóricos hallados en el yacimiento, los arqueólogos sabían que tuvo que existir un centro neurálgico de poder en la zona, pero hasta el descubrimiento de la muralla desconocían si se hallaba en La Alcudia o ésta era un espacio sacro, tal vez un santuario o una necrópolis de una urbe cercana.
Una Odisea en esculturas
Las esculturas halladas fueron encargadas por la élite ibérica para proyectar un relato en imágenes. «Es una Iliada, una Odisea, que aquí la modelan en esculturas. No hay un Homero, pero sí artesanos que trabajan la piedra al servicio de estos primeros príncipes iberos que se construyen un relato heroico mitificado sobre sus orígenes, sobre cómo se hicieron con el poder, para apuntalar ese nuevo orden», relata Héctor Uroz. La Dama de Elche es un elemento más de esa narración heroica. Según explica este especialista en cultura ibérica, representa a una diosa con rasgos de aristócrata ibera o a una aristócrata ibera con rasgos divinos. «Es un busto que es un ánodos, una epifanía, una aparición divina ctónica, que surge de la tierra», dice. Ese mundo de esculturas de damas y héroes llevó a los arqueólogos a buscar esa ciudad antigua donde vivieron los primeros príncipes iberos que las mandaron hacer para sus monumentos funerarios. De ahí el nombre de su proyecto: 'Damas y Héroes. Tras la Ilici ibérica'.

Se inició en 2016 bajo la batuta del arqueólogo José Uroz, padre de Héctor y catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante, y tras su jubilación Alberto Lorrio recogió el testigo de la dirección en 2019. La Universidad de Alicante había comprado hacía 20 años el yacimiento de La Alcudia a la familia Ramos, pero «no se había hecho una excavación sistemática como ahora», relata José Uroz, a quien sorprendía mucho que desde la aparición de la Dama nadie hubiera excavado en el sector. «La gente de Elche quedó muy dolida con la emigración de la Dama a París y cuando los que compraron la escultura vinieron aquí a principios del siglo XX con la idea de excavar, tengo la impresión de que no les dijeron con precisión el sitio donde apareció. De hecho, hicieron una zanja bastante más al norte de donde estamos, por fortuna. Desde entonces, por distintas razones, nunca se había excavado», explica.

Uroz, que había invertido 12 años de su vida investigando la necrópolis cercana de Cabezo Lucero, donde se encontró una dama del mismo taller que la Dama de Elche, quería averiguar qué se escondía en este terreno. «Estaba convencido de la Dama era una urna funeraria y quería contextualizarla».
Hoy pueden decir satisfechos que han logrado su objetivo. «La idea de la necrópolis a la que pertenecía a la Dama es la que nos trae, pero hemos encontrado ahora el mundo de los vivos», subraya Uroz padre. Han destapado la muralla y adosada a ella han descubierto parte del urbanismo de la ciudad ibérica inicial, con muros de adobe en un sorprendente estado de conservación.

Los análisis de carbono 14 realizados a semillas y a restos de fauna de un ritual relacionado con la fundación de la muralla, y el urbanismo asociado han permitido datar la estructura defensiva en el siglo V a.C. También la cerámica recuperada o un colgante de hueso que representa a la diosa Tanit, un elemento protector que han encontrado intacto, enterrado en el relleno de la muralla, apuntan a la misma época en la que se tallaron las esculturas ibéricas que ya se conocían. Ninguna en un estado de conservación como la célebre Dama de Elche.
Oculta en la muralla
«La Dama se conserva entera porque se ocultó seguramente en un tramo de esta muralla», sostiene Uroz mientras señala el lugar del hallazgo de la célebre pieza, contiguo al zócalo de grandes losas ahora desenterrado.
Los arqueólogos explican que en el mundo ibérico se han documentado reacciones iconoclastas que destruyeron buena parte de los monumentos. Del famoso guerrero con pectoral, otra famosa escultura descubierta en La Alcudia, solo se ha conservado el torso, de otras solo queda la cabeza, o los brazos o las piernas... En el Centro de Interpretación de La Alcudia se pueden contemplar algunas de estas piezas que sufrieron dicha destrucción, sobre cuya naturaleza se debate desde hace años. Si la Dama de Elche «se salvó de la quema» y hoy puede admirarse en el Museo Arqueológico Nacional es porque «la escondieron, la protegieron, porque era algo singular para algún grupo», destacan. Cruzando las informaciones sobre su hallazgo y lo encontrado por ellos en las recientes excavaciones, los arqueólogos creen que esta muralla fue el sitio elegido para ocultarla.
Detrás de esta estructura defensiva se presenta ahora todo un mundo por descubrir. Alejandro Ramos, director del yacimiento y del museo de La Alcudia de Elche, está convencido de que «tiene que haber más damas y tienen que estar en algún sitio». Al ser esculturas de piedra caliza, sin el valor intrínseco del oro o el mármol, no fueron fundidas o retalladas para aprovechar el material de que estaban hechas. De hecho, se han encontrado muchos restos escultóricos dispersos por el yacimiento, algunos incluso en superficie, o reutilizados como pavimento de calles o formando parte de muros.
Para Héctor Uroz es una posibilidad muy real. «Le damos el valor que le damos a la Dama de Elche porque es uno de los elementos que apuntalan el descubrimiento de la cultura ibérica, junto con los hallazgos del Cerro de los Santos, y para nosotros es icónica, pero aquí debajo puede haber decenas de esculturas tan destacadas como la Dama. Si trabajando en esta finca un señor encontró de forma casual la Dama de Elche, en un yacimiento que está por explotar en un 90%, sería muy aventurado pensar que no vayan a producirse hallazgos de similar importancia en los próximos años, si se continúa con las excavaciones sistemáticas».
Una ciudad por descubrir
Los investigadores han presentado las conclusiones de los trabajos que han llevado a cabo en los últimos cuatro años en una publicación que conmemorará el 25 aniversario de la Fundación Universitaria La Alcudia de Investigación Arqueológica , mientras planean los siguientes pasos que van a dar. Su intención es localizar el trazado de la muralla en otros sectores del yacimiento mediante el uso del georradar y continuar desenterrando más metros de lienzo y el urbanismo de esa Alcudia ibérica inicial, siempre que puedan ir restaurando y musealizando al mismo tiempo.
Supone un gran desafío porque en su búsqueda de los restos de la ciudad más antigua han ido descubriendo toda la secuencia estratigráfica que permite reconstruir la historia del lugar. Desde ese primer urbanismo ibérico a los restos de la ciudad del ibérico pleno y final, pasando por la fase de la colonia romana de Ilici, hasta el momento de abandono en época visigoda, hacia el siglo VII-VIII d.C.

En ese recorrido que han realizado de forma inversa, de lo más reciente a lo más antiguo, se han topado con ocho enterramientos. Dos cadáveres fueron arrojados sobre la muralla, sin ninguna connotación ritual, al final de la vida del enclave. Otros que han podido datar también en el siglo VII-VIII aparecieron bajo el pavimiento de una casa altoimperial y bajo el suelo de las viviendas de época ibérica han hallado urnas cerámicas con neonatos inhumados entre el siglo III y el II a.C. «Las interpretaciones son variadas porque no todos los neonatos que mueren los entierran en las casas y no presentan signos de que hayan sido sacrificados», señala Lorrio mientras apunta a la posibilidad de que simplemente fuera una forma de acoger a un miembro de la familia fallecido prematuramente.
José Uroz se muestra confiado en las próximas investigaciones. «Seguro que aquí vamos a encontrar muchas claves de la Antigüedad que todavía se nos escapan», dice. De momento, han logrado dar contexto a la pieza más icónica de la cultura ibérica y descubrir la ciudad en la que vivieron no solo los que hicieron la Dama, sino también el torso del guerrero y otro medio centenar de fragmentos de esculturas ibéricas. Es el acontecimiento más relevante que le ha sucedido al yacimiento de La Alcudia en los últimos años. Más de un siglo después de su hallazgo, la Dama de Elche ya tiene casa.
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