la larga guerra del siglo XX. Segunda guerra mundial (XVIII)
Todas las guerras de Mussolini… y otras guerras más
«Il Duce» se lanzó al combate, independientemente de cualquier estrategia conjunta del Eje. Fueron sus guerras, sus objetivos, sus ansias imperiales, el motivo de que se metiera en todos los charcos
Tradicionalmente, la que denominamos «La Larga Guerra del siglo XX» se ha venido fraccionando en diversas contiendas por razones cronológicas. Si se aplicara similar división a la más emblemática de todas ellas, la Segunda Guerra Mundial , acotándola por áreas geográficas o por contendientes, es fácil deducir que se trató realmente de una serie de guerras en paralelo o sucesivas con motivos y circunstancias muy diferentes.
Incluso con distintos participantes: Japón , valga el ejemplo, estaba en guerra con los Estados Unidos, pero no con la Unión Soviética. Bulgaria tampoco estaría enfrentada a su vecina URSS, pero sí era beligerante con los lejanos anglo-norteamericanos. Por el contrario, España fue neutral frente al Reino Unido o los Estados Unidos, pero envió a casi 50.000 hombres a luchar en la estepa rusa...
Incluso la fecha que se viene barajando como inicio de la segunda gran contienda del siglo XX estaría en revisión, ya que las primeras operaciones tienen lugar entre Japón y China en 1937, que será además el último de los conflictos en terminar. Por cierto, ni Alemania ni Italia estuvieron entonces en guerra con China…
Ardor guerrero
Y Mussolini se lanzó al combate, independientemente de cualquier estrategia conjunta del Eje. Fueron sus guerras, sus objetivos, sus ansias imperiales, el motivo de que Il Duce se metiera en todos los charcos. Su prudencia y parsimonia iniciales se convirtieron en ardor guerrero cuando creyó que Alemania ya había derrotado de manera definitiva a los aliados.
Atacó Francia en una campaña de cuatro días para tomar apenas media población de Menton, en la frontera. Primera victoria. También la última. Invadió Sudán, amagó en Kenia, llegando a ocupar la Somalia británica… Esa aventura terminó costándole en menos de un año todas sus posesiones en el África Oriental. Lanzó sus legiones contra Egipto y la operación se saldó con una humillante retirada, rematada en el desastre de Beda Fomm.
Grecia sería la culminación de todos sus despropósitos: «Führer, esta mañana al amanecer las tropas italianas han atravesado victoriosamente la frontera greco-albanesa», anunciaba Mussolini a un asombrado Hitler . Un mes más tarde las «victoriosas» tropas italianas rebasaban en sentido contrario la frontera, derrotadas por el pequeño ejército heleno.
Las decisiones del dictador italiano no sólo supusieron una serie continuada de escandalosas derrotas, sino que extendieron el teatro de operaciones, obligando a los alemanes a luchar en África y los Balcanes, en contra de todas sus estrategias. Mussolini iba por su cuenta. Y Japón fue por su cuenta cuando atacó a los Estados Unidos. Como por su cuenta tomó Hitler la decisión de invadir la Unión Soviética. Cada uno estaba en su guerra, aunque la guerra de cada uno terminara por afectar a todos los demás.
Falta de coordinación
La absoluta falta de coordinación entre los tres principales componentes del Eje es, sin duda, una de las situaciones más asombrosas de la Segunda Guerra Mundial y, desde luego, también una de sus claves. Más que apoyarse entre ellos, sus componentes se entorpecieron y añadieron enemigos propios a la causa común.
El Eje no constituyó un bando, sino una banda en la que cada uno tocaba su instrumento y su partitura… Algunos con notable desafino. Frente a ello, los aliados establecieron una estrategia común y fueron capaces de tomar la decisión de «Alemania, primero», en los momentos dramáticos de Pearl Harbor o de apoyar con ingentes cantidades de armas y suministros a un régimen soviético tan dictatorial y despótico como los que estaban combatiendo en nombre de la Libertad.
Establecieron una planificación común, subordinando frentes y situaciones en función de lo acordado. Italia, Alemania y Japón perdieron cada uno sus respectivas guerras. Los aliados ganaron la guerra, la Segunda Guerra Mundial.
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