diario de ruta (V)
Ruta Quetzal BBVA: En tierras de indios emberás y wounaan
De este modo describía el escritor panameño Octavio Méndez Pereira el encuentro entre el conquistador Vasco Núñez de Balboa con la que fue conocida como Anayansi, la hija de Careta
«Tenía Anayansi un pequeño cuerpo de carnes morenas, duras y bien torneadas [...] Llevaba el cabello, lacio y negro como azabache, recogido en las grandes trenzas, y al caminar o al andar infundía a todos sus gestos y movimientos una gracia y sensualidad de tigresa domesticada».
De este modo describía el escritor panameño Octavio Méndez Pereira el encuentro entre el conquistador Vasco Núñez de Balboa con la que fue conocida como Anayansi, la hija de Careta , cacique de los indígenas Cueva, aliados de los españoles en su intento por descubrir la selva panameña del Darién que concluyó a posteriori con el descubrimiento del Océano Pacífico. Como más tarde Cortés, como más tarde Pizarro, como tantos otros, asistimos al encuentro del otro.
«El mestizaje distingue a la conquista de los españoles, sin duda. Son los primeros en hacerlo. Algunos de estos mestizos e indígenas americanos adquirían (algo difícil para los propios españoles) honores como ser nombrados de la orden de Santiago», explica Miguel de la Quadra-Salcedo, director y fundador de la Ruta Quetzal BBVA cuya XXVIII edición recorre estos días la región de la selva del Darién, donde los 227 jóvenes expedicionarios (entre 15 y 17 años) han convivido durante cuatro días con los indígenas emberás y wounaan, en las poblaciones de Playona y Sinaí.
Nuestro primer encuentro con la comunidad emberá lo tenemos en una iglesia -poco menos que una pequeña caseta de madera- donde unos niños emberás deleitan a jóvenes ruteros con los sonidos de su música tradicional. "Un señor, una fe, un bautismo", puede leerse grabado con algún cuchillo en el altar de madera. Los niños nos hablan en castellano, pero cantan en emberá, de la familia lingüística Chocó. En el poblado los participantes de la Ruta Quetzal BBVA se desperezan y comparten desayuno con la comunidad local.
Los emberá y los wounaan han estado históricamente relacionados y se han conocido de manera genérica con el término de "chocó", ocupando regiones de las actuales Colombia y Panamá. Los documentos coloniales de los siglos XVI y XVII mencionan a indígenas ocupantes del Darién que pueden haber sido emberá o wounaan que ocuparon la posición de los indios que conociera la expedición de Vasco Núñez de Balboa en tierras panameñas de la que se cumple este año su quinto centenario. En la zona también habitan los kunas y chocós.
"Los indígenas de la etnia Cueva desaparecieron. Y en 1611 fueron sustituidos por unos de origen chibcha, llamados kunas y procedentes de Colombia", nos amplía conocimientos el director de la Ruta Quetzal BBVA. La economía de los indígenas wounaan y emberás que visitan los ruteros se basa en la agricultura, la caza y la pesca, y algunos de ellos son asalariados y artesanos.
Hoy es día de convivencia. Y los expedicionarios de 50 países del mundo tendrán la oportunidad de aprender, en la localidad de Sinaí donde viven 500 wounaan, la danza étnica, su gastronomía, su artesanía, la utilización de medicinas tradicionales, su sistema simbólico, compartir cancha de baloncesto e, incluso, noche y hoguera de San Juan. Antes, Andrés Ciudad, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de la Ruta Quetzal BBVA comparte con el regidor de Sinaí unos presentes (medicinas, gafas y material escolar) que los expedicionarios reunieron antes de su llegada.
Entre las necesidades más acuciantes de esta comunidad se encuentra la insalubridad del agua. "Necesitamos charlas médicas y agua potable. El agua que bebemos del río produce diarrea, erupciones, dolor de estómago, parasitos...", explica el líder Wounaan Eduardo Mejía quien se queja de que el Gobierno panameño les tiene abandonados.
Precisamente, entre el personal educativo de la expedición Ruta Quetzal BBVA 2013 se encuentra este año Nuria Palao, gestora de formación del Canal Isabel II y miembro del Canal Voluntarios, oenegé corporativa de la institución que abastece de agua a la Comunidad de Madrid. "Estos son poblados cuya vida gira en torno al río Membrillo y Chucunaque. Necesitan agua potable ya que el agua de ese río cada vez está más contaminada y es la única de que disponen para beber", explica Palao.
Los wounaan prosiguen con su reivindicaciónEl Gobierno panameño trató de desarrollar un proyecto que consistía en un gran depósito de agua que a través de energía solar abasteciera de agua a todas las chozas. Sin embargo, el proyecto fracasó (el depósito se instaló pero está ahí, sin funcionar) y ahora los wounaan prosiguen con su reivindicación. A este problema se une la deforestación que sufre la selva del Darién por la presencia de compaías madereras chinas, una deforestación que podrían esquilmar el recurso hídrico que supone el río Membrillo, afluente del Chucunaque. Los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA recibirán asimismo una clase-conferencia sobre la importancia de la cultura del agua y la preservación de nuestros ríos.
Despedida en canoa
En nuestro periplo con la Ruta Quetzal BBVA nos despedimos en canoa, hacia puerto Playona. Dejamos atrás a los indígenas que ocupan parte de las tierras recorridas hace 500 años por Vasco Núñez de Balboa (Jerez de los Caballeros, 1475). "La relación amorosa entre Núñez de Balboa y Anayansi fue muy importante, que protagonizaron uno de los primeros romances en Tierra Firme", concluye De la Quadra-Salcedo.
En la orilla de la "playa", un niño improvisa una fotografía con un colorido y tropical pez. Bromea, ríe. Chapotea junto a unos amigos en el río. A las dos horas llegarán un cargamento con refrescos y algunos víveres. Es el prácticamente el único medio de abastecimiento en temporada de lluvias (febrero-octubre). Sin el río, los wounaan y emberás verían casi imposible su supervivencia. He ahí otro de los desafíos en la Selva del Darién.
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