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ABC Cultural

diario de ruta

Ruta Quetzal BBVA: Los aullidos de la Selva del Darién

Segundo día de expedición: El objetivo es internarse en la Selva del Darién para convivir durante cuatro días en Playona y Sinaí con los indígenas emberás, wounaan, chocós y kunas

Ruta Quetzal BBVA: Los aullidos de la Selva del Darién e.villarejo

esteban villarejo

«Acababa de cerrar la noche. Árboles enormes extendían sus masas, como borrones de tinta, sobre la lámina celeste , acribillada de puntos de luz». Utilicemos esta descripción del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez sobre su «Panamá la Verde» —visitada en su vuelta al mundo posteriormente relatada en «La vuelta al mundo de un novelista»— para situar el periplo que los 227 expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA recorrieron ayer en su traslado de Ciudad de Panamá (atrás quedan las turbias aguas del Canal) a la Selva del Darién (donde el verde es única frontera con la vecina Colombia).

El verde es el color de estas tierras selváticas . Verde-polvo junto a los caminos, verde intenso arbóleo, verde claro follaje... verde-oscuro selva impenetrable. Son las tres de la tarde y tras seis horas de viaje en autobús desde la capital del país centroamericano, la Ruta Quetzal BBVA se dispone a descender el cauce del río Chucunaque en pos del hallazgo de la Selva del Darién.

El militar retirado Luis Puleyo —«ahora soy explorador y conservacionista»— nos aguarda a la orilla del río Chucunaque para apoyar a los expedicionarios en el embarque de las canoas. « La Selva del Darién es el gran tesoro de Panamá que debemos preservar y amar . De ahí que tengamos que educar a toda la comunidad para su preservación», nos relata al tiempo de que nos advierte sobre el principal desafío al que tendremos que hacer frente: «El mosquito Morrongoi, insecto hematófago oriundo de Chucunaque... hay que embadunarse con antimosquitos. No queda otra». Así lo hacen todos los jóvenes que entre 15 y 17 años participan ilusionados en esta expedición única (pastillas antimalaria incluidas), que este año viajar á «De la Selva del Darién a la Europa de Carlos V». Puleyo pone voz al empuje de las canoas con un «A mi voz... ¡Uno, dos, tres!».

El objetivo de los expedicionarios es internarse en la Selva del Darién para convivir durante cuatro días en Playona y Sinaí con los indígenas emberás, wounaan, chocós y kunas . Aprenderán sus costumbres, sus métodos de caza y pesca, su cocina, su música, su lenguaje. «Samawa», adonde... «kama caminane», vamos a caminar. Nos enseña Litzander Conde (16 años), uno de los 227 expedicionarios de la Ruta Quetzal y que pertenece, «orgulloso», a la etnia emberá.

El turbio Chucunaque y el verde manglar de Darién acompañan a los expedicionarios. La humedad (85%) y el intenso calor (algo más de 30 grados) predominan en el ambiente. El ruido de la selva aguarda en la noche. Como hace 500 años saludara asimismo al conquistador extremeño Vasco Núñez de Balboa (Jerez de los Caballeros, 1475) quien, junto a la Europa de Carlos V, es el tema principal de esta XXVIII edición de la Ruta Quetzal BBVA.

Servicio de fronteras«Rendidos de cansancio y angustia, el cielo parecía abrirse en cataratas de lluvia, el viento desgarraba las hojas y las ramas, retumbaba el trueno con ecos quejumbrosos, que la selva repetía hasta el infinito [...] pero había que avanzar, avanzar siempre, hasta que llegara la noche con el espanto de las fieras , el sonido espeluznante de la serpiente cascabel, las picadas de los insectos, la algarabía de los monos aulladores...». De este modo relataba el escritor panameño Octavio Méndez Pereira en su libro «Núñez de Balboa» la odisea vivida por el conquistador extremeño quien atravesó la Selva del Darién en su búsqueda de supuestos tesoros que al final acabaron con el hallazgo del océano Pacífico hace 500 años.

No hay cansancio en esta Ruta Quetzal BBVA y ni mucho menos angustia en estos jóvenes «balboas» de cincuenta nacionalidades diferentes. Retumbará en la noche algún trueno (como ayer en el campamento de Ciudad de Panamá), la lluvia será constante en el lodazal de los caminos selváticos de hoy (habrá una buena ruta). Aullarán los monos en la noche y la marabunta de insectos aguardará. Nada importa pues la verdadera aventura ha comenzado. Justo cuando acaba de cerrar la noche y los árboles enormes extienden sus masas. Como describió Blasco Ibáñez. Como se percatan los «balboas» de la Ruta Quetzal BBVA.

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