Perder el miedo a la burocracia para salvar tu negocio: estas son las ayudas que puedes pedir
Cuatro expertos reflexionan sobre el impacto de los Fondos Next Generation para digitalizar el tejido productivo y las claves para entender el funcionamiento de esta subvención europea en un encuentro organizado en Vodafone Lab

Los fondos europeos son la palanca de cambio que puede impulsar la modernización de la economía española tras las dificultades surgidas a raíz de la pandemia del coronavirus COVID-19. Hasta la fecha unas 77.000 empresas de 10 a 49 empleados han solicitado las ayudas. “Es un reto que tenemos como país, en este caso las empresas, es atrevernos con la burocracia”, reclama Daniel Jiménez, Director de la Unidad de Negocios de Empresas de Vodafone. “Nosotros estamos haciendo un esfuerzo enorme para convencer a la gente y que solicite el bono. Y te digo que es un esfuerzo porque estamos dedicando tiempo y personal para explicárselo a todo el mundo y hacerles entender que se trata de una oportunidad”.
“Muchas ayudas se desaprovechan por desconocimiento y por temor a la burocracia que conlleva su solicitud”, insiste. Sin embargo, estas ayudas son una pieza clave en el devenir del tejido empresarial español, pero también suponen un reto administrativo inmenso. Y es ahí donde el sector financiero desempeña un trabajo esencial. “Estamos ayudando a que nuestros clientes conozcan que hay una digitalización en marcha a través de estos fondos y que están disponibles para ellos”, explica Sergio Sala, Director propuesta de valor de Banca de Negocios de CaixaBank.

“Nuestra aportación es la capilaridad”, asegura Sala. La compañía financiera cuenta con más de tres mil gestores dedicados a la labor de hacer llegar a micros, autónomos y hasta el último rincón de España el conocimiento de que existe este kit digital y cualquiera puede solicitarlo. “Que vean que es práctico, que es para ellos, que no les cuesta nada y que, si lo quieren, lo tienen”.
Nunca antes en Europa ha habido un programa de ayudas tan ambicioso dirigido al segmento empresarial con menos recursos y, por tanto, menos posibilidades de invertir en soluciones digitales. Ellos son los verdaderos protagonistas de la ejecución de estos fondos europeos, de casos como el que recuerda Mario Catalán, CDO de Zeus:
“Un amigo peluquero estaba pasando un momento complicado porque no tenía fondos y me pidió consejo. Él no sabía nada de la existencia de ayudas como el Kit Digital. Le hablé de ello y le recomendé que invirtiera el dinero de la ayuda en otro negocio”, añade Catalán. “No sabéis qué agradecido y qué nervioso estaba durante los siguientes días porque no podía esperar a empezar con todos los trámites para invertir en algo que, hasta ese momento, era impensable para él. No todas las empresas se pueden permitir la figura de un transformador digital, pero todas tienen que tener esa sensibilidad de preguntar y dejarse asesorar, marcando siempre a dónde quieren llegar”.

Por casos como el de este peluquero, para Eduardo Rodríguez, Secretario General del Observatorio de la Industria 4.0, “no deberíamos dejar pasar la oportunidad. Es cierto que tradicionalmente algunas ayudas se han desaprovechado, probablemente por desconocimiento y por temor a la burocracia que implica su solicitud. Pero hay empresas que se dedican específicamente a gestionar estas ayudas. Tiene un coste, pero el beneficio que se obtiene es inmenso”.
El famoso Kit Digital tiene un presupuesto de 3.067 millones de euros, repartido en ayudas de hasta 12.000 euros para empresas de 10 a 49 trabajadores, de hasta 6.000 euros para autónomos y empresas de 3 a 9 trabajadores y hasta 2.000 euros para autónomos o empresas de hasta dos empleados. Entre los proyectos de digitalización que se pueden elegir se encuentran la creación de páginas web, la explotación de datos de la empresa para la mejora del proceso de toma de decisiones, tienda online, promoción de la pyme en las distintas redes sociales… El medio para lograrlo es el bono digital y empresas como Vodafone juegan un papel facilitador y digitalizador. “Ayudamos a nuestros clientes con la tramitación de oportunidades como los Fondos Europeos, ofrecemos herramientas sencillas y, sobre todo, preguntamos qué necesitan, tratando de identificar soluciones reales para casos de uso. Porque la tecnología por la tecnología no sirve”, comenta Daniel Jiménez.
El cambio y la transformación digital viene de la mano de personas, trabajadores y clientes. Pero ninguna pyme adoptará lo digital como parte de su ADN si las personas que la forman no lo ven como una parte esencial de la cultura empresarial. Por eso, Rodríguez señala como un primer paso “la concienciación por parte de la dirección de la compañía. Y luego ya vendrá la formación y aceptación de nuevas formas de trabajo”.

Trazar un plan estratégico para aprovechar las oportunidades
Pero aunque hay empresas y autónomos que tienen muy claras sus necesidades y prioridades no siempre saben cómo hacerlo porque como dice Catalán “cada uno de estos pequeños y medianos empresarios son muy buenos en lo suyo y por eso están ahí, pero no todos tienen por qué saber sobre digitalización. Por eso es importante preguntar si tienen un plan, a dónde quieren llegar, saber para qué están haciendo las cosas… Hay una carta enorme de soluciones digitales de todo tipo y hay que saber qué necesito para mi empresa. Y sobre todo apoyarte en aquellos que piensan a largo plazo”.
Además de un buen asesoramiento, tampoco hay que perder de vista la formación. “Formarse es importante porque si ignoras un tema, tampoco lo echas en falta”, dice Sergio Sala. Mientras que antes la digitalización era una posibilidad, ahora es una exigencia del mercado y de los consumidores. Y lo que para muchas empresas hace algunos años era el fin, hoy es el medio. Sin duda, la crisis del coronavirus fue un punto de inflexión y, de forma inesperada, también un catalizador obligando a las organizaciones a avanzar en su curva de adopción tecnológica de la noche a la mañana. Un cambio que llegó para quedarse.

Por eso, Daniel Jiménez cree que solo es cuestión de tiempo que aquellas empresas que aún no se han atrevido a dar el paso y solicitar el Kit Digital, lo hagan. “Esta es la primera vez que se ha hecho un fondo para digitalización, para este subsegmento de clientes y de esta manera. Entonces, la gente no tiene con qué comparar. Pero, por ejemplo, el plan PIVE de los coches se ha hecho tantas veces que todo el mundo sabe qué es y en cuanto te enteras vas y lo pides. Por eso creo que, si hay una segunda vez, será distinto porque ya existirá mucha educación sobre el terreno”, añade.
Pero no hay que olvidar que el boca a boca y el poder de las recomendaciones todavía se mantiene vigente entre los consumidores o, en este caso, entre las empresas. “Mi percepción personal es que a medida que los primeros empiecen a disfrutar de las soluciones y estén contentos, el resto se animará”, comenta. Por ahora tienen margen hasta que el próximo 15 de marzo de 2023 finalice el plazo para las dos primeras convocatorias.