La pasión de un candidato
Ángel Mariscal, dispuesto a cambiar el rumbo de la ciudad de Cuenca con el proyecto del Partido Popular
«Cuenca es una ciudad que atrae, que se deja querer» pero que necesita seguir saliendo de «su tradicional aislamiento», que debe encarar el siglo XXI con «determinación» para «ofrecer calidad de vida, atraer riqueza y generar empleo». Este es uno de los mensajes que trasmite el candidato del PP a la Alcaldía de Cuenca, Ángel Mariscal en un directo vídeo en la web de su equipo alcaldemariscal.com.
Por todo ello, el que ha sido en los últimos años subdelegado del Gobierno en Cuenca quiere gobernar los próximos cuatro años una ciudad que necesita «resolver los problemas de movilidad en la zona centro», que debe potenciar su centro histórico y comercial, que debe estar limpia y cuidada. Que debe generar empleo, que tiene que ayudar a los empresarios. Su vecinos necesitan una bajada de impuestos y «soluciones para lo que importa», según uno de los lemas de la campaña. Lo dice después de haberse pateado la calle y haber hablado cara a cara con los conquenses desde que fue designado candidato hace unos cien días.
En una conversación con ABC en la recta final de la campaña electoral, Mariscal señala que está decidido a emprender un plan de choque de limpieza, de «ornato», para recuperar el aspecto de una capital declarada Patrimonio de la Humanidad que necesita vivir del turismo.
El popular, veterinario de profesión y amante de la naturaleza, quiere poner en marcha la próxima legislatura 222 propuestas. Y a hacerlo con su equipo, conquenses «con conocimiento, experiencia, con ganas de trabajar por Cuenca». Todos están arropados por unas siglas, las del PP, que «siempre han antepuesto el interés general al partidista». «Trabajaremos para consolidar el crecimiento y la creación de empleo», asevera.
Para ello es necesario contar con un «apoyo suficiente, mayoritario», para gobernar «de la mano de la ciudad» y si fuera necesario, al lado de los que también quieren cambiar el rumbo de Cuenca hacia «la modernidad». De momento, sólo le mueve su «pasión por Cuenca» y no tiene otros planes de futuro que poner fin el próximo domingo 24 de mayo al letargo y arrebatar la alcaldía a Juan Ávila, precisamente en el día del cumpleaños del candidato socialista.
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