Suscríbete a
ABC Premium

Tras descuartizar a su pareja, arrojó los restos a los perros

El detenido de Cifuentes confiesa que mató a Carolina en la casa donde convivían

P. BIOSCA

A medida que pasan los días, se van sabiendo más detalles escabrosos sobre el crimen de Cifuentes, en el que el carnicero del pueblo, José Miguel Batanero, asesinó a su pareja, Carolina D. C. C., embarazada de siete meses a finales de septiembre, aunque no lo reveló a la Guardia Civil hasta el pasado miércoles. Así, fuentes cercanas a la investigación confirmaron a ABC que el detenido admitió haberla matado y descuartizado en la casa donde convivían, ubicada sobre el negocio que regentaba, y que más tarde se deshizo de las extremidades y la cabeza arrojándolos a una rehala de perros –un grupo de una veintena de cánidos utilizados para la caza–. El tronco fue encontrado el pasado viernes en una nave propiedad de Batanero, alrededor de un mes después de su fallecimiento.

En un principio el detenido aseguró a la Guardia Civil que había arrojado los restos de Carolina a un muladar –un vertedero de animales del que se alimentan los buitres– situado en Riba de Saelices, a cuarenta kilómetros de Cifuentes y localidad en la que residía su exmarido. Sin embargo, tras la búsqueda infructuosa durante el día siguiente por diferentes parajes de La Riba, la investigación se centró en la vivienda y las posesiones del detenido. Esa mañana la Guardia Civil encontraba parte del cuerpo de la víctima en la nave de Batanero, entre aparejos y herramientas.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Guadalajara, encargado de instruir la causa, ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para Batanero, además del secreto del sumario, que aún se mantiene. Se le imputa por tanto de forma provisional un presunto delito de homicidio y se considera además un caso de violencia de género, aunque no existían denuncias previas por malos tratos.

Malos tratos anteriores

Sin embargo se da la circunstancia de que Carolina sí denunció a su anterior pareja por violencia doméstica. De hecho, sobre su exmarido, con el que convivió durante años en Riba de Saelices, pende una orden de alejamiento

que se saltó tras la llamada de Batanero para que recogiese a sus hijos, quien convivieron con el detenido durante los primeros días. Los servicios sociales fueron los que denunciaron la desaparición de Carolina, por lo que la Guardia Civil se puso a investigar los hechos. Días más tarde era el propio Batanero quien admitía que había matado a su pareja, causando la consternación de todo su pueblo y alrededores, ya que, por su profesión, es una persona muy conocida en la zona.

Tras descuartizar a su pareja, arrojó los restos a los perros

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación