¿Por qué los plátanos son curvos?
ciencia cotidiana
Los plátanos son la excepción que confirma la regla dentro del frutero, donde la mayor parte de sus acompañantes son esféricos
¿Qué son las hebras blancas de los plátanos que solemos tirar?

Los plátanos son la fruta tropical más cultivada y una de las cuatro frutas más consumidas a nivel mundial. Si ponemos la lupa en nuestro país, los plátanos ocupan el segundo lugar en el ranking de frutas más consumidas, se estima que al año ingerimos casi 12 kilos por persona, una cifra que tan solo es superada por las naranjas, con una media de 17 kilos anuales por persona.
En las clases de biología nos enseñaron que en la mayoría de las plantas el fruto es una estructura que se forma en torno a las semillas, con la finalidad de protegerlas y ayudarlas a dispersarse. Se podría decir que el fruto es la última derivada de la transformación del ovario tras producirse la polinización.
De forma excepcional hay situaciones en las que los frutos crecen sin polinización, es más, existen casos en los que el ovario no encierra los óvulos. En estas situaciones se desarrolla un fruto sin semillas, es lo que se conoce como partenocárpica y sucede, por ejemplo, en los plátanos. Esta sería la explicación biológica de por qué cuando ingerimos esta fruta no encontramos semillas.
Otras de sus idiosincrasias es que el plátano es el fruto de una planta y no de un árbol, y que son frutas radiactivas, ya que contienen un 0.0117% de potasio 40 en su composición. Una cifra que, por otra parte, no debe de asustarnos ya que sería necesario comer diariamente 900 plátanos para que la radiación fuese similar a la que nos afectaría a 20 kilómetros de distancia de un accidente nuclear no extremadamente grave.
Cuando están maduros son amarillos
Es sabido que las células vegetales contienen pigmentos asociados a los cloroplastos, en los cuales se realiza la fotosíntesis. Estos orgánulos están recubiertos por un pigmento –la clorofila- que refleja el espectro verde.
Pues bien, la clorofila está presente en la piel del plátano antes de iniciar la maduración, por ese motivo este tipo de plátanos son de color verde, los cuales, además, nos parecen menos dulces que los plátanos maduros ya que en su composición hay una elevada cantidad de almidones.
Una vez el proceso de maduración se ha iniciado tiene lugar una degradación de las células y los cloroplastos se deterioran. Con la degradación de la clorofila entran en juego otros pigmentos (carotenos y xantofilas) que son los responsables últimos de la coloración amarillenta. Los plátanos maduros tienen una elevada concentración de fructosa, sacarosa y glucosa, lo que explicaría su sabor dulzón.
La culpa es del geotropismo negativo
Los plátanos son un verso libre en el mundo de las frutas, son los únicos que tienen una forma curvada. Para poder entender la elección de esta geometría hay que tener en cuenta que los plátanos son originarios de la selva tropical, en donde la luz del sol apenas penetra a través de la densa vegetación.
Estos frutos tuvieron que adaptarse para buscar la luz solar y desafiar la fuerza de la gravedad 'trepando' con todas las inflorescencias hacia la copa de la planta. De alguna forma se podría decir que, al igual que sucede con los girasoles, los plátanos buscan la luz solar.
El 'esfuerzo' que realiza el plátano para crecer en sentido contrario a la tierra –geotropismo negativo- genera una curvatura hacia arriba característica, que puede ser más o menos pronunciada y de diferente coloración, según la variedad a la que el plátano pertenezca.
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