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La NASA retrasa a 2026 su plan para volver a llevar astronautas a la Luna

Aunque estaba previsto que la primera misión tripulada, Artemis 2, volara en noviembre de este año y el primer alunizaje, con Artemis 3, se produjera en 2025, finalmente los planes de la agencia espacial estadounidense se retrasan un año

2024, el año en el que la humanidad planea volver a la Luna

La futura tripulación de Artemis 2, la primera misión con astronautas del nuevo programa lunar de la NASA nasa
Patricia Biosca

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Era un secreto a voces que finalmente se ha confirmado: la NASA retrasa un año, de 2025 a 2026 la llegada de la nueva hornada de astronautas estadounidenses a la Luna. Así lo ha anunciado en una rueda de prensa este martes el administrador de la agencia espacial estadounidense, Bill Nelson.

«La seguridad es nuestra principal prioridad», incidió durante el encuentro con periodistas, en el que explicó que la NASA necesita «más tiempo para trabajar en el desarrollo» en la misión Artemis 3, antes prevista para 2025 y ahora retrasada a septiembre de 2026. Lo mismo ocurrirá con Artemis 2, la primera misión en llevar tripulación alrededor de la órbita de nuestro satélite en más de medio siglo y para la que ya se habían anunciado sus integrantes, incluidos el primer hombre negro y la primera mujer en ser asignados a una misión lunar.

La decisión se produce tras saber que el módulo lunar privado estadounidense, Peregrine, que despegó el pasado lunes no tiene «ninguna posibilidad» de realizar un alunizaje suave después de haber sufrido graves problemas en vuelo, según reconoció la empresa Astrobotic, que desarrolló el aparato. La misión debía convertirse en el primer alunizaje de un módulo estadounidense en la Luna desde el final del programa Apolo hace más de 50 años. Astrobotic quería además ser la primera empresa en lograr posarse sobre el satélite después de que dos compañías, una japonesa y otra israelí, fracasaran en el mismo intento.

A raíz de una fuga de combustible por un fallo crítico en el sistema de propulsores, «no hay, desgraciadamente, ninguna posibilidad de aterrizaje suave sobre la Luna», admitió Astrobotic en una declaración publicada en X. De momento, la sonda tiene 40 horas de autonomía y se está barajando otras formas de extender la misión, pero lo que está claro es que no alunizará el próximo 23 de febrero, como estaba previsto.

El módulo lunar despegó el lunes desde Florida adosado a un nuevo cohete Vulcan Centaur del grupo industrial ULA. Bautizado como Peregrine 1, el aterrizador fue desarrollado por Astrobotic con el apoyo financiero de la NASA, que encargó a esta empresa transportar hasta la Luna material específico, en un contrato por más de 100 millones de dólares dentro de a iniciativa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), creada como una forma de 'subcontratación' en la que empresas privadas idean las sondas lunares de carga con inversión de la agencia espacial estadounidense, si bien son las empresas quienes operan los vuelos.

Dentro de la nave viajan cuatro instrumentos clave del Programa Artemis: varios espectrómetros para conocer las condiciones y el ambiente de cara a futuras estancias allí; así como reflectores lunares, una suerte de 'espejos' sobre una estructura de aluminio que, al apuntarse con un láser, permiten determinar con exactitud la distancia desde cualquier nave espacial en órbita o durante el alunizaje. Era una suerte de 'avanzadilla' de material necesario para Artemis 3. Y, por lo visto, más crucial de lo que parecía en un principio.

Todo el calendario se verá afectado

Además de las actualizaciones del cronograma para Artemis 2 y 3, la NASA está revisando el calendario para el lanzamiento de los primeros elementos integrados de Gateway, la estación orbital lunar, previamente planeada para octubre de 2025, para proporcionar tiempo de desarrollo adicional y alinear mejor ese lanzamiento con la misión Artemis 4 en 2028. En teoría, en ese lanzamiento también participará el primer astronauta europeo.

La NASA también compartió que ha pedido a los proveedores del sistema de alunizaje (SpaceX y Blue Origin) que comiencen a aplicar el conocimiento adquirido en el desarrollo de sus sistemas como parte de sus contratos existentes hacia variaciones futuras para entregar grandes cargas en misiones posteriores.

“Artemis es una campaña de exploración a largo plazo para realizar ciencia en la Luna con astronautas y prepararse para futuras misiones humanas a Marte. Eso significa que debemos hacerlo bien”, dijo Amit Kshatriya, administrador asociado adjunto de Desarrollo de Sistemas de Exploración y gerente de la Oficina del Programa Luna a Marte de la NASA en la sede. "La seguridad de la tripulación es y seguirá siendo nuestra prioridad número uno".

Más problemas para la NASA

No es el único problema al que se enfrenta la NASA con respecto a las siguientes misiones del Programa Artemis. El cohete Starship, de SpaceX, aún no ha completado un vuelo de prueba totalmente exitoso, acabando en explosión en las dos últimas ocasiones (primero poco después de despegar, sin haberse podido liberar sus dos etapas; en la última ocasión, ambas partes por separado). Además, tampoco parecen estar listos los trajes espaciales ideados por la compañía Axiom.

De hecho, algunas voces afirman que incluso 2026 es un calendario muy ambicioso, y debería contemplarse más 2027 para la vuelta de una tripulación de la NASA. Una fecha que se asemeja más a la que en un principio se planteó (2028), si bien el entonces vicepresidente Mike Pence señaló que no podía ser más tarde de 2024. Pence adujó una nueva carrera espacial frente a China y Rusia y que «las reglas y valores del espacio serían determinandos por los que tengan el coraje de llegar primero y el compromiso de quedarse».

Retrasos acumulados

Tampoco es la primera vez que el Programa Artemis sufre retrasos. El lanzamiento de la primera misión, que se produjo finalmente en noviembre de 2022, se retrasó por varios motivos, incluidos dos despegues fallidos por problemas en el suministro del combustible en el Space Launch System (SLS), el cohete gigante de 98 metros que elevó al cielo la cápsula Orion, en la que, en principio, viajará la tripulación de Glover.

Y en el espacio la cosa tampoco fue coser y cantar: se registraron hasta 13 anomalías en la nave durante el recorrido (que, en principio, será básicamente el mismo que haga la tripulación de Artemis 2) y se perdieron la mayoría de los CubeSats que se desplegaron en el lanzamiento. Desde la NASA aseguran que Artemis 1 enseñó grandes lecciones y ha propiciado algunos cambios, como modificaciones en el diseño de la torre de lanzamiento móvil para reducir los daños durante los despegues o la actualización en el sistema de datos para que la nueva misión pueda enviar gran contenido de vídeos e incluso hacer teleconferencias en directo durante su 'paseo' orbital a la Luna.

"Regresamos a la Luna como nunca antes lo habíamos hecho, y la seguridad de nuestros astronautas es la principal prioridad de la NASA", afirmó Nelson. “Hemos aprendido mucho desde Artemis I, y el éxito de estas primeras misiones depende de nuestras asociaciones comerciales e internacionales para ampliar nuestro alcance y comprensión del lugar de la humanidad en nuestro sistema solar. Artemis representa lo que podemos lograr como nación y como coalición global. Cuando ponemos nuestra mirada en lo que es difícil, juntos podemos lograr lo que es grandioso”.

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