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El megacohete Starship de Elon Musk: ¿éxito o fracaso?

SpaceX ha conseguido lanzar por segunda vez su vehículo espacial, si bien no con el final que buscaba: ambas fases acabaron estallando

El segundo lanzamiento de Starship, el megacohete de Elon Musk para ir a Marte, termina con otra explosión

Segunda espectacular prueba de la Starship, situada sobre el cohete Super Heavy, realizada el 18 de noviembre desde el espaciopuerto de Boca Chica, en Texas SpaceX
David Barrado, investigador del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA)

Tras un primer intento muy cuestionado el pasado mes de abril, la compañía SpaceX ha conseguido lanzar su nave Starship, destinado a jugar una papel primordial en la nueva carrera espacial. El final no ha sido el esperado, ya que ambas fases del cohete han terminado estallando. Aún así la empresa ha declarado que la misión ha sido un éxito. ¿Qué representa esto para la empresa y para el sector?

El sistema de lanzamiento Starship, con sus 121 metros de envergadura, es el mayor jamás construido y presenta varios aspectos innovadores respecto a los diseños anteriores como el conocido Saturn V, que envió a seis tripulaciones a la Luna, o su reemplazo por NASA, el complejo y caro Space Launch System (SLS). El sistema propulsor se denomina Super Heavy Booster, incluye 33 motores Raptor que utilizan metano y oxígeno en forma líquida y que tiene la capacidad de reusarse numerosas veces al regresar y aterrizar, para regresar a su lugar de lanzamiento.

La segunda fase, la nave Starship propiamente dicha, mide 50 m y puede situar una carga de hasta 150 toneladas en una órbita baja alrededor de la Tierra. También es plenamente reutilizable y tiene la capacidad de ser reabastecida de combustible por una nave similar, lo que le permitiría, en un futuro a medio plazo, la posibilidad de ser usada no solo para misiones a la Luna, sino también para viajar a otros cuerpos celestes del sistema solar como Marte y asteroides cercanos.

Éxitos y problemas a solucionar

Entre los objetivos conseguidos en esta segunda prueba de este extraordinario sistema de lanzamiento y transporte espacial, tanto de carga como, en el futuro, de seres humanos, se encuentran el correcto funcionamiento de los motores y la separación de ambas fases.

Los 33 motores Raptor del Super Heavy funcionaron perfectamente hasta alcanzar 70 km de altura, según estaba previsto. En ese momento se apagaron todos menos tres, la Starship encendió los suyos, y se produjo la separación en caliente. A los pocos segundos de la separación el propulsor Super Heavy completó su maniobra de volteo e inició el encendido de retropropulsión. Impulsada por sus seis Raptors, la Starship ascendió hasta alcanzar el espacio exterior por primera vez.

Sin embargo, el lanzamiento ha incluido numerosos problemas que requieren una solución. Así, tras la separación del Super Heavy y de la Starship, y tras 3:20 minutos del inicio de la misión, el booster explotó de manera no controlada a una altura de 90 km, cuando estaba previsto que regresase a tierra. En lo que respecta a la nave, el computador de abordo ordenó la autodestrucción cuando se encontraba a una altura de unos 150 km, transcurridos poco más de 7 minutos desde el lanzamiento. Respecto al vuelo previsto le quedaban un minuto de propulsión con los motores antes del apagado y el regreso, para su descenso controlado cerca del archipiélago de Hawái. Además, antes de su destrucción, numerosas losetas de protección térmica se desprendieron.

Momento de la separación del cohete Super Heavy y de la nave Starship.Varios cohetes Raptor de ambos vehículos se encuentran encendidos. Instantes después el Super Heavy sería destruido por una explosión no programada. La Starship se autodestruyo tras poco mas de 7 minutos de vuelo, tras alcanzar el espacio exterior SpaceX

Pese a ello, Elon Musk, responsable de SpaceX, ha considerado la prueba un éxito e incluso el responsable de NASA, Bill Nelson, ha felicitado al equipo por los progresos realizados.

Respecto a la primera prueba, realizada el 20 de abril, ha habido una notable serie de mejoras adicionales. Así, la plataforma de lanzamiento, con un nuevo sistema de reflectado de la llama del cohete y de refrigeración, ha sobrevivido indemne al lanzamiento y requerirá un mantenimiento mínimo antes de su reutilización.

Siguientes pasos e implicaciones

La empresa responsable, SpaceX, considera que el proceso ha sido positivo dentro de su estrategia de aprendizaje y Musk ha avanzado que la tercera prueba podría realizarse en tres o cuatro semanas. En ella se verificaría el reencendido del Super Heavy y su aterrizaje vertical para volver a ser utilizado, así como el apagado de los motores de la Starship , su reentrada y el aterrizaje en el Pacífico, cerca de Hawái. La finalización sin problemas de estos procedimientos constituirían un verdadero éxito sin paliativos.

La nave Starship debería jugar un papel primordial en la iniciativa Artemis que llevará de regreso seres humanos a la Luna, incluyendo al menos una mujer y un astronauta de color. La NASA ha seleccionado a SpaceX para suministrar el sistema que transportará a los astronautas del Artemis III desde la cápsula Orión, en órbita lunar, hasta la superficie de la Luna y viceversa, en el año 2025. Pero antes será necesario que la compañía demuestre que Starship es fiable para transportar tanto carga como a seres humanos no solo hasta una órbita terrestre, sino necesitará realizar al menos una misión de demostración sin tripulación que deberá aterrizar en la superficie lunar.

En cualquier caso, los avances que representa este segundo vuelo de prueba dejan claro que SpaceX, con sus vehículos la Starship y el Super Heavy, junto con el exitoso cohete Falcon 9, se está convirtiendo en el operador dominante tanto a nivel de exploración espacial (como ocurrió con el lanzamiento del satélite astrofísico europeo Euclid el pasado verano, por ejemplo) como comercial. Arianespace, la empresa europea que hasta hace poco tenía la mayor parte del mercado de los lanzamientos comerciales, ha visto como sus nuevos cohetes Ariane 6 y Vega sufren retrasos que han dejado el mercado a otros actores. Y estos están empezando a surgir. La empresa española PDL Space, con su exitosa prueba de su demostrador Miura 1 el pasado 7 de octubre, es un claro ejemplo de ello.

SOBRE EL AUTOR
David barrado Navascués

Es profesor de Investigación en el Centro de Astrobiología INTA-CSIC. Es doctor en Física por la Universidad Complutense de Madrid y doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Alicante. Entre los premios que ha recibido se encuentra JWST Significant Achievement Award por la contribución a MIRI por la ESA en 2012 y NASA en 2011. Es autor de los libros 'Exoplanetas y Astrobiología' y 'Peligros Cósmicos'.

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