La frustrada misión privada a la Luna acabará precipitándose a la Tierra el jueves
La compañía Astrobotic dejará que la nave espacial Peregrine, que sufrió una fuga de combustible durante el vuelo, se queme durante su reingreso a la atmósfera terrestre
La NASA retrasa a 2026 su plan para volver a llevar astronautas a la Luna
Iba a ser la primera misión privada a la Luna y el regreso de EE.UU. más de 50 años después del fin del programa Apolo, pero el ambicioso lanzamiento de Peregrine se ha asemejado más al de un bumerán. El destino de ... la nave espacial se vio truncado horas después del despegue hace una semana a causa de una fuga de combustible que hacía inviable el alunizaje. Por ese motivo, la compañía de robótica espacial Astrobotic dejará que la nave se precipite contra la Tierra y se queme durante su reingreso en la atmósfera terrestre este jueves. El objetivo, dicen, es evitar que la sonda acabe convirtiéndose en basura espacial que dañe otras naves y satélites en órbita.
El final suicida de Peregrine ha sido recomendado por la NASA, aunque, al tratarse de una misión comercial, la última decisión sobre la ruta de vuelo de Peregrine estaba en manos de Astrobotic. «En última instancia, debemos equilibrar nuestro propio deseo de prolongar la vida de Peregrine, operar cargas útiles y aprender más sobre la nave espacial, con el riesgo de que pueda causar un problema en el espacio cislunar (los alrededores de la Tierra y la Luna)», ha dicho en un comunicado la firma con sede en Pittsburgh. «Como tal, hemos tomado la difícil decisión de mantener la trayectoria actual de la nave para volver a entrar en la atmósfera de la Tierra», continúa la misma nota.
Según Astrobotic, el equipo de la misión ha trabajado «incansablemente» para estabilizar el vehículo espacial, encender todas las cargas útiles activas y permitir la recopilación de datos. La nave lleva más de una semana en el espacio y continúa perdiendo propulsor, pero ahora a un ritmo muy lento. El pasado sábado, la compañía probó por primera vez uno de los motores principales. Logró una combustión de 200 milisegundos y adquirió datos que indicaban que Peregrine podría tener capacidad de propulsión del motor principal. Sin embargo, debido a la anomalía, no había posibilidad de quemas controladas prolongadas. El equipo sugiere que a la nave espacial le queda suficiente propulsor para mantenerse apuntando al Sol y realizar pequeñas maniobras.
Riesgo para la seguridad
A pesar del grave fallo que ha imposibilitado el éxito de la misión, Astrobotic asegura que todas las cargas útiles diseñadas para encenderse y comunicarse lo hicieron, e incluso lograron objetivos científicos. «Si bien creemos que es posible que la nave espacial funcione durante varias semanas más y podría haber elevado la órbita para no tocar la Tierra, debemos tener en cuenta el estado anómalo del sistema de propulsión y utilizar la capacidad a bordo del vehículo para finalizar la misión de manera responsable y de forma segura», ha dicho la empresa.
Este martes la nave se encuentra a unos 350.800 kilómetros de la Tierra. Su ruta de reingreso está siendo controlada por la NASA y Astrobotic no cree que suponga ningún riesgo para la seguridad. Peregrine pesa 1,2 toneladas y tiene el tamaño de un coche pequeño. «Algún pequeño fragmento podría llegar a tierra pero, teniendo en cuenta el tamaño extraordinario del planeta, la posibilidad de que caiga en un lugar habitado o suponga un riesgo para alguien es extremadamente reducida», explica a este periódico César Arza, responsable de análisis de misión del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
Dónde y el momento exacto en el que Peregrine entrará en la atmósfera no se conocerán hasta 24 o 12 horas antes. La decisión de que la nave se queme en contacto con la capa de gases terrestre «es responsable, evita que un objeto bastante grande quede flotando en una órbita peculiar, muy excéntrica, en trayectoria lunar. No hay ninguna ley que diga qué hay que hacer con estos objetos, pero sí recomendaciones que los distintos organismos y empresas que operan en el espacio intentan seguir», dice Arce.
La misión forma parte de la iniciativa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), creada para involucrar a las empresas privadas en la conquista de la Luna. La sonda contiene varios espectrómetros para conocer las condiciones y el ambiente lunares de cara a futuras estancias allí, además de reflectores lunares, que, al apuntarse con un láser, permiten determinar la distancia desde cualquier nave espacial en órbita o durante el alunizaje. Sin embargo, nada de eso podrá ponerse a prueba.
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A pesar del fracaso de la misión, John Thornton, director ejecutivo de Astrobotic, cree que el equipo de control ha hecho «esfuerzos heroicos« para recuperar y operar la nave espacial después de la anomalía de propulsión. »Esta misión ya nos ha enseñado mucho y me ha dado una gran confianza en que nuestra próxima misión a la Luna logrará un aterrizaje suave», ha asegurado.
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