'Jaquecas espaciales': la tortura de los astronautas
Aunque el motivo se desconoce, los investigadores sospechan que estos fuertes dolores de cabeza se deben al aumento de la presión intracraneal provocado por la redistribución de los fluidos corporales por culpa de la falta de gravedad
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![El astronauta de la NASA Bruce McCandless II fuera del transbordador espacial Challenger en una misión del transbordador espacial en 1984](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/ciencia/2024/03/25/astronauta-RlRsvlRne7niTJWYRxXVeSJ-1200x840@diario_abc.jpg)
El ser humano, desde luego, no está hecho para el espacio. Y es que, fuera de la Tierra, más allá de su atmósfera, de su escudo magnético protector y de su fuerza gravitatoria, todo parece confabularse para herirnos, hacernos enfermar o, lo que es ... peor, matarnos de mil y un formas diferentes. La falta de aire respirable y el intenso frío espacial nos obliga, para empezar, a vestir costosos trajes que no nos podemos quitar ni siquiera para hacer nuestras necesidades. Trajes que, por cierto, tampoco sirven para protegernos mucho tiempo de la dañina radiación que llega continuamente del Sol y de otros objetos y lejanos eventos de todo tipo. Por no hablar de la gravedad, o mejor, de su ausencia, que hace que nuestros huesos ya no tengan que soportar la pesada carga del cuerpo, por lo que pierden masa, se descalcifican y se vuelven extremadamente frágiles.
Al mismo tiempo, nuestros órganos y fluidos internos, acostumbrados a apilarse de arriba abajo, flotan ingrávidos en el interior de nuestras cajas torácicas, o se acumulan en lugares donde no deberían, poniendo 'patas arriba' muchas de sus funciones habituales.
Por si estos problemas no fueran suficientes, es muy común que los astronautas tengan que vérselas, además, con terribles dolores de cabeza, jaquecas espaciales que se vienen registrando desde los lejanos tiempos del programa Apolo. Son ya muchos, pues, los astronautas que han experimentado fuertes dolores de cabeza mientras están en microgravedad, y la mayor parte de ellos nunca había tenido que lidiar con ese problema cuando se encontraban en la Tierra.
Causa desconocida
Todo indica, por lo tanto, que algo relacionado con los viajes espaciales puede desencadenar síntomas similares a los de la migraña, como dolor, sensibilidad a la luz y, ocasionalmente, náuseas. Sin embargo, las causas reales son desconocidas, y los informes detallados sobre jaquecas espaciales han sido hasta ahora muy esporádicos, poco menos que simples anécdotas en los diarios de misión.
Pero eso acaba de cambiar gracias a un estudio publicado hace solo unos días en 'Neurology' por un equipo de investigadores holandeses, que acaban de demostrar que estos misteriosos 'dolores de cabeza espaciales' son, en realidad, algo muy común. Los científicos llegaron a esa conclusión al analizar datos de 24 astronautas de los que mantuvieron registros diarios durante expediciones espaciales de varias semanas de duración, así como datos de salud retrospectivos de otros 42 astronautas que habían participado en misiones espaciales antes de tomar parte en el estudio.
Casi todos tienen jaquecas
Lo que descubrieron fue que durante los primeros siete días después de abandonar la Tierra, los dolores de cabeza no eran sólo un inconveniente ocasional: eran la norma. «Casi todos los astronautas del estudio - afirma Ron van Oosterhout, neurólogo del Centro Médico de la Universidad de Leiden, en Países Bajos, y coautor del artículo -sufrieron dolor de cabeza durante la primera semana».
Lejos de ser una sorpresa, los investigadores creen que sus resultados tienen todo el sentido. Después de todo, cuando el cuerpo humano entra por primera vez en microgravedad, suceden muchas cosas extrañas en el cuerpo. La sangre comienza a acumularse en el torso y la cabeza, lo que provoca hinchazón facial y, a veces, problemas en la vista. El líquido del oído interno, que nos ayuda a mantener el equilibrio, también se ve alterado por la falta de gravedad, lo que provoca una sensación de desorientación y mareo.
Normalmente, los astronautas suelen adaptarse a estos síntomas y el malestar comienza a disiparse tras pasar unos días en el espacio. Pero ese no fue el caso de los dolores de cabeza espaciales. Para el 87% de los astronautas encuestados, en efecto, el dolor de cabeza continuó apareciendo durante toda la misión, a menudo acompañado de presión sinusal y congestión. Y más de la mitad de los astronautas informaron, tras su regreso a la Tierra, haber experimentado al menos un dolor de cabeza durante su estancia en el espacio. Muchos participantes dijeron haber tratado estos síntomas con aspirina u otros analgésicos; otros informaron de que dormir y hacer ejercicio les habían ayudado.
Culpa de la gravedad
Aunque es difícil estar seguro de la causa exacta de estas jaquecas, los investigadores sospechan que se deben al aumento de la presión intracraneal provocado por la redistribución de los fluidos en el cuerpo del astronauta. A medida que la gravedad se debilita, la sangre, la linfa y el líquido cefalorraquídeo se desvían de sus ubicaciones habituales y comienzan a ejercer presión en otros lugares. Si esta fuera realmente la causa de los dolores de cabeza, sería consistente con una condición ya conocida en el espacio y llamada 'síndrome neuro ocular asociado a los vuelos espaciales', en el que la presión del líquido en la parte posterior del ojo afecta la visión del astronauta.
Según los investigadores, los dolores de cabeza espaciales podrían ser incluso más comunes de lo que sugiere el estudio. Uno de los problemas a la hora de evaluar un dolor de cabeza es que es subjetivo, y su recuerdo suele ser sesgado. En otras palabras, los astronautas podrían estar restando importancia a la frecuencia y la gravedad de sus síntomas, por ejemplo, por miedo a quedarse en tierra o parecer 'débiles'.
Debido al tamaño limitado de la muestra, el estudio es solo un primer paso. Ahora, una vez identificado el problema, el objetivo es investigar más a fondo con un número mucho mayor de astronautas, lo cual tiene sus dificultades, ya que los protocolos de información a los que se someten varían de una agencia espacial y de un país a otro.
Lo único cierto es que se trata de un problema serio y que puede afectar al éxito de las misiones en el espacio. Aparte de una 'tortura' más a añadir a la larga lista de las que padecen quienes se aventuran a viajar fuera de nuestro planeta natal.
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